Vivimos con el tiempo encima. Esto es lo único en lo que coincide la mayoría de las personas. –“Es que no tengo tiempo”- , suelen decir. Tiempo para estar más saludable, para decidir, tiempo para establecer mejores relaciones, para pensar, para afianzar amistades, para educar, para jugar, para estar en silencio. No hay tiempo. En medio de una revolución industrial enajenada, consumismos huecos y placebos tecnológicos, nos falta tiempo!
Nos sentimos presionados a responder de inmediato, porque eso es los que el mundo espera de cada uno de nosotros. La respuesta rápida a nuestros clientes, a nuestros colegas, a nuestros hijos. Esperan que seamos proactivos, creativos, pero rápidos.
¿Para qué vivimos así? ¿Por qué creemos que no tenemos otra opción?
Si nos diéramos la oportunidad de vivir con un tiempo más pausado, estaríamos viviendo el presente con lo que conlleva. Es cierto que los tiempos acelerados nos han vuelto seres más ágiles y eficientes, aunque también más estresados y ansiosos, pensando solamente a futuro.
La pausa implica detenernos y seguir a un paso más lento. Implica hacer conciencia de ti, de tu cuerpo, de tus emociones, de tu ambiente, del mundo. Hacer una pausa es voltearle a ver los ojos al de junto, ya sea tu esposa o un vecino de asiento del camión. Hacer una pausa recobra el aliento, nos sensibiliza y nos afianza a la tierra. Hacer una pausa sólo toma 5 minutos!
Claudia Jiménez
creerycreando.blogspot.mx
@creeryser
BIBLIOGRAFÍA SUGERIDA:
Nance Guilmartin. El Poder de la pausa. Ed. Oceano
Comentarios
GRACIAS CLAUDIA .......TIENES RAZÓN NOS HACE FALTA UNA PAUSA, LO PONDRÉ EN PRACTICA.
SALUDOS.