Ludopedagogía
Lic. Daniel Dalabi Fernández
En esta ocasión hablaremos sobre los beneficios que la implementación de una metodología de trabajo innovadora trae a su práctica docente. Es necesaria la actualización de los educadores mexicanos para llevar a las aulas los nuevos paradigmas de la educación universal.
La pedagogía lúdica (del juego) es uno de los factores y elementos importantes en el desarrollo del niño, esta práctica le permite incrementar su creatividad e imaginación, capacidad de decisión y resolución de conflictos, al igual que el trabajo en colectivo, por un bien común.
La pedagogía lúdica tiene distintas formas de ser utilizada y orientada hacia la construcción del ser humano, entre otras están el desarrollo de actividades físicas, tales como juegos tradicionales y el desarrollo cognitivo por medio de actividades intelectuales, cuya herramienta es el juego (rompecabezas, juegos de estrategia y juegos de rol).
La pedagogía de la expresión implica aprender con alegría y espontaneidad para crear en sucesivos ensayos, en una tónica de juego, donde cada uno se afirma como sujeto y como protagonista de sus aprendizajes. A partir de la satisfacción de descubrir, experimentar y elaborar conclusiones, conceptos o nuevas vías de comprensión, se constituye la propedéutica del sujeto. Es importante la tonalidad lúdica, porque asocia intensamente al imaginario, y éste es vía de aprendizaje de nuevos conocimientos. En esta pedagogía los factores esenciales son el impulso lúdico, expresión, creatividad y articulación conceptual.
Inscribirse en la pedagogía de la expresión es evitar modelos predeterminados: es asumirse como docente que promueve la interacción, las tentativas de experimentar y brinda su parecer personal sin temores. De tal forma que las diferencias construyen una percepción más completa de la realidad en estudio y no actúan como un factor de competición intrínseca al grupo en aulas o asumiendo proyectos socio-pedagógicos. En definitiva, educar en la reflexión, en el pensamiento autónomo, es pasar por la experiencia de conjugar la diversidad de opciones y opiniones.
Es fundamental alternativa al pensamiento único. El docente también comprenderá por qué su mayor aspiración es que cada alumno vaya más lejos que él mismo, dado que son nuevas generaciones de su misma especie, que continúan la civilización integrando saberes. De esta dinámica de expresión ludocreativa surge, naturalmente, un crecimiento de autoestima y un reconocimiento del valor de los otros sujetos y de los objetos creados por cada uno. El valor de los objetos no está en el precio del mercado, está en la representación simbólica de la creatividad del sujeto.
El respeto por la persona de los compañeros no está en el temor al castigo, está en los valores y en el reconocimiento de la presencia de otros para la realización del conjunto. El aprendizaje no es una obligación que impone el docente, es la única vía de desarrollo para cada sujeto humano.
Para crear un ambiente de estimulación, el docente propone situaciones abiertas, tanto de realización exigente como de libre ensayo, de manera que cada sujeto pueda encontrar su espacio de protagonista y, mediante la experimentación, descubra el placer de los aprendizajes y los beneficios de la interacción. El maestro participa de los diálogos, sugiere preguntas, aporta informaciones, también desenvuelve su sensibilidad en diversas formas del artexpresión, organiza el frondoso surgir de ideas y opiniones que necesitan sistematizarse, acercando el entusiasmo al proceso de construir un conocimiento científico.
La metodología es un instrumento para sobrepasar las contingencias personales, buscando resultados esperados a través de los aprendizajes. Ofrece los parámetros con los cuales cada maestro puede orientarse para el desarrollo de sus clases, de su programa, del proyecto, pero no impide las singularidades del niño. En la Ludopedagogía se plantea una secuencia metodológica para lograr los fines propuestos a través del aula o desenvolvimiento del proyecto socio-pedagógico.
En la expresión ludocreativa están todas las dimensiones del ser humano: social, cultural, afectividad, cognición, motricidad, placer, imaginación, diversión y mucho estímulo para un permanente aprender, dado que estimula interés y alegría por descubrir sus propias potencialidades. Lo cual resulta un gran contraste con los modelos tradicionales de educación básica, donde los alumnos deben seguir el modelo propuesto por sus docentes, reproduciendo ejercicios y conocimientos, generalmente memorizados más que investigados.
La secuencia metodológica consiste en:
a) Introducción lúdica
b) actividades de expresión creativa
c) preguntas o conflictos de comprensión pedagógica
d) experimentación e información
e) articulación con la sistematización de nuevos conceptos, con posibles replanteos y despejar conclusiones
Todo ello a través de la permanente interacción entre sujeto – objetos – sujetos. El maestro es aquí un orientador de la dinámica pedagógica.
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