Las manos de Dios somos tú y yo, los que tenemos la voluntad,
el conocimiento y el coraje para luchar por un mundo más humano y justo,
aquellos cuyos ideales sean tan altos que no puedan dejar de acudir
a la llamada del destino, aquellos que desafiando el dolor, la crítica
y la blasfemia se reten a sí mismos para ser las manos de Dios.
Señor, ahora me doy cuenta que mis manos están sín llenar, que
no han dado lo que deberían dar, te pido perdón por el amor
que me diste y que no he sabido compartir, las debo usar para amar y
conquistar, la grandeza de la creación
Nuestras manos fueron hechas para dar amor
y alcanzar las estrellas, para hacer el bien al prójimo
Comentarios
Hola Luz, que bueno que te gustó la reflexión, te aseguro que a todas nos deja pensando en cómo ayudar un poquito más a los demás. Saludos afectuosos
Gracias por esta reflexion, me hizo darme cuenta que no he dado lo suficiente.
Que Dios te bendiga.
Lety. me encanta que te haya gustado la publicación, confiemos en que cada una de nosotras desde nuestra trinchera podamos contribuir.
Mucho gusto