Mi maestro el Dr. Ihaleakalá Hew Len me solía decir que aún puedes sentir Jet Lag en tu propia casa cuando te diriges de un cuarto a otro. Aparentemente no tenemos que salir de nuestra vivienda para sentirlo. El Jet Lag se produce cuando todas nuestras partes (mentes superconsciente, consciente y subconsciente) no arriban en el mismo momento al mismo lugar.
Por ejemplo, si viajo a Europa y me olvido de decirle a mi niño interior (subconsciente) que nos estamos yendo, cuando arribo a Europa, mi niño se quedó viendo TV en Los Ángeles. Luego llego allí y me siento mareada, siento que no soy yo misma.
Durante todos estos años, Dios me ha dado muchas oportunidades para que intente con Ho´oponopono y pruebe como funciona con el jet lag pero las experiencias que tuve en este último mes fueron más que increíbles. Realmente me tomo el tiempo para hablar con mi niño interior y Dios y les pido a ambos “extra, extra“ ayuda. Le dije a Dios: “Si quieres que realice esto, está bien, pero necesito de tu ayuda”. Y le dije a mi niño interior- “Dependo de tu ayuda. ¡No podré hacerlo todo sola!”. También practiqué un tipo especial de respiración que tenemos en Ho´oponopono, la cual, practicada una vez por hora te ayuda a llegar adonde te diriges, entera.
Finalmente, me fue posible presentar muchas conferencias y talleres (aun una videoconferencia y un evento de negocios privado) en Venezuela, Argentina, República Checa y Guatemala ¡en sólo cinco semanas!
A decir verdad, limpié como loca porque mi intelecto me aseguraba que la iba a pasar muy mal. Me decía que mi agenda era imposible, especialmente las dos últimas semanas (Venezuela- Los Ángeles- Praga – Los Ángeles- Guatemala- Los Ángeles en 12 días). Pero, para mi sorpresa, llegué a Praga (9 horas más que Los Ángeles) y me sentí fresca y adaptada al cambio horario de inmediato y estupendamente todo el tiempo.
Ahora pienso que mi experiencia en esta instancia fue buena más allá del jet lag. Creo que Dios quería que experimente el TIEMPO REAL. Quizás signifique que el tiempo como lo conocemos no existe, que es una ilusión. Podría ser otro de los engaños de nuestro intelecto. Quizá es otra de las historias de nuestro hemisferio izquierdo. ¿¡Quién sabe!? Cualquiera sea el caso, ¡estoy agradecida a Dios y a mi Unihipili (niño interior) por su ayuda! No tengo dudas que no podría haberlo logrado sin ellos (todas mis partes).
Como siempre, cuando yo hago mi parte, que es soltar y pedir ayuda, ellos hacen la suya. Todo comienza conmigo.
Comentarios