No bien decía: «Mis pies resbalan», cuando ya tu amor, Señor, venía en mi ayuda. Cuando en mí la angustia iba en aumento, tu consuelo llenaba mi alma de alegría. Salmos 94:18-19SEGURIDAD ::: "No me cansaré de darte gracias por tu cuidado, pues en medio de tanta inseguridad e intranquilidad de mi ciudad, tu mano me sostiene. Tu eres mi Dios, Jesús."
Enviadme un correo electrónico cuando las personas hayan dejado sus comentarios –
Comentarios