LA VOZ COAGULADA DE LA SANGREQuiéreme con el calor de la inconscienciaÁmame hasta que te hastíes como una rameraExígeme el alma si la deseas por pagoNo sé cómo ignorar que envejezco como el tiempoNi parando los relojes puedo detener al tiempoMe marchito como los mutilados por el vientoEcho anclas como las olas muertasSoy como el pan viejo para las bocas tiernasNo sé si hubiera sido feliz contigoSiento que tu cuerpo y tu corazónsiempre fueron de otro alguieny que yo siempre fue un extraño tripulanteque compartió tu soledad y tus agonías¿Para que la necedad de las palabras?Callemos. Cada uno comprende los desesperados silenciosy la oscuridad de los latidos de la sangre fríaAgote mi amor intentando amar imposiblesle arranqué todos los pétalos a la tristezame hundí en un diluvio de absurdos silenciosMi carne aún palpita como la garganta de un volcánMi carne ahora es árida como el silencio del desiertoMe desahogo como las palabras sobre la hoja en blancoMuero como la voz de la sangre cuando se coagulaHéctor Cediel
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