Si bien los temas de México nos atañen a todos los que vivimos aquí, porque es nuestro país y somos mexicanos, los invito a que cada uno de nosotros revise en dónde tiene puesta su identidad, más allá de la nacionalidad y los demás aspectos que nos hacen mexicanos, si lo desea revisar, claro, nada es a la fuerza. Lo que está ocurriendo en nuestro país es una gran oportunidad para vernos a nosotros mismos y movernos del lugar en donde cómodamente nos hemos instalado como sociedad si es que no nos gusta. Si queremos que este movimiento masivo "termine pronto" porque es molesto, porque nos pone en el escenario cosas que no hemos querido/podido asumir ni aceptar/integrar desde hace siglos, nos perdemos la posibilidad de ver muchas cosas, concretas y abstractas, de nuestra propia vida y de los lazos invisibles que nos unen como colectivo. El gobierno está caduco y nosotros también. Eso es lo contundente. Que estamos a punto caramelo para explorar todos nuestros miedos, todo aquello que nos tiene podridos, todas las caras de la moneda, los valores que aún sostienen nuestra vida cotidiana y nuestras motivaciones tras bambalinas, cada uno a su paso, para poder resurgir primero como individuos y luego como sociedad. Para ello, es necesario estar al tú por tú con nuestras máscaras más sutiles, temidas y repudiadas. ¿Qué tal esa revolución para un cambio? Por fin estamos dando pasos para empezar a madurar y recuperar aquello que más nos duele y desquicia en lo profundo, haber perdido la confianza en nosotros mismos y percibirnos merecedores de nuestras propias vidas. 2017 es un pase directo a que podamos utilizar TODO el POTENCIAL que hay detrás del conflicto. Se activó una nueva lógica, ¡explorémosla desde una referencia interna!
-Raquel Cherem Ades
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