Mi meta el amor adulto.

Toda persona tiene un proyecto vital, es lo que suele llamarse un propósito de vida. Descubrí el mío a partir de mis limitaciones, dándome cuenta de una variable que se repetía, y que me fue llevando a declararme ignorante en un tema, que sin embargo, se ha convertido en mi camino, en mi búsqueda. Maestra y alumna de las relaciones, del sentido de la pareja, de un compromiso de entregar lo que aprendo a cada momento al transitar por el camino elegido.Durante el proceso surgen cientos de preguntas, especialmente, a medida que experimentas, escuchas, y observas. Después de diez años me doy cuenta que mi propósito de vida es un recién nacido, que encierra todo un universo aún por descubrir. Después de conocer otras historias, unidas a las mías propias, me doy cuenta que la apuesta, que el gran desafío personal, y de todo aquel que quiera amar, es lo que nuestro compañero de blog nos decía en su comentario: El Amor Adulto.La ventaja de declararte ignorante en un primer momento, la tiene el poder descubrir a dónde te va llevando el escucharte, cuando decides hacerlo finalmente. Te empuja a un desafío de supervivencia. Sabes que hay algo que necesitas conocer, aprender y gestionar. Que eso que te revoluciona por dentro y que aunque en otro tiempo ha llegado a obsesionarte con apuestas erróneas, idas y venidas, decides hacerlo ahora de otra manera.Aceptas que ese tema es lo que necesitas comprender por encima de todas la cosas. Descubres que no hay nada en este mundo que te apasione más comprender y superar. Y las piezas de las experiencias están dispersas, sin encajar. Dando vueltas en tu espacio personal de vivencias.Hoy sé con certeza que las limitaciones de Inteligencia emocional generan tal distorsión interna que te hacen caminar por la vida desvinculada de tu propósito vital, sea cual sea el que hayas elegido, lo reconozcas o no. Es más, se convierten en una trampa para que termines pensando que no lo puedes vivir. Sin embargo, como me decía mi maestra Joaquina Fernández en una ocasión, “no hay nadie que no esté en un lugar, o en una experiencia que no haya proyectado antes”.Si vivir una experiencia me lleva a perder el equilibrio personal, si estoy reactivo, si llego a pensar que me aleja de lo que realmente es vital para mí, de lo que da sentido a mi existencia, es que he perdido la perspectiva como consecuencia de un mal manejo emocional. Lo importante en estos casos, es conseguir llegar a un punto donde la reacción emocional sea tan leve, que aunque dé lugar a una acción alterada, se viva, sin que la situación me desborde.Esto es posible cuando me responsabilizo de no perder el hilo conductor de mi vida, de aquello que reconozco como mi propósito, de forma que esta visión me aporta la suficiente fuerza, motivación y optimismo para saber que todas las experiencias conforman, animan y dan sentido a nuestro propósito de vida.Lo importante es conservar la perspectiva, de manera que no se pierda de vista la meta. Entonces, todo lo que vivo, me guste o no, contribuye a la realización plena de ese objetivo. Estoy sintonizado a un aprendizaje continuo y me siento agradecido de lo que viene a mi vida.Esto es aplicable a una relación. Dado que una pareja es un proyecto, vital, que responde a aquello que necesitas aprender en esta vida, y ese compañero te muestra el camino de retorno a ti mismo, a lo esencial, para que le des el mayor regalo que se puede dar a uno mismo, amar a alguien sin proyecciones, con desapego y en libertad.Ahora bien, una vez que decides la meta de lo que quieres aprender, ya sea porque tienes claro tu propósito vital, o porque comprendes que cualquier experiencia te acerca a él, te lo revela de alguna manera, es importante profundizar, tener un conocimiento para que sea posible dar el siguiente paso: generar lo que hay que mejorar, aquello que es necesario cambiar para que se produzca un sentido nuevo de lo que se ha aprendido.De manera que si las relaciones son el sentido de mi vida. Es necesario sumergirse profundamente en la experiencia, aunque pareciera que reproduces lo que otros han hecho, lo que tú mismo has vivido otras veces, sin embargo, cuando estás firmemente sintonizado con lo que es vital, es ineludible que se produzca un cambio, una transformación de lo conocido. Y no es algo que se consiga de forma espontánea. Es necesario ordenar las experiencias previas, de forma que puedas comprender las variables que han roto el éxito, o te han llevado al fracaso. Cuando no materializas aquello que anhelas, que has perseguido durante años, hay algo que se te escapa.Entonces sabes que es el momento de aprender de las experiencias. Y se facilita si consigo organizar mi conocimiento para nacer a una motivación nueva y con fundamento, donde descubro aquellas cosas, que a la larga se han convertido en un error, porque evito, porque no hay claridad, porque hay algo que se escapa a mi comprensión.Puede ser un pasado familiar, una dificultad para responsabilizarse de lo que espero en vez de dármelo, un hábito de eludir una mayor entrega con sentimientos personales que la disculpan. Sea lo que sea, es algo que se puede descubrir cuando decides ver que las cosas que quieres no acaban de construirse o materializarse porque hay un cambio de fondo que eludes. Sin embargo, en esa confusión, en ese desbordamiento, en esa parálisis se esconde la respuesta. Tienes la pista delante de ti, de lo que no estás dispuesto a asumir para dar sentido a tu propósito. Es sólo cuestión de hacerte las preguntas correctas y tirar del hilo. En el caso de que quieras hacerte responsable del cambio.Generar una innovación sobre cualquier aspecto de tu vida requiere conocimiento previo, motivaciones claras y un plan de acción, de forma que puedas caminar por tu meta hacia a donde ella te conduzca.Sin embargo, si todavía soy como un niño, que espera que le amen, que espera que le den las respuestas, que se siente perdido pensando que no sabe lo que quiere, no es posible nacer a ello, al amor adulto. A ese Amor que te compromete primero contigo mismo. Que pide por encima de todas las cosas, la aceptación de quien soy y del camino recorrido. De mirar con amor los errores cometidos; con agradecimiento a las personas que me nutrieron con experiencias, valiosas, profundas, ligeras, enloquecidas, más o menos agradables, intensas o doloras. Son tu material de trabajo.Para después saber que estas sólo y acompañado al mismo tiempo. Y es algo que será así hasta último día de tu vida. En la medida que lo aceptas, el viaje se convierte en un gozo. Esa será ahora mi apuesta. Que el propósito me revele un viaje de amor y de gozo. Os invito a ello. Buena semana.
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Comentarios

  • Holaaa Elsa Sofía buenas noches:

    Un gusto saludarte y agradezcerte por tan bella reflexión!!

    Prespectiva de la vida!! La eterna búsqueda del Ser!!


    Gracias por compartir!!

    Un abrazo.
    Patricia Alvarado.
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