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¡Cuántas propuestas nos hacemos constantemente!, bajar de peso, cambiarnos de domicilio, un viaje.

Analizar todo esto parte de sueños, deseos, objetivos, metas que en muchas ocasiones distan de estar cerca de principios de realidad más aún, requieren de una conciencia absoluta del en dónde estamos y sobre todo, de que llegar a ellos sea en verdad nuestro destino.

Construirnos, hacerlo cotidianamente y varias veces al día es una labor difícil, muchas veces en soledad, resulta en un pensamiento furtivo del cual nos sobran pretextos para alejarnos.

Habrás escuchado muchas veces la frase griega antigua de: “cuerpo sano, en mente sana”. Iniciar nuestra persecución de logros, la reconstrucción que el momento amerite será siempre más fácil si tenemos una salud que lo permita, una condición física que haga posible el ensanchar el esfuerzo y vencer las trabas.

Meditar, tal vez hacer Yoga o algún tipo de ejercicio físico conveniente; comer sanamente y descansar el tiempo adecuado son ayudantes para el éxito, tan necesarios que sólo son imprescindibles para quienes la desidia o la dejadez han cobrado factura.

Conseguir una meta, lograr un fin requiere además de esfuerzo, plan, objetivos intermedios y convencimiento, de recursos, monetarios, físicos, emocionales; ahorrar para disponer de ellos en todos los órdenes es imprescindible para llevar la nave a buen puerto.     

Te comparto algunos elementos fundamentales de la tarea para motivarte, recuerda que la voluntad es un bien, que es tan escaso como tú lo permitas.

La elección del proyecto que te interese es esencial, debe ser posible y real, debe de estar a tu alcance sin importar la distancia que de él te separe; siempre podrás cumplirlo si te empeñas en ello.

Rodearnos y estar en correspondencia con gestos y actitudes que promuevan el entusiasmo es de gran valía; aceptar las aportaciones que tienen por origen a la curiosidad, la creatividad, la alegría, la confianza acorta la distancia y hace el camino más fácil.

Estar en el centro de una circunstancia, mantener la vista abierta y girar 360 grados en nuestro derredor permite siempre darnos cuenta que el círculo más cercano lo debemos de construir con aquello que nos apoya, con eso que favorece llegar al éxito.

Superar dudas y alejarnos de elementos que nos hagan cuestionarnos lo mismo talentos, valores y habilidades, aporta.

“Nadie nace sabiendo”, “preguntando se llega a Roma”, son frases que habrás escuchado en repetidas ocasiones; ser receptivo y tener la humildad de cuestionar apoya siempre en la solución.

Hay quienes nunca olvidan que el hombre es en principio un animal, que al igual que un cachorro al que se le está educando para hacer alguna gracia necesitamos premios y recompensas; en nuestro caso nuestro propio reconocimiento es tal vez el mayor, si tenemos la fortuna de estar acompañados de personas adecuadas sus aplausos siempre nos motivarán.

La distancia de con quienes actúan distinto y en sentido opuesto nos aleja de improductivos y de la constante que a través de la duda destruye caminos.

Transmitir entusiasmo, pensar positivo, hacer que los demás crean y compartan nuestros proyectos, empodera y también lo hace con quienes están a nuestro lado, este fenómeno genera un multiplicador positivo para automotivarte.

La humildad es esencial y aporta certeza; descubrir el potencial de quienes te rodean hará que te sorprendas y crezcas.

Todos los seres humanos somos proclives al mal humor, a desmotivarnos, tendemos a tirar la toalla como se dice coloquialmente, poco aporta el escuchar las noticias y la descripción del caos externo; debemos recordar esos secretos que hemos aprendido, primero tú, hacer una pausa para encontrar el remanso de paz en nuestro interior que siempre tiene la respuesta adecuada para apoyarnos en el camino hacia adelante.

Todos los libros de autoayuda, los cursos de motivación chocan con una voluntad disminuida, para aprender más, para asimilar los conceptos del mejor de los maestros, de la guía o del gurú, es preciso entender que tú mismo eres parte de esa solución, conoces tu corazón y debes escuchar tu intuición; date a la tarea de encontrar tu propio secreto, en la música, en el baile, en una película, en una lectura, en tus recuerdos permanece la constante de que sólo se vive una vez y de que tú eres el responsable de hacerlo bien.