Las mujeres y la tecnología

"Cuando lo único que se tiene es un martillo todo parece un clavo."Las mujeres llegamos tarde a la tecnología, como a otras muchas cosas. Y no fue por impuntuales, aunque de eso tengamos la fama, lo cierto es que hubo muchos y muy variados intereses para mantenernos alejadas del campo de acción. Estuvimos encerradas muchos años en el santuario del hogar, y la tecnología que conocimos fue básicamente la doméstica. Las mujeres que entraron como obreras cuando la fuerza viril ya no era indispensable para operar las nuevas maquinarias, conocieron desde el siglo XIX un aspecto de la tecnología industrial. El día de las madres ha sido elegido para que nos renueven los electrodomésticos y levantemos las manos al cielo agradecidas de que se pueda hacer una salsa con sólo oprimir un botón de la licuadora, aunque, aquí entre nosotras, la que se hace en molcajete sepa más sabrosa. Pero antes de entrar en materia me gustaría que nos familiaricemos con algunos términos:Técnica: conjunto de procedimientos y métodos de una ciencia, arte, oficio, e industria. Habilidad en la utilización de dichos procedimientos. Conjunto de las aplicaciones prácticas de las ciencias. Del latín tecnicus y este del griego tekhnè: arte, habilidad o destreza.Encontré esta otra definición de técnica: Conjunto de los instrumentos y procedimientos industriales de un determinado sector o producto.Tecnología: Estudio de los medios, de las técnicas y de los procesos empleados en las diferentes ramas de la industria. El termino tecnología se utiliza para designar aquellos procesos en los que los seres humanos fabrican herramientas y maquinaria con las que aumentan su control y comprensión del medio ambiente material. Viene de las raíces griegas tekhnè: arte, y logos: tratado.Tecnologías avanzadas: medios materiales y organizaciones estructurales que sirven para aplicar los más recientes descubrimientos científicos.Un poco de historia:Muchos historiadores de la ciencia opinan que la tecnología es una condición de los adelantos de la civilización industrial. Las innovaciones aumentan geométricamente y trasforman sistemas culturales tradicionales con resultados insospechados, algunos buenos y otros nefastos. La tecnología es un proceso creativo y destructivo, como lo es el metabolismo, resultado del catabolismo y del anabolismo. Ciencia y tecnología implican procesos del pensamiento, que tienen repercusiones en el mundo material. Utilizan los métodos experimentales que resultan de la demostración empírica, lo que significa que se puede verificar al repetirlos.Lo cierto es que hoy en día la gente le teme más a la tecnología que a la ciencia. La ciencia proyecta una imagen serena y objetiva mientras que las manifestaciones de la tecnología en el mundo actual parecen fuera de control.La tecnología no se reduce a las computadoras, los teléfonos celulares y las palms, que muchos tienen y pocos saben usar. La tecnología existe desde hace 2 o 3 millones de años, cuando se aprendió a tallar la piedra, y se dominó el fuego. La domesticación del fuego fue un avance colosal, producirlo frotando la yesca y pedernal, en vez de esperar a que un rayo incendiara un árbol para precipitarse a tomar una rama encendida y llevarla a la casa o a los altares de los dioses, fue una hazaña que puede parecer banal ahora que lo tenemos cautivo en los pilotos de la estufa, y en los encendedores de bolsillo. La palabra “hogar” viene del lugar en el que se mantenía el fuego, que servía para calentar la vivienda, cocinar la comida, iluminar la noche y ahuyentar a los animales peligrosos. Las mujeres fueron las custodias del fuego del hogar y, en el origen de las religiones, también del de los primeros templos.Con el fuego apareció la metalurgia, el bronce resultó de la aleación del cobre con el estaño, con el se fabricaron armas hace 3,000 años. El bronce es un símbolo de la civilización, apareció en todo el