Todos hemos visto a personas en acción, y seguramente nos ha cruzado por la mente que no tenemos nada que aprender de ellos, pues parece que todo se los han servido en bandeja de plata a causa de su atractivo, herencia familiar, dinero o un “claro concepto de su propio destino”. Mujeres y hombres que tienen clarísimo en su mente lo que son y lo que quieren, es porque tienen una amplia conciencia de sus posibilidades, definitivamente, “consiguen lo que creen que merecen”.
Sharon Stone demostró que dominaba dichas técnicas mencionadas, al dirigirse al premio de la Academia en 1996, año en que le concedieron el Oscar por su papel en Casino, comentó lo siguiente: “considero que tengo más osadía que talento, pero como quiera que he preservado, he echado mano de un poco de talento y les he sacado el mejor partido”.
Por soberbia, por ignorancia o rebeldía en ocasiones opinamos que no necesitamos de la ayuda o consejo de otra persona. Sabemos perfectamente que estamos absolutamente todos destinados a ganar en la vida, y no a llorar, porque has nacido con el talento y el temperamento adecuado, y que posees una gran dosis de autoestima, ambición y sentido común… ¿deberás te la crees, o eres una saboteador de tus cualidades?...
Al observar a las mujeres que consiguen lo que desean, he aprendido que luchan, por supuesto, por sus objetivos, utilizando “un conjunto de estrategias concretas”, se trata de elegir el momento preciso para acercarse a su objetivo, tomarlo con tal fuerza y pasión, y apartarse seguidamente de su objetivo con la misma cautela.
Sabemos que la envidia tiene connotaciones negativas, por eso se habla de una persona cuando logra lo que desea, o es un sujeto emprendedor y exitoso cuando tiene la capacidad de controlar los acontecimientos de su vida por muy difíciles que sean, por eso las personas que nos envidian hablan de nosotros con mucho entusiasmo. Si algo también he aprendido en la vida de que las personas que triunfamos es que en lugar de reprimir o negar la envidia, como lo hacen casi todas las personas, es "sacarle el máximo partido". Si somos capaces de reaccionar ante las primeras punzadas, es porque sabemos canalizar nuestro poder y hacer de él un uso positivo.
La envidia no es el fin adecuado, pero si un buen principio para creerte que eres capaz de manejar tu osadía, talento y belleza.
Cuando en tu vida siempre están de forma constante las emociones y sentimientos, y no los controlas de forma adecuada, te niegas la posibilidad de experimentar tus talentos, te vuelves terriblemente reacia en admitir que tienes que aprovechar lo que eres y tienes, y aún mejor, la obligación de exigirte en emprender todo aquellos que desees lograr. Podrás ser osada, pero si tienes angustia en despertar la envidia es ahora cuando tienes que enderezar la situación que se te presente y buscar de inmediato cualquier antídoto para ser feliz, ¿tú crees que los osados, talentosos o bellos son infelices? Por supuesto que no, porque se atreven, arriesgan tomando de frente, con dignidad y orgullo, cualquier contratiempo.
“Mira a tu alrededor, concéntrate, haz una proyección. Pronto descubrirás que si te permites algo de envidia acabarás con una idea más clara de lo que realmente te apasiona”
A veces a tus deseos les puede faltar maduración, o pueden ser imprecisos o escurridizos. A menudo pude ser que no sabes lo que quieres hasta el día en que llegas y sientes que te has equivocado. Si eres consciente de tu propio talento y capacidad personal, tal vez sepas cómo aplicarlos, es cuando tienes “conciencia” de quién eres. Muchas de las personas que triunfamos no nos levantamos gritando “Eureka”, hemos pasado por un proceso de eliminación, qué queremos, cómo nos sentimos, cuáles son nuestras barreras y talentos, aprender a sufrir en silencio, conservar la calma y concentrarnos en lo que queremos pese a las personas y las situaciones.
Tienes que estar siempre abierto a las oportunidades, cuando se presentan tienes que decidir si lo tomas o lo dejas, basándote en cómo te sentirás sino lo intentarás. El ser humano vive en una situación de poco o nulo esfuerzo emocional, es más cómodo estar lamentándose, enfurecido, y agrediendo a quienes luchan y se esfuerzan por ser cada vez mejores personas. En el caso de las mujeres que conseguimos los éxitos de acuerdo a nuestra realidad, es por qué no hay tiempo de romanticismo, aceptamos el hecho de que no necesariamente nacemos sabiendo lo que queremos, SINO QUE TENEMOS QUE SALIR A BUSCARLO.
No nos aferramos a la idea de que hay solo una opción perfecta, una única cosa que hacer, una persona a quién amar, o un lugar donde vivir. Tampoco permanecemos sentadas esperando a que nos llegue la inspiración, “se trata de que busquemos lo que queremos de verdad, algo que nos llene”.
PARA TRIUNFAR MIS CONSEJOS SON:
1. Nunca le pidas consejo a alguien que no conozcas
2. Nunca le pidas consejo a una persona que aunque la conozcas, no demuestre de verdad que te apoya.
3. Nunca le pidas consejo a un compañero de trabajo.
4. Nunca le pidas consejo a un pariente, porque tiene una idea preconcebida de ti y de que lo necesitas.
5. Nunca le pidas un consejo a los amigos que pretenden que te quedes donde estas.
6. Nunca le pidas un consejo a quien tenga un interés personal en el tema, y sobre todo:
7. Nunca le pidas consejo: A QUIEN TE FRENE, POSPONGA TUS OBJETIVOS Y TE IMPIDA ACTUAR.
“Siempre que pidas, pide a personas generosas”
Recuerda, Tú tienes el Control, Tú eres lo más importante. Que Dios te bendiga, nos vemos el próximo martes. Gracias.
Comentarios
muy bellos consejos gracias por esos pensamientos. y adelante aplicarlos.
Con personas q crei q eran mis. AmigOs y tambien con algunos
Conocidos,por ello a veces es necesario meditar en silencio,para
Q llegue la respuesta apropiada,nuestra intuición es muy sabia.
debemos escucHar Esa vocesita interior para tomar decisiones acertadas .
tan maravilloso Artículo.
Claro las decisión de nuestros actos esta solamente en uno mismo, así también las limitaciones, las traemos con nosotros mismos. Hay que recordar que no es suficiente querer despertar, sino despertar! Toda una vida nos espera, a la edad que tengamos. No tenemos que correr hacia ninguna parte, sólo saber dar cada paso plenamente.