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Alicia se daba muy buenos consejos a sí misma,

aunque rara vez los seguía

Lewis Carrol

Siempre he desconfiado de quienes dicen que tener éxito depende de nosotros mismos. Creo que eso no ayuda a los que no lo alcanzan y además los hacen sentir culpables.  Hay una trampa en ese pensamiento positivo, eso piensa Bárbara Ehrenreich, ensayista y activista norteamericana. Frases como “si tienes cáncer y no te curas es porque no tienes una actitud positiva” o “si eres pobre es porque odias la riqueza” son de una simplera aterradora. Bárbara padeció cáncer de mamá y la ahogaron con esas opiniones. Esa filosofía la irritó porque la hacía responsable de su enfermedad. Se ha creado una gigantesca industria que  consiste en decir a los demás que pueden conseguirlo todo. Oscar Wilde en “El retrato de Dorian Gray” escribe: “Dorian, no te engañes. La vida no se gobierna ni con la voluntad ni con la intención. La vida es una cuestión de nervios, de fibras, y de células lentamente elaboradas en las que el pensamiento se esconde y la pasión tiene sus sueños. Quizá te imaginas que estás a salvo y crees que eres fuerte. Pero un cambio casual de color en una habitación o en el color del cielo matutino, un determinado perfume que te gustó en una ocasión y que te trae recuerdos sutiles, un verso de un poema olvidado con el que te tropiezas de nuevo, una cadencia de una composición musical que has dejado de tocar... Te aseguro, Dorian, que la vida depende de cosas como ésas.”

Patricia Rodríguez