mundo casi al mismo tiempo que las ciudades y todas sus repercusiones.Un día comenzaron a poblar la tierra grupos humanos muy primitivos que venían de otros continentes en busca de comida. Inauguraron la era de la producción de alimentos y apareció la propiedad y la ganadería. Pero las condiciones ambientales y el adelanto tecnológico hicieron necesaria la especialización de algunos hombres en el arte y la ciencia de la irrigación y el mejoramiento de las tierras. Se ha dicho que la agricultura nació de las mujeres que sembraron el primer grano sin saber todo lo que ocurriría al cambiar la vida nómada por la sedentaria. En el antiguo Egipto, en China, Perú y otras viejas civilizaciones se utilizó la tecnología hidráulica para construir, terrazas, canales y represas. Las técnicas artesanales también mejoraron: el tejido, la alfarería, el curtido de las pieles.La aparición de la rueda, la escritura, y la urbanización. Fueron grandes adelantos tecnológicos que cambiaron al mundo drásticamente. Con la riqueza se hace necesaria la guerra, actividad por la cual unos seres humanos pretenden apoderarse de algo que les pertenece a otros: la guerra es una actividad derivada de la aparición de la propiedad. Se utilizan fortificaciones y otros recursos para la guerra. La tecnología bélica permite que se construyan armas para defender la propiedad sobre la tierra y el trabajo invertido en ella de los que intentan apoderarse de las riquezas ajenas. “Así nace la guerra ‘nacional’ por la ‘soberanía’ que durará mientras exista la propiedad privada” Sino me creen pregúntense cuáles armas de destrucción masiva tenían los iraquíes, más bien es el petróleo que se encuentra en el subsuelo de Irak el que despertó la suspicacia americana, o debería decir la avaricia.Los griegos y los fenicios fueron grandes navegantes. Tales de Mileto elaboró métodos de navegación. Arquímedes, aquel que gritó ¡Eureka! en su bañera, construyó ingeniosas maquinarias bélicas. Se cuenta que con espejos que reflejaban la luz del sol quemó las velas de las naves que sitiaban Agrigento desde el mar, también diseñó la bomba espiral. Anaximandro elaboró un mapamundi. Los romanos construyeron 70,800 kilómetros de caminos, acueductos y fortificaciones, inventaron el molino de agua, la jabalina y la catapulta.En la Edad Media se inventaron la silla de montar, la lanza, la armadura, la pistola, los cañones, los morteros, la rueca y el torno de hilar, las herraduras, la brújula magnética, el reloj a pesas, y la imprenta que liberó el saber de manos de la iglesia y de la corte y lo puso al alcance de todos. Gutemberg fabricó algo de valor incalculable, que se sumó a un invento chino del año 105 de nuestra era, en tiempos de la dinastía Han: el papel. Los chinos lo llamaban zhi y lo usaban principalmente para envolver pescado, aunque también escribían en él poesía, historia, hicieron un diccionario, y dejaron testimonio del primer censo a gran escala que sobrevive en el mundo.La tecnología moderna empezó en Inglaterra, se le conoce como la Revolución Industrial y estuvo ligada a la aparición de la máquina de vapor que inventaron los ingleses Thomas Newcomen, James Watt, Richard Trevthick, y el norteamericano Oliver Evans. En 1793, en Estados Unidos, Eli Whitney introdujo los tejidos de algodón, gracias a la aparición de las máquinas despepitadotas de algodón. En Francia, en 1801, Joseph Jacquard uso en sus telares cartones perforados para meter los hilos de lana en la urdimbre que ya presagiaban la revolución de las computadoras en el siglo XX.La Revolución Industrial no exigía artesanos diestros e introdujo remuneraciones impersonales. Es así como las mujeres ingresaron a las fábricas y también los niños. En el siglo XIX se construyó del canal de Suez y el de Panamá, Eiffel propuso nuevos materiales para construir edificios, y puentes, se inventaron el telégrafo, el teléfono, los trenes de vapor. Edison inventó el foco