Nueve niños concurrieron a mi entrenamiento de Ho’oponopono en Budapest. Les dije al comienzo de la clase que se podían levantar; que podían caminar y jugar. Pero, para mi asombro, ninguno de ellos se movió de sus sillas durante todo el entrenamiento, solo durante los recreos como los adultos.
Vivien, una pequeña niña que se sentó adelante, me hizo preguntas sobre la creación y que pensaba sobre lo que haría Dios si Él tuviese que crear la Tierra otra vez. Honestamente le tuve que responder: “Realmente no lo sé”.
También lo que noté fue que Vivien me hacía preguntas para las cuales ella ya tenía las respuestas. Ella sabía, y me aseguré de hacerle saber que sabía y que no necesitaba preguntar como nosotros, los adulos, lo hacemos. Estamos siempre buscando las respuestas afuera de nosotros pensando que hay alguien allí afuera que sabe.
Este es un ejemplo; Vivien me preguntó si creía que la herramienta del lápiz de Ho’oponopono funcionaba. Entonces, le pregunté: “¿Tú crees que funciona?” Y me respondió: “Sí, funciona”. “Ves”, le dije, “tú lo sabes, no necesitas preguntar”.
Los húngaros fueron muy amables pero serios y, por ello, me sorprendí cuando puse música para bailar y TODOS salieron a bailar. TODOS. Mujeres y hombres y ni lo tuvieron que pensar. ¡Eso fue muy especial!
El seminario de negocios fue fantástico; deberías haber visto todas las caras de felicidad. Parecían niños realmente (esa era la idea). Ver a los hombres de esta forma fue un verdadero regalo. Luego, cuando los hombres se acercaron a agradecerme y a decirme que había cambiado sus vidas y como podría ir yo a sus compañías para trabajar con sus empleados, sentí que mi corazón iba a explotar. Realmente lo habían entendido!
Me encuentro ahora en Zagreb, Croacia. Por primera vez. Vine debido a muy buenas oportunidades que se me abrieron para hacer entrevistas de radio y televisión. Esto me permite conectar con más gente y poder difundir los milagros de Ho´oponopono.
Los croatas son muy dulces, amables y abiertos. Lo que realmente me impactó fue que aquí los taxistas se bajan del auto para abrirte la puerta, ¡aun si está lloviendo!
Volveré allí a principios de Diciembre para realizar entrenamientos de Ho´oponopono y Zero Frequency®
Zero Frequency® es una marca registrada de Mabel Katz.
-Traducción donada por Karina André
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