Mi ALMA ENGORDA?????
Para nadie es novedad que la causa básica del aumento de peso a nivel simple es consumir mayor cantidad de energía (a través de los alimentos) de la que utilizamos.
Hay una intima relación entre la forma que comemos y nuestras emociones. Al comer de más no solo nos sobrecargamos de calorías, grasas o carbohidratos, lo hacemos también de miedos, frustraciones, juicios, inseguridades, soledad y rechazo por mencionar algunas de las emociones más frecuentes. De hecho la sobrecarga calórica que ingerimos es solo el reflejo palpable de lo que en realidad ocurre a otros niveles.
¿Cómo es esto?
Comemos de más cuando nos sentimos sobrepasados por alguna experiencia, situación o emoción que en la mayoría de los casos ni siquiera tenemos consciente. Transportamos al área del peso corporal, cuestiones que se originan a nivel mental y emocional.
Para quienes hemos usado a la comida como recompensa, castigo, apapacho, distracción, compañía, maltrato, decepción, agonía, fuente única de placer, etc. no es de extrañarse que sea ahí justo en el terreno de la comida en donde se lleven a cabo los comportamientos compulsivos. La compulsión, según dice Gennen Roth, autora de mas de 15 libros entre ellos “Cuando la comida sustituye al amor”, es desesperación a nivel emocional. Esto quiere decir, que en la compulsión, encuentra nuestro sistema la forma de avisarnos que algo está ocurriendo con nosotros . Es la compulsión un mecanismo de defensa articulado seguramente hace muchos años y de manera inconsciente. La compulsión funciona como un gran chantajista: se aprovecha de eso que nosotros no queremos ver o saber o decir de nosotros mismos para “exigirnos” grandes cantidades de comida con tal de distraer nuestra atención y no dejar que esos recuerdos o comportamientos “vergonzosos o peligrosos” salgan a la luz de la conciencia.
Cada vez que nos dejamos llevar por el impulso de comer sin tener en realidad hambre física estamos cediendo a la manipulación de este “chantajista” llamado compulsión , quien al igual que todo un profesional pedirá cada vez más y más y más.
Asi es como se origina el circulo vicioso del atracón, que lo que refleja son dos cosas:
-Rebelión ante la privación: física o emocional o mental
-Deseo de escapar
Por lo general un atracón viene cuando estamos “hambrientos”, pero no solo nuestro estómago, también el alma!!! Al igual que hay ciertos alimentos que le caen mal al cuerpo, hay muchos que le caen mal al espíritu. Por ejemplo:
Le caen pesadas las frases como:
yo no puedo
yo no merezco
esto es demasiado para mi
Las comparaciones la dejan baja en defensas
La exposición a ambientes hostiles al igual que la agresión verbal hacia nosotros o hacia los demás la irrita
Los sentimientos no manejados u ocultos la indigesta
El miedo excesivo y las actitudes de constante defensa son muy grasosas para ella.
La violencia activa o pasiva dañan su sistema inmunológico
El apego la extriñe
El exceso de critica le causa migraña
Los sentimientos no reconocidos le causan diarrea porque no los digiere
La falta de dulzura le da diabetes
La falta de propósito le da parálisis
La baja ingesta de retos, proyectos y acciones le causa anemia
Que si la nutre?
Frases como:
Yo puedo
Yo merezco
Si no puedo hacerme cargo, pido ayuda
La aceptación del todo tal como es
El sentido de vida
Cumplir lo prometido
La ayuda a los demás
El reconocimiento de logros
La honestidad propia y hacia los demás
La paciencia
La paz de conciencia
Los paisajes lindos
La música suave
Las pláticas profundas
Las relaciones respetuosas
Para nadie es novedad que la causa básica del aumento de peso a nivel simple es consumir mayor cantidad de energía (a través de los alimentos) de la que utilizamos.