incandescente, apareció la radio inalámbrica, el cine, los autos y los aviones. Aumentó la movilidad y la velocidad de desplazamiento y la comunicación. Desafortunadamente también la transmisión de enfermedades se aceleró vertiginosamente.La Primera Guerra Mundial, conocida como la Gran Guerra, permitió que surgiera el submarino y la Segunda Guerra, la bomba atómica, las computadoras y una enorme cantidad de basura y daños ambientales. Los países que tienen en sus manos el poder de la tecnología especializada, los “secretos” del mundo, y el poder de las armas, someten sin dificultad a quienes tienen las manos vacías.La tecnología ha trasformado el medio ambiente, con ella podemos destruir rápidamente la civilización que se ha creado en varios milenios. Ya nadie duda que sea un medio para trasformar y crear un nuevo medio ambiente físico y humano .En la década de los 90 experimentamos el último evento de una serie de avances comunicativos: La Red Mundial de computadoras, www: world wide web. La Red representa un avance en comunicación equivalente a la invención del lenguaje escrito. Si la escritura alteró el curso de la civilización humana, la Red ha reconfigurado profundamente las sociedades más desarrolladas y continuará haciéndolo de maneras imposibles de imaginar. La red evoca la idea de la creación de una mente colectiva, pero su problema, como el de la televisión y el radio, es que hasta la fecha es un flujo unidireccional de información. El público es un receptor pasivo de información, nada que ver con una conversación durante la cena. El conocimiento colectivo y la mente colectiva no son la misma cosa. Las computadoras comunican pero no piensan. Corremos el riesgo de de que la noción de nuestras ideas se diluya. La homogeneidad del pensamiento generada por los medios de comunicación homogeneiza a la sociedad y la tendencia a la igualdad produce frío en la espalda, porque en general se copia más fácilmente lo banal que lo profundo, además la homogeneidad disminuye la variación, que es la clave de la supervivencia.Dice el doctor Rodolfo Llinás: “Si no se modula la eclosión de la tecnología subyacente en la Red, su expansión incontrolada puede convertirse en un peligro, el mayor peligro que haya tenido la sociedad, peor que la guerra, las drogas, la enfermedad y la miseria. Con estas formas de comunicación la interacción con el mundo externo puede dejar de parecernos atractiva.”Aprendiendo a manejar las nuevas herramientas:La tecnología está en todos lados y la hemos utilizado como Monsieur Jourdain, sin saber . En nuestro hogares estamos rodeadas de ella, basta con encender el apagador de la luz, el refrigerador, la radio, la televisión, la aspiradora, la lavadora de platos, de ropa, la secadora de pelo, el teléfono, la contestadora automática. Nos hemos acostumbrado a usarla a tal punto que ya no podemos prescindir de ella. Cuando apareció la televisión fue un gran acontecimiento, como no había en todas las casas, los vecinos visitaban a quienes la tenían para ver los pocos programas que se trasmitían en los tres canales que existían en esos días, y que no operaban como ahora 24 horas. Actualmente se ha convertido en un miembro más de la familia, arrulla a los viejos y a los recién nacidos, acompaña a los solitarios, e inquieta a los ingenuos.Si se va la luz podemos darnos cuenta hasta que punto dependemos de la tecnología, y también de la luz. Y si creemos que ya la controlamos les anuncio que pronto habrá refrigeradores inteligentes que se programaran por niveles y enfriaran según la cantidad de alimentos que contengan, será necesario tomar un curso de ingeniería o de electrónica para programarlos adecuadamente, porque nuestros aparatos están como nuestro cerebros, subutilizados.