VIOLENCIA DE GÉNERO, MALTRATO Y VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES...es la lucha que no cesa. Una violencia que llena de dolor e indignación los corazones de la sociedad del mundo en que vivimos. Malos tratos emocionales y físicos enmarcados en una rutina que permite cualquier otro tipo de violencia: social, sexual, económica, institucional, laboral y feminicida.
Ya hemos hablado en otras ocasiones sobre la violencia sutil y los micromachismos, que son acciones y agresiones que se ejercen de forma "disfrazada", "camuflada", subliminal, pero mucho más perversas. Son acciones consentidas, bendecidas por la sociedad y practicadas habitualmente, cuyo único objetivo es el de minar la autoestima femenina y convetir a las mujeres en seres invisibles y sin capacidad de decisión.
Pese a ser iguales, aún sufrimos la desigualdad. Pese a contar con algunos "avances" contra la violencia de género, hoy en día la práctica choca de frente con mentalidades retrógradas y machistas que insisten con hacer prevalecer los roles y estereotipos de una sociedad misógina.
¿Hasta cuándo llegará el día en que el machismo y la misoginia serán social y legalmente repudiados?
CONDENAR Y ERRADICAR la violencia contra las mujeres y la discriminación que diariamente padece el género femenino es de vital y urgente necesidad.
Mientras tanto, las mujeres debemos seguir luchando desde nuestras propias trincheras y espacios para hacer valer nuestros derechos, para exigir el respeto a nuestra dignidad e integridad, pero sobre todo, debemos salvaguardar y disfrutar nuestra esencia femenina. ¡¡JAMÁS claudiquemos!!.
Mostremos nuestro orgullo y nuestro agradecimiento por ser lo que somos:
¡¡MUJERES!!
Y como muestra de ello, a continuación compartiré un poema (por demás excelso) y deliciosamente escrito por una mujer latinoamericana, quien a través de explícitos versos, nos da un claro ejemplo de orgullo, inspiración, fuerza y agradecimiento por pertenecer al género femenino, a pesar de las notables circunstancias que, histórica y culturalmente, hemos padecido.
Este poema fue escrito hace varios años, tal vez lo conozcas, pero vale la pena leerlo una y mil veces más, para poder recordarlo, sentirlo y vibrarlo en cada momento del día.
Tatiana Lobo Wiehoff nació en Puerto Montt, Chile en 1939. Reside en Costa Rica desde 1963, país en el que ha desarrollado toda su obra literaria. Estudió teatro y pintura en la Universidad de Chile y cerámica en Madrid. Su obra literaria abarca distintos géneros: novela, cuento y teatro. Su primera novela: "Asalto al paraíso", recibió una Mención Honrosa de la Municipalidad de Santiago de Chile en 1993 y el Premio Sor Juana Inés de la Cruz, de México, en 1995. Esta obra ha sido traducida al inglés y al francés. En Costa Rica recibió el Premio Nacional Aquileo J. Echeverría por su obra "Entre Dios y el Diablo, mentiras de la colonia". Con "El año del laberinto" fue galardonada otra vez con ese reconocimiento y además con el Ancora, que es otorgada bianualmente por el periódico La Nación. Parte de su trabajo se ha traducido al inglés, francés y alemán.
Entre sus obras se encuentran: Tiempo de claveles (1989), El caballero del V Centenario (1989), Asalto al paraíso (1992), Entre Dios y el Diablo, mentiras de la Colonia (1993), Calypso (1996), Blancos y negros, todo mezclado (1997) y El año del laberinto (2000).
Tatiana Lobo, la mujer que escribió este bello e increíble poema:
AGRADEZCO SER MUJER
Agradezco ser un animal,
porque los hombres han puesto en peligro
la supervivencia del planeta.
Agradezco ser hembra,
porque el hombre no es el centro del universo,
sino apenas un eslabón más
en la cadena de la vida.
Agradezco que me digan que soy irracional,
porque la razón ha conducido
a los peores actos de barbarie.
Agradezco no haber inventado la tecnología,
porque la tecnología ha envenenado
el agua y el ozono.
Agradezco que me hayan colocado
más cerca de la naturaleza,
porque nunca estaré sola.
