Publicado por Oly Gonzalez el 3 de Noviembre de 2010 a las 12:26pm
En 1969, en la Universidad de Stanford (EEUU), el Prof. Philip Zimbardo realizó un experimento de psicología social. Dejó dos autos abandonados en lacalle, dos autos idénticos, la misma marca, modelo y hasta color. Uno lo dejó en el Bronx, por entonces una zona pobre y conflictiva de Nueva York y el otroen Palo Alto, una zona rica y tranquila de California. Dos autos idénticos abandonados, dos barrios con poblaciones muy diferentes y un equipo deespecialistas en psicología social estudiando las conductas de la gente en cada sitio.Resultó que el auto abandonado en el Bronx comenzó a ser bandalizado en pocas horas. Perdió las llantas, el motor, los espejos, el radio, etc. Todo lo aprovechable se lo llevaron, y lo que no, lo destruyeron. En cambio el auto abandonado en Palo Alto se mantuvo intacto.Es común atribuir a la pobreza las causas del delito. Atribución en la que coinciden las posiciones ideológicas más conservadoras, (de derecha y de izquierda). Sin embargo, el experimento en cuestión no finalizó ahí, cuando el auto abandonado en el Bronx ya estaba deshecho y el de Palo Alto llevaba una semana impecable, los investigadores decidieron romper un vidrio del automóvil de Palo Alto, California. El resultado fue que se desató el mismo proceso que en el Bronx de Nueva York y el robo, la violencia y el vandalismo redujeron el vehículo al mismo estado que el del barrio pobre.¿Por qué el vidrio roto en el auto abandonado en un vecindario supuestamente seguro es capaz de disparar todo un proceso delictivo?No se trata de pobreza. Evidentemente es algo que tiene que ver con la psicología, el comportamiento humano y con las relaciones sociales.Un vidrio roto en un auto abandonado transmite una idea de deterioro, de desinterés, de despreocupación que va rompiendo códigos de convivencia, como de ausencia de ley, de normas, de reglas, como que todo vale nada. Cada nuevo ataque que sufre el auto reafirma y multiplica esa idea, hasta que la escalada de actos, cada vez peores, se vuelve incontenible, desembocando en una violencia irracional.En experimentos posteriores (James Q. Wilson y George Kelling) desarrollaron la 'teoría de las ventanas rotas', misma que desde un punto de vista criminológico concluye que el delito es mayor en las zonas donde el descuido, la suciedad, el desorden y el maltrato son mayores.Si se rompe un vidrio de una ventana de un edificio y nadie lo repara, pronto estarán rotos todos los demás. Si una comunidad exhibe signos de deterioro, y esto es algo que parece no importarle a nadie, entonces allí se generará el delito. Si se cometen 'esas pequeñas faltas' como estacionarse en lugar prohibido, exceder el límite de velocidad o pasarse una luz roja y estas pequeñas faltas no son sancionadas, entonces comenzarán a desarrollarse faltas mayores y luego delitos cada vez más graves.Si los parques y otros espacios públicos son deteriorados progresivamente y nadie toma acciones al respecto, estos lugares serán abandonados por la mayoría de la gente (que deja de salir de sus casas por temor a las pandillas), esos mismos espacios abandonados por la gente serán progresivamente ocupados por los delincuentes.La respuesta de los estudiosos fue más contundente aun, indicando que, ante el descuido y el desorden, crecen muchos males sociales y se degenera el entorno.Tan solo vea un ejemplo en casa: si un padre de familia deja que su casa tenga algunos desperfectos, como falta de pintura de las paredes en mal estado, malos hábitos de limpieza, malos hábitos alimenticios, malas palabras, falta de respeto entre los miembros del núcleo familiar, etc., etc., etc., entonces poco a poco se caerá en un descuido de las relaciones interpersonales de los familiares y comenzarán a crear malas relaciones con la sociedad en general y quizá algún día llegarán a caer en prisión.Esa puede ser una hipótesis de la descomposición de la sociedad mexicana, la falta de apego a los valores universales, la falta de respeto de la sociedad entre sí, y hacia las autoridades (extorsión y soborno) y viceversa, la corrupción en todos los niveles, la falta de educación y formación de cultura urbana y la falta de oportunidades, ha generado un país con ventanas rotas, con muchas ventanas rotas y nadie parece estar dispuesto a repararlas.La solución a este problema yo no la tengo estimado lector pero he comenzado a reparar las ventanas de mi casa, estoy tratando de mejorar los hábitos alimenticios de mi familia, le he pedido a todos los miembros de la familia que evitemos decir malas palabras delante de nuestros hijos, también hemos acordado no mentir, ni siquiera mentiras pequeñas, porque no hay mentiras pequeñas, ni grandes, una mentira es una mentira y punto, hemos acordado aceptar las consecuencias de nuestros actos con valor y responsabilidad, pero sobre todo dar una buena dosis de educación a nuestros hijos, con esto y con la ayuda de Dios espero comenzar a cambiar en algo lo que antes hubiera hecho mal, he soñado que los míos algún día repitan esto el día de mañana, con la finalidad de que los hijos de mis hijos, o los nietos de mis hijos vean algún día, un nuevo México, un México sin ventanas rotas
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Me gusto mucho el artículo. Coincido con lo que se plantea. Por lo tanto me deja mucho que pensar acerca de "limpiar" cada espacio que nos permita ver, las condiciones en que un ser humano debe de vivir y la importancia de detener, la basura de la corrupción de la delincuenciaq que tanta podredumbre le esta dejando a nuestros hijos. Ojala y nos sigas compartiendo estos artículos.
Me ha tocado observar a personas tan inconscientes del medio ambiente que tiran la basura en la calle, pero curiosamente y coincidiendo con este artículo, se ve que prefieren tirarla en algún lugar donde ya más gente ha arrojado basura también, como que si eso fuese a contaminar menos :S
Definitivamente sí vale mucho nuestro granito de arena, creo que más de lo que nos imaginamos, por ejemplo si contribuimos a que esté limpio, puede ser que ya no se atrevan a tirar basura, quizá sentirían al menos un poco más de pena.
Muy revelador, es increible lo que a veces dejamos pasar, muy cerca de mi casa, que es la tuya, se dio una situación como la que describes y ninguno de los vecinos tomamos cartas en el asunto hasta que la situación se torno peligrosa, creo que todos deberíamos de observar y no nada mas ver lo que pasa en nuestro entorno y tratar de remediarlo, en la medida de nuestras posibilidades, o bien apoyarnos en las autoridades y no dejar que algo nocivo se aloje en nuestro derredor. Gracias por la reflexión.
wowww me encanta el mensaje...e inspirada por este mensaje me parece que cada una de nosotras puede aplicar este asunto de las ventanas rotas: Preguntemonos como está nuestro ser? si el otro ve ventanas rotas en nosotras, intentará quitarnos lo que tenemos y finalmente destruirnos! Empecemos por nuestro ser,hagamos un nuevo YO; sigamos en casa, familia, area de trabajo, colonia, delegacion, estado, etc... hasta lograr hacer un mundo especial; un mundo disfrutable lleno de amor y paz!!
Abrazos a todas!!
Comentarios
Definitivamente sí vale mucho nuestro granito de arena, creo que más de lo que nos imaginamos, por ejemplo si contribuimos a que esté limpio, puede ser que ya no se atrevan a tirar basura, quizá sentirían al menos un poco más de pena.
Gracias por compartir :-)
Abrazos a todas!!