Así titula Elvira Lindo su artículo del domingo 17 de enero en el diario el País. ¡Pero no se adelanten! De lo que trata el artículo es de la última película de Woody Allen “Si la cosa funciona”.
Se hace una pregunta simpática: ¿Qué sentido tiene que una mujer en plena capacidad de procrear se entregue a un individuo que le queda un batallón de espermatozoides derrotados y que tiene que echar mano de una botella de Viagra? Después de decir esto, Elvira se engolosina hablando de Galdós y su afición a las mujeres jóvenes, nada raro me parece a mí que los hombres prefieran a las mujeres jóvenes. Y es que Elvira Lindo no se traga que exista un amor loco cuando hay una diferencia de 40 años de edad, si no existe un factor económico y de status importante. Es el caso de la última novela de Philip Roth, en la que un viejo actor en declive salva a una muchacha joven de su lesbianismo. Porque la pobrecita no sabía lo que valía un pene antes de conocerlo.
En la película de Allen, una joven tonta y bonita se enamora de un tipo viejo, feo en insolvente. La articulista se pregunta: ¿Qué les pasa a algunos hombres cuando se vuelven mayores? ¿No se dan cuenta de que si ligan es porque su condición social compensa su mermada condición sexual? Elvira añora al Allen de “Manhattan” protagonizada por Mariel Hemingway.
No me cabe la menor duda: La película no le gustó. A mí tampoco me pareció lo mejor de Woody Allen y eso que soy su fan. Hay muchas Lolitas en el mundo y Faustos que venderían su alma al diablo por volver a ser jóvenes y habría mucho material de análisis para entender sus conductas. El final de la película no es feliz, porque la naturaleza acaba poniendo todo en su justa dimensión.
Patricia Rodríguez
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