Agradezco que me hayan confinado
al hogar y a la familia,
porque puedo hacer de toda la Tierra
mi hogar y mi familia.
Estoy feliz de que me llamen ama de casa,
porque puedo apoderarme de la mía.
Estoy feliz de no ser competitiva,
porque entonces seré solidaria.
Estoy feliz de ser el reposo del guerrero,
porque puedo
cortarle el pelo mientras duerme.
Estoy feliz de que me hayan excluido
del campo de batalla,
porque la muerte no me es indiferente.
Estoy feliz de haber sido excluida del poder,
porque lejos del poder
me alejo de la ambición y la codicia.
Estoy feliz de que me hayan excluido
del arte y la ciencia,
porque los puedo inventar de nuevo.
Me agrada saber que dicen que mi cerebro
es más pequeño que el del hombre,
porque entonces
mi cerebro cabe en todas partes.
Me agrada que me digan que carezco de lógica,
porque entonces
puedo crear una lógica menos fría y más vital.
Me agrada que me digan que soy vanidosa,
porque puedo mirarme al espejo
sin sentirme culpable.
Me agrada que me digan que soy emocional,
porque puedo llorar y reír a gusto.
Me agrada que me digan que soy histérica,
porque entonces puedo lanzar platos
a la cabeza de quien intente hacerme daño.
Me gusta que me llamen bruja,
porque entonces puedo cambiar
la dirección de los vientos a mi favor.
Me gusta que me llamen demonio,
porque puedo quemar
el lecho donde me abusan.
Me gusta que me llamen puta,
porque entonces puedo hacer el amor
con quien me dé la gana.
Me gusta que me digan débil,
porque me recuerdan
que la unión hace la fuerza.
Me gusta que me digan chismosa,
porque nada de lo humano me será ajeno.
Pero lo que más agradezco,
lo que más me agrada,
lo que más me gusta
y lo que me hace más feliz,
es que me digan loca,
porque entonces ninguna libertad
me será negada.
Una y mil veces me quemó la Inquisición
y aprendí a nacer de las cenizas.
Me encerraron en un harén
y encerrada no dejé de reír.
Me pusieron un cinturón de castidad
y adquirí las artes de un cerrajero.
Cargué fardos de leña y me hice fuerte.
Me pusieron velos en la cara
y aprendí a mirar sin ser vista.
Me despertaron los niños a medianoche
y aprendí a mantenerme en vigilia.
No me enviaron a la Universidad
y aprendí a pensar por mi cuenta.
Transporté cántaros de agua
y supe mantener el equilibrio.
Me extirparon el clítoris
y aprendí a gozar con todo el cuerpo.
Pasé días bordando y tejiendo
y mis manos aprendieron
a ser más exactas
que las de un cirujano.
Segué trigo y coseché maíz,
pero me quitaron la comida
y con hambre aprendí a vivir.
Me sacrificaron a los dioses
y a los hombres
y volví a vivir.
Me golpearon y perdí los dientes
y volví a vivir.
Me asesinaron y me ultrajaron
y volví a vivir.
Me quitaron a mis hijos
y en el llanto volví a la vida.
Con tanta fortaleza acumulada,
con tantas habilidades y destrezas aprendidas,
Mujer, si lo intentas,
tú puedes dar vuelta el mundo.
Después de leer estos versos, no me quedan más palabras, solo una recomendación:
¡GUARDA ESTOS PENSAMIENTOS EN LA MEMORIA DE TU MENTE...
...Y DE TU CORAZÓN!
Comentarios
Que belleza, este poema nos reivindica, siiiii que bueno que soy mujer.
ES LO MEJOR QUE HE LEIDO EN MUCHOS AÑOS GRAIAS
HOLA! K TAL , BUENOS DIAS!!
EL POEMA ME PARECIO EXELENTE!!
POR K ASI SOMOS, AUNQUE NOS PONGAN LO MAS ATROZ, SABEMOS SALIR ADELANTE, CUANDO NOS LO PROPONEMOS, GRACIAS POR COMPARTIR.
K TENGAS UN MARAVILLOSO DIA!
Sara: Que bello poema, allí nos guarecemos, cualquiera de nosotras...Gracias, un abrazo