Voy a tocar un tema que casi no se toca; y no sé por qué, si es un asunto que nos puede complicar la vida.
Con cierta frecuencia enfrentamos la situación de que una persona, generalmente la pareja, nos pide dinero prestado. Casi todas respondemos ayudando con lo poco que tenemos, con la certeza de que nos será devuelto y de que le estamos haciendo un bien.
Me gustaría analizar un poco éste asunto. Primero consideremos que la manera de administrar los propios recursos es, más bien, una forma de vida. Las personas endeudadas suelen gastar más de lo que ganan y van "haciendo hoyos para tapar otros". Si tu pareja debe mucho dinero deberías preguntarte: ¿desde cuándo está endeudado? ¿a quién más le debe? ¿podrá pagarte algún día?
Todo esto importa, porque cuando se atreven a pedirte prestado, es porque ya tiene deudas impagables con los bancos y saben que tú no cobras intereses. Por otro lado, viven esperando que ocurra "ese" milagro que los sacará de problemas: "ya me van a pagar los miles que me deben", "ya casi cierro este negocio" "tengo varios prospectos en puerta, en cuanto pegue uno, te pago". Milagro que nunca ocurre.
Antes de decidir si le prestas o no, recuerda que lo más probable es que no te pague y que perderás ese dinero; lo perderás, no lo estás invirtiendo, las relaciones no admiten dinero como inversión. Recuerda que es probable que te pida más y más y más. Piensa que si alguien te ama no abusa de ti, ni de tus recursos. Pero sobre todo, observa si te da miedo decirle que no.
Cuando nos da miedo decir "no", estamos en una relación que tiene tintes de abuso y valdría la pena hacer una pausa en el camino para revisar nuestras dependencias.
No se trata de ser egoístas, se trata de cuidarnos de depredadores, de abusivos y de personas dependientes; recordemos que hay cosas que nunca cambian y los hombres y mujeres endeudados, tampoco cambian.
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