Me gusta pensar y sentir mi misión de vida en estos días de cuaresma. Me recuerda a Jesús quien vino a cumplir una misión de vida, y a dejarnos un legado de amor.
La misión de Jesús fue grande. Pero, no por ello la nuestra deja de ser grande. Al cumplirla, somos fieles a nuestro llamado interno, nos ponemos al servicio de los otros, y nos reconocemos nuestro valor. Es probable que escape de nosotros la dimensión de lo que hemos venido a hacer a esta tierra. Sólo es preguntarte, si yo no lo hago ¿quién lo hará por mí? Jesús era insustituible, nadie podía tomar su lugar en lo que le fue encomendado a hacer. Lo mismo nosotros. Escuchemos con atención ¿qué es lo que la vida me pide en este momento? ¿Qué es lo que necesito hacer?
El sentido de nuestra vida va ligado a nuestra misión de vida. Tal vez te toca escuchar al necesitado. O sonreír al que está triste. O cuidar a un enfermo. O tocar música suave que arrulle a los otros. Todas nuestras misiones son importantes a los ojos del universo.
¡Felices pascuas tengas!
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FELICES PASCUAS. BESOS Y BENDICIONES . GRACIAS¡