Los críticos suelen decir, no sin cierta ironía, que Meryl Streep es tan buena actriz que cuando tiene que encarnar a una mujer hermosa en el cine, realmente luce hermosa.
Se refieren así a los rasgos no muy agraciados de la veterana estrella de Hollywood, quien a sus 62 años, luce esplendorosa y serena, erigiéndose en ejemplo para mujeres de su edad o aún más jóvenes, quienes ven en la protagonista de The Iron Lady un motivo de inspiración.
Así lo dejó ver la estrella de Criadas y señoras, Viola Davis, quien al recibir su premio del Sindicato de Actores se refirió a Meryl como a un faro que la guía en su carrera actoral.
No sólo frente a la pantalla grande, Streep puede simular ser una mujer hermosa. También ha deslumbrado en su primera portada para Vogue Estados Unidos, un acto de justicia que reunió al trío de las de 62 en un shooting que marcó historia.
La editora de la publicación, Anna Wintour -quien para más coincidencias había sido encarnada por la actriz en la exitosa Cuando el Diablo viste de Prada-
La célebre Annie Leibovitz, ex pareja de la fallecida escritora Susan Sontag y una de las fotógrafas más renombradas del mundo y la susodicha Meryl, fueron reunidas para el número de enero 2012 en un acto que las damas de la llamada tercera edad consideraron reivindicativo.
“Soy la mujer más anciana en aparecer en Vogue”, bromeó la actriz en la entrevista que acompaña el reportaje fotográfico, donde tuvo a bien dirigir un poco la sesión, explicando que ella es, aunque no pueda creerse, “alguien que no puede reír y pensar al mismo tiempo”.
Pero no siempre Doña Meryl ha estado en la cima, aunque con apenas 30 años se llevara su primer Oscar a casa. Fue por aquel dramón de 1979 llamado Kramer vs.Kramer y en el que un también jovencísimo Dustin Hoffman hacía llorar a la que es hoy una de las actrices más veneradas del orbe.
Y Streep, como no podía ser de otra manera, lloraba. Y lloraba. Y lloraba. Lloraba tanto como Sally Field, una contemporánea que ha encontrado hueco en la televisión con la serie Brothers and Sisters, pero que no ha podido renovar en el cine esa imagen compungida que la caracterizó a lo largo de innumerables filmes dramáticos y sin entender que a veces, hasta en la pantalla grande, es demasiado tarde para lágrimas.
Hay que decirlo: en nuestra juventud no nos gustaba tanto Meryl Streep, precisamente por esa afición al llanto y a poner cara de circunstancia aun cuando el hecho en cuestión fuera nimio, tipo se me quema un pastel en el horno o llego tarde a mi cita con el odontólogo.
Pero la actriz evolucionó y eso es lo que vemos consumado gratamente en su célebre personalidad: el paso del tiempo, la clara muestra de cómo puede ser una vida bien aprovechada y, tal vez, poniéndonos un poco metafísicos, el espejo que intenta responder con eficacia la pregunta de a qué venimos a esta dimensión, qué haremos con los años que nos tocan en suerte
Por Mónica Maristain
Comentarios
gracias por tu articulo soy admiradora de meril pero la creia mas joven, que buena actriz y que bella.
Gracias Eugenia y Maribel! Saludos
Admirables damas de la "tercera edad", quiero ser como ellas, cuando sea grande! Muchas gracias por este hermoso y dignificante artículo. Abrazos... pongámosle mucha vida, gracia elegancia, buen humor y pasión a nuestros años, viviendo intensamente. "Vive cada día, como si fueras a vivir sólo hoy". *Gena.
y quien no la recuerda en la "casa de los espiritus".....donde a mi me cautivo...mucho más que kramer vs kramer.