El sobrepeso afecta en mayor medida a las mujeres que han entrado en la menopausia que en las que aún no han llegado a ella. ¿Qué es lo que le pasa a nuestro cuerpo? Todo viene propiciado por los ya famosos cambios hormonales.
La progresiva pérdida de la capacidad de los ovarios para producir las hormonas afecta directamente al incremento de peso.
Los estrógenos ayudan a metabolizar la grasa. Al descender sus niveles, quemar los lípidos se hace cada vez más difícil y tienden a acumularse. Asimismo, el descenso en la producción de la progesterona incide en una mayor retención de líquidos, también ligada al aumento de peso. El metabolismo se ralentiza y el organismo necesita menos energía para mantenerse.
De ahí qué, ingiriendo cantidades similares a las de antes, parezca que engordamos más.
¿Cómo me afecta el sobrepeso en la menopausia?
Lo primero que podrías notar es un cambio en tu figura. La distribución del tejido graso se modifica: en la etapa fértil, este se acumula principalmente en muslos y cadera. Al entrar en la menopausia, este tejido liposo tiende a reubicarse en la zona abdominal y alrededor de dersos órganos internos.
Otra de las razones por las que las mujeres se preocupan por la pérdida de peso durante la menopausia es que el tejido muscular se modifica y pierde su tonificación. La musculatura no puede sostener la mayor concentración de grasa y tiende a caer, dando sensación de gordura y flacidez.
El aumento de peso trae consigo otros problemas para la salud, el mayor riesgo de padecer diabetes, enfermedades cardiovasculares, osteoporosis, osteorartiris, obesidad, deterioro cognitivo o depresión, entre otras. Como ves, son razones de peso para cuidar y controlar la báscula.
El ejercicio en la menopausia, es tu mejor aliado. Sus beneficios son de sobra conocidos para el organismo, pero cobran una importancia aún mayor durante esta etapa.
Ejercitarte es la mejor opción que puedes tomar para mitigar la llegada o los efectos de estas dolencias. No es ya una cuestión de adelgazar, sino de mejorar tu salud.
—Intenta realizar sesiones de manera regular, de 3 a 5 veces por semana.
—Encuentra un deporte que te guste y te haga sentir bien, así te tomarás tiempo que te dedicas a ti misma, a cuidarte, y no como una obligación. Al final, te lo pedirá el cuerpo.
—Elige actividades en las que puedas combinar el esfuerzo aeróbico con actividades de fortalecimiento muscular e incremento de la flexibilidad.
—Practicar deporte acompañada te ayudará a mantener la regularidad y a fortalecer tus lazos sociales,
—Utilizar pesas durante tu ejercicio físico te ayudará a mejorar el tono muscular prácticamente sin que te des cuenta.
—Si notas que pierdes capacidades y que tu rendimiento físico empeora, no te abandones. Este será el momento en que más necesites ejercitarte.
—Evita el sedentarismo en tu vida, ¡no siempre es necesario calzarse las zapatillas para hacer ejercicio! Sube las escaleras en lugar de coger el ascensor, intenta ir caminando en lugar de coger el transporte público o el coche, sube la compra a casa, pasa la aspiradora, pasea, baila…
¿No sabes con qué ejercicio empezar?
Prueba con la bicicleta, la natación, la zumba, el pilates o el yoga. Muchas mujeres descubren en el deporte una nueva pasión al empezar a cuidarse durante la menopausia.
Ejercicio y una buena alimentación basada en fruta, verduras, pescado y fibra, cuenta para mejorar tu salud.
Adelgazar durante la menopausia no te servirá si por el contrario no cuidas otros aspectos de tu vida. Los estados de ánimo, el descanso o la autoestima tienen una incidencia directa en tu salud. Cuida tu dieta y cambia el sofá por la calle. Mímate, date un capricho de vez en cuando, quiérete, mimate.
¡La vida incluso en esta etapa es hermosa!
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