Hay una intima relación entre la forma que comemos y nuestras emociones. Al comer de más no solo nos sobrecargamos de calorías, grasas o carbohidratos, lo hacemos también de miedos, frustraciones, juicios, inseguridades, soledad y rechazo por mencionar algunas de las emociones más frecuentes. De hecho la sobrecarga calórica que ingerimos es solo el reflejo palpable de lo que en realidad ocurre a otros niveles.
¿Cómo es esto?
Comemos de más cuando nos sentimos sobrepasados por alguna experiencia, situación o emoción que en la mayoría de los casos ni siquiera tenemos consciente. Transportamos al área del peso corporal, cuestiones que se originan a nivel mental y emocional.
Para quienes hemos usado a la comida como recompensa, castigo, apapacho, distracción, compañía, maltrato, decepción, agonía, fuente única de placer, etc. no es de extrañarse que sea ahí justo en el terreno de la comida en donde se lleven a cabo los comportamientos compulsivos. La compulsión, según dice Gennen Roth, autora de mas de 15 libros entre ellos “Cuando la comida sustituye al amor”, es desesperación a nivel emocional. Esto quiere decir, que en la compulsión, encuentra nuestro sistema la forma de avisarnos que algo está ocurriendo con nosotros . Es la compulsión un mecanismo de defensa articulado seguramente hace muchos años y de manera inconsciente. La compulsión funciona como un gran chantajista: se aprovecha de eso que nosotros no queremos ver o saber o decir de nosotros mismos para “exigirnos” grandes cantidades de comida con tal de distraer nuestra atención y no dejar que esos recuerdos o comportamientos “vergonzosos o peligrosos” salgan a la luz de la conciencia.
Cada vez que nos dejamos llevar por el impulso de comer sin tener en realidad hambre física estamos cediendo a la manipulación de este “chantajista” llamado compulsión , quien al igual que todo un profesional pedirá cada vez más y más y más.
Asi es como se origina el circulo vicioso del atracón, que lo que refleja son dos cosas:
-Rebelión ante la privación: física o emocional o mental
-Deseo de escapar
Por lo general un atracón viene cuando estamos “hambrientos”, pero no solo nuestro estómago, también el alma!!! Al igual que hay ciertos alimentos que le caen mal al cuerpo, hay muchos que le caen mal al espíritu. Por ejemplo:
Le caen pesadas las frases como:
yo no puedo
yo no merezco
esto es demasiado para mi
Las comparaciones la dejan baja en defensas
La exposición a ambientes hostiles al igual que la agresión verbal hacia nosotros o hacia los demás la irrita
Los sentimientos no manejados u ocultos la indigesta
El miedo excesivo y las actitudes de constante defensa son muy grasosas para ella.
La violencia activa o pasiva dañan su sistema inmunológico
El apego la extriñe
El exceso de critica le causa migraña
Los sentimientos no reconocidos le causan diarrea porque no los digiere
La falta de dulzura le da diabetes
La falta de propósito le da parálisis
La baja ingesta de retos, proyectos y acciones le causa anemia
Que si la nutre?
Frases como:
Yo puedo
Yo merezco
Si no puedo hacerme cargo, pido ayuda
La aceptación del todo tal como es
El sentido de vida
Cumplir lo prometido
La ayuda a los demás
El reconocimiento de logros
La honestidad propia y hacia los demás
La paciencia
La paz de conciencia
Los paisajes lindos
La música suave
Las pláticas profundas
Las relaciones respetuosas
Agradezco mucho que me leas y te invito a estar en contacto conmigo también a través de Fb: www.facebook.com/adriesteva Tw: @adriesteva www.adrianaesteva.com
Si quieres conocer más historias con las que seguro te identificarás en la compleja pero fascinante relación que tenemos muchas mujeres con la comida y el peso, te invito a leer mi libro "Cuando la comida calla mis sentimientos" que encuentras a la venta en todas las librerías y a participar en mis Talleres "COMIENDOME MIS EMOCIONES" Y "NUTRIENDO MIS EMOCIONES"
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