Se termina el mes de marzo, se nos va como el agua. En un abrir y cerrar de ojos estamos terminando el primer trimestre del año. La velocidad con la que se pasa el tiempo nos recuerda lo importante que es utilizarlo a nuestro favor.
Entre lo ajetreado de la vida cotidiana, las prisas, las distancias, el tráfico, se vuelve cada vez más indispensable pensar en las cosas que son esenciales y que son las que nos permiten llenar nuestra existencia.
Es curioso ver como los niños pequeños solo están esperanzados en el hecho de recibir. Siempre que llega papá o mamá a casa tienen la expectativa de obtener alguna sorpresa, algún signo de cariño. ¡Que delicia es ser niño y solo esperar recibir! Recibir cuidados, afecto, atención, dulces y premios.
Crecer implica dar.
Con el tiempo, y la experiencia vamos aprendiendo que no es posible retener las cosas para uno, sino que es indispensable dar y que sólo de esta manera se multiplican los beneficios y enriquecemos nuestra vida.
La experiencia nos muestra como entre mas cosas obtenemos, más nos sentimos con la capacidad de compartirlo con los demás. Entre más maduros emocionalmente estamos, nos sentimos más plenos y satisfechos con el hecho de dar a otros. No hay un signo más infantil en un adulto, que estar ensimismado esperando recibir algo de los demás.
El que da de corazón a los demás también se regala algo valioso a si mismo. Es un circulo virtuoso que agranda el espíritu y nos hace ser cada vez mas mejores personas; y viceversa, aprender a recibir de los demás es también un placer, un enorme gusto.
Hay un viejo dicho que dice que en la vida “lo que das recibes” y estoy convencida que es cierto, es un acto de ida y vuelta que produce el efecto bumerang, si das cosas positivas recibirás de vuelta lo mismo, al final todo regresa a ti.
¿Alguna ves has sentido muestras de rechazo, de envidia, de rencor o algún otro sentimiento negativo con respecto a tu persona? Valdría la pena revisar ¿cuál ha sido tu actitud con respecto a los otros?
Quizás en ese proceso de introspección auténtica logres comprender que nuestros actos si tienen consecuencias. No se puede ir por el camino lastimando o hiriendo a cuanta persona se nos cruza.
Analizar tus actitudes te permite ser más asertivo en próximas ocasiones.
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