¿Por qué la tecnología quedo en el campo masculino? Los grandes inventores, descubridores y navegantes fueron hombres. La mítica Atalanta que acompañó a los argonautas en busca del vellocino de oro, o una Rosalind Franklin, la investigadora inglesa que trabajó radiografiando la molécula de DNA hasta morir de cáncer a los 37 años, cuyos resultados les permitieron a otros ganar el premio Nobel de Medicina en 1962, son una minoría estadística. Por milenios los hombres han tenido el poder, conocían la escritura, poseían las armas y ejercían la guerra, mientras las mujeres conservaban la riqueza dentro de la casa y cuidaban a los hijos. Hace no tantos años se consideraba que las mujeres no éramos capaces de manejar un auto y el insulto: “la mujer a la cocina” o “tenía que ser vieja” se escuchaban con frecuencia en la calle. Los hombres prefieren ir al volante que ser copilotos, no confían en nuestra destreza como conductoras. Algunas mujeres se jactan de “manejar como hombres” en un intento de afirmar sus habilidades. El automóvil es tecnología pura que se vuelve cada día más sofisticada. Hace algunos años aparecieron los carros que hablan. Dicen la temperatura exterior, la interior, nos recuerdan que apaguemos los faros y que nos ajustemos los cinturones. Las alarmas antirrobo son cada vez más complicadas. Yo he tenido que dejar mi auto estacionado en la calle y tomar un taxi porque se desencadenó la alarma antirrobo y se bloqueó la bomba de gasolina. Las máquinas de prepago en los estacionamientos de los centros comerciales produjo en sus inicios olas de desconcierto, en algunas hay un empleado que explica como se manejan, mientras una larga cola de impacientes espera su turno. Y acabo de descubrir que algunos autobuses ya tienen máquinas que dan cambio.Qué decir de las llamadas telefónicas en las que contestan voces pregrabadas que empiezan diciendo: “Hemos cambiado el menú para atenderle mejor “, y siguen con una infinidad de opciones. Cuando después de perderse en ese laberinto de teclas se consigue escuchar una voz humana, se siente un gran alivio. Me resistí a la computadora por unos años, insistí en escribir en mi máquina mecánica y gastaba en cintas y papel carbón que me dejaban los dedos negros. Un buen día compré mi primera portátil y para perderle el miedo decidí llamarla Morgana, como el hada que sedujo a Merlín. La muy malvada le sacó todos sus conocimientos y después los uso para dejarlo en una cueva de hielo en la que debe seguir hasta la fecha. Está claro que yo me sentía Merlín, modestia aparte, y temía que la computadora me hiciera perder la libertad. Morgana sigue funcionando con varias ampliaciones de memoria, pero ahora además tengo a Miranda, el nombre lo saqué de La tempestad de William Shakespeare. Humanizarlas me permitió perderles el miedo, algunas veces las regaño y las amenazo con desconectarlas. Ahora acepto que son herramientas indispensables, y después de varios años de tener un maestro con paciencia de santo Job que viene a mi casa una vez a la semana, soy capaz de operarlas, pero estoy conciente de que pueden hacer muchas cosas que yo desconozco: nunca he comprado por Internet, no he reservado cines, ni me gusta hacer los pagos por la red. En una ocasión recibí un mensaje de mi servidor que decía: “Querido usuario pague usted con su tarjeta de crédito sin salir de su casa”. Y yo le contesté: “Querido servidor, a mí me gusta salir de mi casa”. Todavía disfruto de ir de compras y tocar los objetos, oler el apresto de las telas nuevas, perfumarme con las muestras, probarme pulseras hasta que despierto sospechas en los vigilantes. En las colas de los bancos me he inspirado para escribir historias, he descubierto personajes extraordinarios, he sostenido pláticas divertidas, y he entablado amistades entrañables.Me niego a tener un celular, porque creo que hay momentos en los que uno debe ser ilocalizable. Y no deja de asombrarme esa epidemia de sonidos que van desde la séptima sinfonía de Beethoven, hasta el mugido de una vaca. Observo a esas personas que parece que hablan solas por la calle y las escucho en el