Tengo miedos, muchos miedos, y los guardo todos juntos, uno junto otro en perfecto orden, para que no se me despisten. A veces los contemplo, los reordeno y les quito el polvo. Los mantengo contentos y tranquilos, para que no tengan queja.
De cuando en cuando tomo uno y lo contemplo. Lo acaricio un poquito, para que se desperece, y el bosteza y me roza suavemente… y hablamos un ratito…
- Mmmm ¡Cómo estás Momo?
- Bien acompañada
- Yo no veo a nadie…
- Porque no sabes mirar
Los miedos nos acompañan siempre, viven en nosotros, y se alimentan de nuestra inseguridad. Nuestras debilidades les hacen fuertes, crecen y crecen hasta ocupar nuestra mente y nuestro corazón.
- Veo lo que necesito ver, y ahora veo que no hay nadie más.
- Cierto, no hay nadie más aquí, nadie que tú sepas ver.
- Soy el Miedo a la Soledad, y puedo ver si hay alguien más por aquí.
- Me haces gracia… jijiji
- ¡Vaya chasco!. ¿No debería darte miedo?
A los miedos cuesta mucho vencerlos cuando anidan en el corazón. Hay gente que no lo consigue nunca. Yo no conozco recetas mágicas, pero si se una cosa, los miedos son personales. El miedo que crece en ti no crece en quien está tu lado. Por eso mi consejo es que compartas tus miedos con otras personas. Los demás son inmunes a tu miedo, y podrán ayudarte a debilitarlo. Para vencer a un miedo hay que ridiculizarlo, hay que enfrentarlo y empequeñecerlo hasta desvalorizarlo.
- Se supone que me darías miedo si en verdad sintiera soledad
- ¿Y no la sientes?
- No. Y además de sentirla debería temerla.
- ¿Por qué no la sientes?
- Porque aunque a veces parezca que estoy sola, no lo estoy. Porque toda la gente que me quiere (algunos mucho) los traigo conmigo. Siempre están a mi
lado, siempre enviándome su cariño, su amor.. y eso me llena de alegría, y la
alegría espanta la soledad.
- Y ¿por qué no la temes?
- Mis recuerdos, todas mis vivencias también las llevo conmigo, a veces me entristecen y otras me reconfortan. Y siempre, siempre me reconstruyen y me
hacen fuerte. La soledad es en realidad un enemigo débil, no puede hacerme
daño, porque me gusto, y no temo estar conmigo.
Los miedos pueden hacernos daño por sí solos. Su fuerza la toman de nosotros mismos. Si conseguimos canalizar nuestra fuerza hacia otra parte, nuestros miedos se debilitarán. Los miedos nunca se marchan, siempre están ahí. Por eso conviene conocerlos todos y conocerlos bien, tenerlos bien controlados, para
que no se nos revuelvan de repente.
Yo te propongo una cosa. Comparte tus miedos. Que alguien vigile los tuyos, y tú los de alguien. Así es más probable que podáis mantenerlos controlados, incluso que os riáis de ellos.
- Está bien, está bien. Guárdame en mi sitio. Está claro que hoy no es mi día.
- Con mucho gusto, Miedo a la Soledad. En realidad solo vine a saludarte y aver como estabas.
- Pues ya lo ves, estoy mal, muy mal.
- Sin embargo yo te veo estupendo.
- Sí, lo suponía… Hasta pronto Momo
- ¿Sin rencores?
- Sin rencores
- Entonces sí, hasta pronto
Comentarios
Nadie, absolutamente nadie es un fracaso aunque fracase e algunos objetivos. Por dos razones:
- Nadie fracasa en todo lo que hace (aunque a veces tendamos a pensar eso)
- Porque aún podemos hacer muchas cosas. Y entre alguna de ellas puede estar ese éxito que nos haga sentirnos felices y satisfechos de nosotros mismos.
Un abrazo
Que estés bien...
Que te
Guardaré tus miedos a buen recaudo, muy juntos a los míos. Ahí podré tenerlos controlados, por si alguno quisiera salir a asustarte. Y también te contaré los míos. Estaba pensando en convertirme en una especie de coleccionista de miedos, y buscar un espacio donde todos pudiésemos contar nuestros miedos sin temor ninguno, donde compartir anécdotas de miedo, o dar y recibir consejos…
Te amo Laura, y no te preocupes con tus miedos. Los mantendré vigilados, muuuuy vigilados durante toda la eternidad
Un abrazo
Espero que te recuperes pronto.
Tuyo
Félix
Que suerte es saber que a pesar de que los miedos existen, cabe la posibilidad y el consuelo de mantenerlos controlados. Que suerte saber que podemos tomarlos, voltearlos, manejarlos, ridiculizarlos, trabajarlos... a un grado tal que lleguemos a conocerlos en toda su magnitud y podamos mantenerlos suspendidos y durmiendo en el lado más oscuro del corazón.... hasta llegar al punto de expulsarlos algun día por completo de nuestra vida.
Yo también tengo muchos miedos.... y como Momo me gusta platicarlos contigo...
Más que platicarlos.... hoy voy a ponerlos todos juntos (siguiendo tu estilo y ejemplo) y voy a guardarlos en una cajita valiosa para mi.... de esas que me gustan tanto.... y voy a compartirlos contigo al mandárterlos navegando por el oceáno.
Voy a entregarte mis miedos del mismo modo que te he entregado mis sonrisas y mi corazón entero. Sé... que tu sabras muy bien que hacer con ellos... hasta el punto, en que como tu dices logremos reirnos muy pronto de ellos.
El miedo a la soledad era mi miedo más grandes..... y tu lo sabías....
Hoy... de una manera mágica... con tu magia ese miedo está completamente debilitado.... creo incluso que no existe más....
Y es que al compartirlo contigo... me haz enseñado que el valor radica en mí. Que me sobro y me basto, para salir adelante y para caminar con paso firme por el mundo... conmigo misma, en mi propia compañía, fuerte, segura y feliz.... y poder compartir entonces esa felicidad con los que tanto amo (tú encabezando esa lista).
Gracias Félix... porqúe sé, que bajo tu dirección... todos mis miedos habrán de convertirse en una seguridad brillante... sin lugar a dudasla magia del amor a través de tu ternura... todo lo puede.
Gracias por todo.... mi Capitán
Respetuosamente
Laura Eugenia
Gracias por compartirlo y sabes? estar solo no es necesariamente sentirse solo.
Un afectuoso abrazo con todo respeto y bonito domingo.