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Pensar y decir cosas positivas nos ayudan a reprogramar nuestras mentes contra falsas creencias impuestas.

Cuando somos jóvenes escuchamos que los adultos dicen que la vida es difícil, que trabajar es un castigo, que los hombres mienten o que las mujeres son complicadas.  Esas y otras falsas creencias enraizadas en tu mente pueden ser causa de un gran malestar. En tus manos está cambiarlas por decretos positivos.

“Las  palabras de las personas y su forma de expresarse reflejan sus creencias, que están ancladas en lo más profundo de su mente”, explica la psicóloga clínica Mariángeles Barja, quien recuerda los testimonios de algunos pacientes.

“Estrella está convencida que con esfuerzo, sacrificio y dedicación, puede hacer realidad todo lo que se proponga. Vivió la mayor parte de su infancia con su abuelos quienes le “enseñaron” a través de su dura forma de vivir, que la existencia requiere un esfuerzo y trabajo permanentes”, señala Barja.

“Ernesto siempre anda escaso de dinero pese a que gana un sueldo considerable. No obstante siempre se las arregla para que sus gastos superen a sus ingresos, lo que le obliga a llegar a fin de mes con los bolsillos vacíos y las cuentas bancarias en números rojos. Siempre oía decir a sus padres que el dinero es malo y los ricos son desgraciados”, explica la psicóloga.

“Las creencias de estas personas según la psicóloga están tan arraigadas en sus mentes, que han terminado por dar sentido y orientación a sus existencias. Una creencia es una generalización sobre una parte de la realidad o la experiencia que extendemos hacia el futuro sin comprobar si es cierta”.

Dado que lo que sentimos está determinado por lo que pensamos, es importante elegir y cuidar las ideas que sembramos y dejamos crecer en nuestra mente, las cuales florecerán y se desarrollarán en nuestra vida, señala la psicóloga Patricia Martínez. PARA SEGUIR LEYENDO DA CLICK AQUÍ