Acaba de pasar la temporada de regalos para las niñas y niños. En las listas de los más solicitados se mantiene la tendencia marcada en función del género: los niños pidieron cochecitos y muñecos interactivos o de control remoto, animales de la selva, legos, algunos juegos de mesa, consolas y videojuegos, entre otros. Mientras que las niñas pidieron muñecas, carriolas, juegos de té, cocinitas y utensilios domésticos, máquinas de coser, etcétera.
El mercado ofrece juguetes diferenciados para niñas y niños. Los padres y las madres ajustan sus compras a dicha oferta, dando por hecho que, efectivamente, los juguetes tienen sexo. En realidad los juguetes sólo son (o deberían ser) objetos que facilitan el acto lúdico; estímulos que detonan la imaginación, la creatividad; instrumentos que facilitan y enriquecen la diversión.
En el listado de solicitudes expuesto renglones arriba se manifiesta una tendencia marcada por el sexo: las niñas solicitan juguetes que implican cuidar de otros, hacerse cargo de otros: jugar a ser cuidadora, nutricia, asistente, con utensilios domésticos, en el espacio privado; mientras que los niños interactúan con juguetes que los “preparan” para el espacio público, para construir cosas más allá del espacio doméstico, para manejar la tecnología.
Nuestra cultura caracterizada por altos índices de homofobia, discriminación y violencia por cuestiones de género, tiene en la educación infantil uno de sus principales resortes. Las expectativas de lo que debe ser un hombre y lo que debe ser una mujer se depositan en las prácticas de crianza, en los símbolos, en las tradiciones, en los utensilios… en los juguetes.
En aras de contribuir a la construcción de relaciones humanas más igualitarias, es que demos mayor libertad para que las niñas y los niños elijan cómo quieren jugar y con qué juguetes o utensilios desean hacerlo.
Después de todo, el juego de la vida en la edad adulta nos exige a hombres y mujeres poner en práctica una amplia gama de habilidades, actitudes y atributos que no tienen sexo: unos y otras necesitamos aprender a conducir un vehículo, manejar la tecnología, expresar el cariño y cuidar a nuestros hijos o familiares, a nuestra pareja, a nuestros amigos… Actualmente hombres y mujeres podemos optar por profesiones y oficios cuyo acceso no está determinado por el sexo sino por las capacidades. Para todas estas posibilidades debemos preparar a niñas y niños.
Comentarios
ESTUPENDO ARTÍCULO, MUY BUEN ANÁLISIS DE LO QUE LAS ESTRUCTURAS SOCIALES, SIGUE MANTENIENDO EN LA ACTUALIDAD, GRACIAS!!!