Que las mujeres sufrimos de estrés es una realidad. La mujer del siglo XXI es profesionista, empresaria, esposa, madre, hija, entre otros. Los tiempos definitivamente han cambiado, y entre las presiones del trabajo, el negocio, problemas con la pareja o la falta de ella, las cuestiones domésticas y las presiones sociales en general, es frecuente escuchar o decir que “andamos muy estresadas” por tal o cual situación. Los hombres también sufren de estrés, pero en esta ocasión hablaremos de las mujeres, y de las creencias, verdades a medias y mitos sobre el estrés femenino.
- Las mujeres sufrimos más estrés que los hombres. Verdadero. De acuerdo a la American Psychological Association (APA), las mujeres sufrimos más estrés que los hombres. Pero no solo eso: también sufrimos más depresión, enfermedades como el intestino irritable, fibromialgia, entre otras.
- Las hormonas son las responsables. Verdad a medias. Se ha demostrado que etapas del ciclo hormonal están asociadas en la mujer a mayor irritabilidad, tristeza, deseo por consumir ciertos alimentos, etc. Sin embargo, sabemos que el estrés, tiene que ver también no solo con lo que sucede en nuestro interior, sino también con los acontecimientos y nuestra manera de responder ante ellos.
- Las mujeres tendemos a ser perfeccionistas y eso provoca nuestro estrés. Verdadero. Uno de los rasgos observados por la Dra. Brenda Tonner, especialista en IBS (Intestino Irritable) es la tendencia al perfeccionismo. “Y buscar la perfección en nosotras mismas, en lo que hacemos o incluso en los demás, puede ser algo muy estresante en realidad”
- Platicar con las amigas nos ayuda a manejar el estrés. Verdad a medias. Efectivamente las mujeres, a diferencia de los hombres, tendemos a “externalizar” nuestros sentimientos, y buscamos la compañía de alguien para compartir nuestros problemas. Hablar de éstos, aparentemente actúa como válvula liberadora de presión, y nos hace sentir mejor. Pero por qué decimos que es una verdad a medias? Hemos constatado mediante el uso de instrumentos, que cuando una persona habla de experiencias dolorosas o traumáticas, los circuitos del estrés vuelven a activarse una y otra vez, no importa si fue ayer o hace 20 años. En este sentido, es importante no solo hablar, sino ser capaz de darle una nueva interpretación o significado a esas experiencias.
- Hacer ejercicio nos ayuda a controlar el estrés. Verdad a medias. Partiendo del hecho de que las mujeres, a diferencia de los hombres, NO PRACTICAMOS LA ACTIVIDAD FISICA COMO MEDIO PARA CONTROLAR EL ESTRÉS (los hombres si lo hacen con ese propósito, según el estudio de la APA), el ejercicio por sí mismo, solamente actuaría como un medio para liberar la tensión muscular, que es un componente de la respuesta de estrés, pero que sirve de poco, sino trabajamos con los pensamientos que nos generan dicha respuesta.
- Fumar nos ayuda a liberar el estrés. Falso. La ilusión de relajación que provoca el fumar, no es más que eso: una ilusión. La realidad es que la nicotina es un estimulante que más allá de relajarnos, activa nuestro sistema nervioso y como sabemos, provoca adicción además de afectar seriamente nuestra salud.
- Tomar una o dos copas antes de dormir ayuda. Falso. Aunque esta es una práctica masculina, sabemos que en la actualidad el consumo de alcohol y otras drogas se ha incrementado en la población femenina. Y aunque efectivamente el periodo de latencia disminuye (el tiempo que tardamos en dormir) se ha comprobado entre quienes consumen alcohol, hombres y mujeres, que el número de veces que despiertan durante la noche es mayor, y que la calidad del sueño empeora. Paréntesis: se ha demostrado que cuando se está bajo estrés constante aumentan las probabilidades de fumar, consumir alcohol y otras drogas, comer en exceso, e incluso nuestro consumo de medicamentos.
- Dormir suficiente en calidad y cantidad ayuda. Verdadero. Cuando descansamos nuestro estado de ánimo mejora, así como nuestra capacidad para manejar el estrés. Cuánto es suficiente depende de cada persona, pero se estima en términos generales que una persona adulta debe dormir entre 6 y 7 horas diarias. Ojo: si duermes todo el fin de semana para reponerte de la falta de sueño durante la semana, no te servirá y desequilibrarás aún más tu reloj interno.
- Llevar una dieta sana contribuye a un adecuado manejo del estrés. Verdadero. Incluir en nuestra alimentación carnes blancas como pavo, pescado, vegetales de hoja verde, cítricos, huevos y lácteos, y reducir por otra parte el consumo de irritantes, estimulantes, azúcares y grasas saturadas, mejora nuestra salud en general y ayuda al correcto funcionamiento de nuestro sistema nervioso. Un descubrimiento relativamente reciente pone de manifiesto que incluir en nuestra dieta grasas del tipo omega 3, presentes en las nueces, pescados como el salmón y el atún, y oleaginosas, es un excelente nutrimiento para el funcionamiento de nuestro cerebro, piel, músculos, entre otros.
- Estar estresada es sinónimo de ser “importante”. Falso. Creer que tener una agenda a tope, una gran cantidad de compromisos a los cuales asistir, o creer que podemos con todo ello y más, no hace más que desgastarnos y acelerar nuestro proceso de envejecimiento. Mujeres a los 40 años luciendo como ancianas producto del estrés y un estilo de vida poco saludable. Aclaramos: llegar a viejo no es malo, ni denigrante, pero lucir como tal producto del estrés a temprana edad… no se vale
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Comentarios
muy interesante gracias