“La primera…y la segunda noche”

No consentía el dolor, no podía permanecer ni sentada ni parada mucho menos caminar. Tomaron mis datos personales, me examinaron, el diagnostico era un posible quiste o una infección en las vías urinarias para descartarlo tenían que hacerme ciertos análisis clínicos y llenaron los datos de mi expediente, solicitaron una radiografía y con la ayuda de una silla de ruedas llegamos a Rayos X, después regresamos a urgencias donde la enfermera dijo que no había cirujano pero que me tenia que quedar para monitorear, me hicieron tomas de orina para análisis, más tarde regreso otra enfermera diciéndome que encontraron algo en la orina por lo que me iban a sacar sangre y pasarían los análisis al cirujano y que mañana muy temprano sabrían que hacer. El dolor no cedía aún con el medicamento aplicado por intravenosa. Ese día me quede a dormir en el seguro, en el pasillo de urgencias, pensaba que esa sería la noche más fría y ruidosa, pero estaba equivocada.Al siguiente día a las siete de la mañana, llego el ginecólogo me reviso, le dije que el medicamento me ayudo a dormir pero el dolor en la escala de 0 a 10 estaba en siete, es decir que las ocho horas previas el dolor ahí estuvo. El médico me dijo que estaría en ayuno hasta las nueve de la mañana, afortunadamente me llevaron a la sala de Toco, me hicieron un ultrasonido, y efectivamente encontró algo, yo vi en la pantalla la imagen de una bolita de 2 o 3 cm de diámetro (el dolor aún continuaba) la cara que vi en él, lo decía todo, las cosas no estaban bien, me hizo varias preguntas (que cuando había comenzado a menstruar, como habían sido los últimos periodos, que medicamentos tomaba, que si era alérgica a la penicilina, mi edad, etc.) y finalmente lo que me dijo es - señorita es un quiste en el ovario izquierdo pero esta torcido, tenemos que operarlo-ingenuamente le pregunte “¿me van a programar entonces?”, dijo no, usted no sale de aquí hasta que veamos como sale de la cirugía, llamo a la enfermera y le dijo que me preparara para cirugía, me vendo de los pies hasta la media pierna y me hizo los análisis preoperatorios, después vino el cirujano y me dijo que tenia que firmar la carta de consentimiento, que prácticamente dice de que te van a operar y que si pasa algo malo ellos no se hacen responsables, la carta tampoco dice las consecuencias y cuidados después de la operación.En ese instante y en fracción de segundos muchas cosas pasaron por mi mente, lo primero que pensé fue en el trabajo, falta esto, falta aquello, de esas veces que uno cree que eso es importante, cuando lo más importante debió haber sido mi salud, el estar bien, de todas formas pedí que avisaran inmediatamente al trabajo. Tenia miedo de lo que fuera a pasar, uno escucha tantas cosas que suceden en el quirófano que en realidad nadie entra ahí en su sano juicio. Pensé en mi familia en las personas que quiero, en mis sueños a futuro, los viajes que tenía planeados, mi maestría, todo de la vida…de la vida y de la muerte.Tuve la necesidad de ir al baño, cuando regresaba a la cama que me habían asignado me pasaron al quirófano donde el cirujano me coloco una inyección en mi espalda (punción lumbar), después vinieron las enfermeras, me pusieron un gorro azul en la cabeza y unas botas de tela, me dijeron que todo iba a estar bien, que si ya tenia hijos, que si estaba nerviosa, pero yo sólo tenia mucho frío. No se con exactitud a que horas entre al quirófano, lo que recuerdo perfectamente fue el piquete de la raquea, fue muy doloroso. Después vino el conteo de 1 a 100, recuerdo que llegue al tres. Cuando desperté de la anestesia, yo seguía sintiendo mucho frío, a un costado estaba una enfermera llamándome por mi nombre y diciéndome que me iba a poner una inyección para el dolor y me pregunto que como me sentía, la verdad es que no sentía dolor en el ovario sino en todo el cuerpo. La cirugía practicada se llama Laparatomía, fue una incisión de grandes proporciones en el vientre bajo, parecía una cesaría, claro sin producto.Mis familiares y amigos me esperaban ya que no podían verme hasta que me asignaran una cama, por un costado traía un catéter, el cual no habían retirado porque hubo un error a la hora de aplicar la raquea y dadas las consecuencias había que esperar pues era probable regresar al quirófano por lo tanto tampoco me quitaron la sonda.Una vez que me asignaron una cama en el área de Gineco-Obstetricia permanecí en reposo. La primera persona que vi, fue a mi mejor amigo y me dijo que todo había salido bien. En la misma sala había otras mujeres que habían tenido sus bebés algunas horas antes, lo absurdo era que cuando las enfermeras daban sus rondines me preguntaban – ¿ y su hijo señora?. Imagínenme con una cara de –No puede ser-, esto me afectaba de cierta manera psicológicamente, ya que estoy hablando de una perdida inexistente.Ya en la cama me quitaron la sonda, lo cual fue muy doloroso, no había ingerido alimentos desde la noche del miércoles y para esto ya era viernes. Esa noche permanecí muy incomoda pues sólo dormía en una sola posición, me dolía la espalda y el catéter aún lo traía.
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Comentarios

  • hola Alma.

    Gracias por compartir tu experiencia vivida, en el seguro, sabes yo tengo tres hijos todos fuerón cesares, te entiendo, cuando uno esta ahi no nos queda más que pedir, a Dios que todo este salga bien.

    Yo me ponia en sus manos, y le pedia, por mis hijos,la ultima vez que visite un quirofano fue cuando nació mi hijo el más pequeño, que ahora tiene seis años, estuve inernada diez dias, 3 en urgencias y los demas en piso, queria salr corriendo, del miedo, pero me decia una y otra vez, mi bebe, tiene que estar bien, y despues de ese tiempo cuando tuve a mi hijo en mis brazos creeme todo lo que habia pasado se me olvido.
    Todas pasamos por algun momneto de nuestras vidas esas experiencias, creemos por que llegamos a toco, es para tener un bebe, estan equivocados, no lo tuviste pero no tienes por que sentirte mal, a ti te fue mejor naciste para una vida mejor, no lo crees.

    Nunca olvides que DIOS ESTA CADA INSTANTE A TU LADO.

    SALUDOS.
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