Seguro que en algún momento de nuestras vidas has sentido las famosas mariposas en el estómago, nacidas del amor que sientes por un ser amado. Pues tengo una noticia para ustedes: esas mariposas no eran más que información que estaba en resonancia con la información de tu pareja. Dicho de otro modo, todo es energía y por tanto todo es información. Y la Ley de la Atracción, que es una Ley Universal, dicta que las frecuencias afines se atraen y se encuentran. Así, a modo de ejemplo, si vibro en una profunda desvalorización hacia mi persona, atraeré a mi vida personas y circunstancias que reafirmen eso, haciéndome ver lo poco que valgo, lo inútil que soy, etc. Pero volviendo a nuestro tema, debemos saber que detrás de ese enamoramiento entre dos, se encuentran sus respectivos clanes, de tres o cuatro generaciones cada uno y muchas historias de abusos, dramas, abandonos y secretos que esperan ser sacados a la luz para perdonarlos. Se trata, pues, de programas que se complementan y resuenan entre sí.
Hay muchas cosas que nos irritan de nuestra pareja. Curiosamente, la ceguera inicial, comúnmente llamada “enamoramiento”, no dura mucho tiempo y pronto vienen los problemas, los chantajes emocionales, las exigencias, los sacrificios y los consiguientes resentimientos. ¿Qué ha pasado? ¿Dónde se ha ido la magia? ¿En qué nos hemos equivocado?
Bien, vamos a ir paso por paso. Para comprender a nuestra pareja, primero necesitamos hurgar en nosotros mismos. Vivimos en un mundo donde para poder vernos, necesitamos ver nuestro reflejo en un espejo, ¿verdad? Pues lo mismo ocurre con lo que no se puede ver con los ojos, con lo que está en nuestro interior. Todo lo que veo en mi prójimo, está en mí. Tanto lo que me gusta, como lo que me disgusta. Y, como dije antes, no estamos solos.
Hay todo un clan familiar cuya sombra se expresa a través nuestro. Esa sombra está formada por programas, creencias y mandados inconscientes que se han ido heredando de generación en generación, mientras nosotros somos como unos zombies que van deambulando por el mundo hipnotizados. No existe la casualidad, estamos con quien estamos para tomar conciencia de todo esto. Así, lo que más me molesta o me duele de mi pareja, de lo que hace o no hace, dice o no dice, me refleja tanto a mí, como a mi árbol transgeneracional, y en definitiva, es éste último el que elige la pareja por mí.
Sí, pensamos que nos casamos porque nos enamoramos, pero es nuestro árbol el que escoge a la pareja perfecta para que podamos conocer las historias que esconde éste y sanar los traumas que han vivido nuestros antepasados. Siempre se trata de llevar luz a la oscuridad y de hacer aquello que nuestros ancestros no pudieron o no supieron hacer, llevando e integrando los recursos que les faltaron. Por ejemplo, una abuela mía puede haber aguantado a su marido alcohólico y maltratador toda la vida, sin atreverse a dejarle porque le faltó la suficiente valentía, fuerza, coraje y seguridad para hacerlo. Yo, puedo vivir una situación parecida, maldiciendo a mi marido sin darme cuenta de que éste es el hombre perfecto gracias al cual yo puedo tomar conciencia y trascender esos programas, que impedían vivir mi vida como yo quisiera y con quien yo quisiese, aprendiendo a valorarme y respetarme.
Como vemos, se trata de buscar las respuestas en nuestro árbol genealógico, que es como dice Alejandro Jodorowsky, “un mapa de tesoros” que guarda las respuestas que esperan ser encontradas.
• ¿No puedes tener hijos y no entiendes por qué?
• ¿Tu pareja te maltrata, pero no puedes dejarla?
• ¿Te cuesta encontrar pareja?
• ¿Los hombres te buscan solo para tener sexo contigo?
• ¿Las mujeres con las que te encuentras son todas infieles?
• ¿Tus parejas te abandonan?
• ¿Tienes relaciones sexuales que no deseas, pero te sientes obligado/a a tenerlas?
Son solo algunos ejemplos de experiencias que viven muchísimas personas en sus vidas. La respuesta no está en pretender cambiar a tu pareja ni a aguantar lo inaguantable, sacrificándote y pensando que algún día ésta se dará cuenta y te lo agradecerá. Es más, en nuestro egoísmo hasta llegamos a ponernos enfermos, que es una manera de decirle al otro: por tu culpa estoy así. Somos unos inmaduros emocionales, todavía no hemos aprendido a hacernos cargo de nosotros mismos y por supuesto, nuestras relaciones son un reflejo de ello, al elegir estar con personas que también están castradas emocionalmente y así, creamos vínculos de dependencia llena de culpabilidad y de resentimiento.
Las historias se repiten no para castigarnos, sino para trascender ese modo de vivir que nos hace daño y que inconscientemente, perpetuamos al dejarles el mismo legado a nuestros hijos, que harán lo mismo con los suyos. Nosotros podemos elegir verlo desde el ego, que nos dirá: “¡Qué he hecho yo para merecer esto!”, o desde nuestro Ser, que nos susurra: “Libera a tus hermanos del sufrimiento mediante el Perdón, liberándote a ti mismo/a primero, y sabiendo que no hay nada que perdonar en realidad”.
La BioNeuroEmoción puede ser muy útil para acompañarnos a tomar conciencia de todo esto, ofreciéndonos ese análisis transgeneracional y ayudándonos a cambiar la información heredada que nos impide que seamos nosotros mismos. Se trata de llevar comprensión a nuestras vidas y liberar el juicio y la culpa que están pudriendo nuestro árbol. Ese es el verdadero perdón, comprender la vida de nuestros padres, abuelos y bisabuelos, comprendiendo que heredaron sus propios mandatos inconscientes de sus ascendientes y que nos dieron lo mejor que pudieron, entendiendo que ahora nosotros somos libres de hacerlo de otra forma mucho más sana y coherente.
Seamos los héroes y las heroínas que necesita nuestro clan. Seamos esa luz que pondrá fin a la oscuridad. Cada vez que tomamos conciencia, facilitamos que otros también lo hagan, y poco a poco, el mundo reflejará nuestro cambio interior. Comencemos por sanar la relación con nosotros mismos y transformemos el modo de relacionarnos con los demás.
Fuente: http://bit.ly/2bZLDpW // Por: Desislava Stanimirova
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