supermercado diciendo cosas profundas como: “estoy aquí parada frente a las zanahorias”. Los celulares nos obligan a escuchar conversaciones que no nos interesan, han hecho que se pierda la privacidad, he estado tentada a enviarle saludos a la persona con la que alguien platica. Interrumpen conciertos, obras de teatro y rompen los momentos álgidos en el cine. La gente camina mirando la pequeña pantalla de sus celulares y tecleando mensajes con una rapidez asombrosa, sin percatarse de que los pueden atropellar. Esos cordones umbilicales les permiten estar en todos lados y en ninguno.Odio los recados en mi contestadora automática, que por cierto es otro producto de la tecnología, que dicen me reporte a números de celulares. Las cuentas telefónicas se vuelven estratosféricas como si llamara a las Islas Maldivas. Los que usan esos tiranuelos electrónicos no se dan cuenta de que una llamada a un celular cuesta 3.50 pesos el minuto contra 1.50 de una llamada a un teléfono convencional.Las mujeres jóvenes manejan con más comodidad la nueva tecnología, están definitivamente mejor armadas para lidiar con ella. Y todas tenemos que aprender a manejarla para no ser las analfabetas de los tiempos actuales. Ahora hay astronautas, científicas, operadoras de camiones y seguramente de submarinos. Pero entre los que diseñaron los robots que amartizaron hace pocos días y envían información del planeta rojo, me pareció ver únicamente hombres. Opino como Llinás que no debemos permitir que la tecnología nos recluya en nuestras casas: “La tecnología puede convertirse en el mayor peligro que haya tenido la sociedad, peor que la guerra, las drogas, la enfermedad y la miseria”. Sería lamentable que estas formas de comunicación hagan que la interacción con el mundo externo deje de parecernos atractiva. Me gustaría seguir escribiendo sobre el tema pero es hora de de atender a mi tamagochi.Patricia Rodríguez**Patricia Rodríguez Saravia es médica psiquiatra, psicoterapeuta, maestra de postgrado de la Facultad de Medicina de la UNAM; autora de La mujer bonsái, De armas tomar, En busca del útero perdido, ¿En dónde están los hombres? y cuatro títulos más.
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Comentarios

  • No dejes de hacer lo que tanto disfrutas con tu familia.
  • Paty, ha sido muy interesante tu artículo, me has llevado de la mano a hacer un recorrido historico muy interesante, y además de aprender me has puesto a pensar en todo lo rezagada que estoy, pero a decir verdad estoy agusto con algunas cosas que hacemos en familia, como platicar durante la comida ó la cena, jugar juegos de mesa, salir a caminar, etc. Pero sí tambien me estoy actualizando ó tratando de aprender lo nuevo en tecnología, como estar en esta página. Sáludos.
  • Lo nuevo es apasionante, pero no es lo único, a mí me siguen gustando las cosas a la antigua. Vivimos bien en el pasado sin tanta dependencia tecnológica. Decía mi abuela: "de la moda lo que te acomoda".
  • Hola Paty, me gustó mucho tu artículo, ahora con mayor razón trataré de hacer un equilibrio en mi vida, ya que me encantan las novedades tecnológicas, pero mucho más las relaciones humanas.
  • Con gusto lo veré. Carolina, yo no me quiero dispersar en tantas ventanas apasionantes, sin duda, el tiempo se va cómo el agua y yo escribo y doy consulta.
  • Hola Patricia, pues te invito a que visites mi blog, dejé una noticia bastante interesante precisamente sobre que las mujeres están participando más en la red, en Internet, sobre todo en los Blogs. Y más que recluirnos en nuestras casas, está en nosotras en utilizarlas para nuestro beneficio y el de muchas más, ya que estamos ya en el futuro: la Internet. Espero que lo leas y me dejes tu opinión. En tanto, voy a navegar en Internet para ver qué otras noticias encuentro y agregarlas aquí y en Facebook. Apenas voy aprendiendo cómo se usa Twitter.
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