La palabra empoderamiento, fue usada para referirse a los hombres o varones en
diferentes épocas de la historia, como un término acuñado por el patriarcado y por
la ciencia; ambientes en los cuales, ninguna mujer podía tener decisión sobre
comprar o vender, ocupar un lugar público, disponer de bienes materiales, dinero
o sufragar; sin embargo, este término es bien avenido a esta época, para construir
expresiones como empoderamiento femenino, mujer empoderada, para referirse a
una mujer cuando actúa con elevada autoestima, amor propio, autonomía,
seguridad y gran conocimiento de sí misma.
Estas cualidades han permitido que muchas de las mujeres en latino américa y en
el mundo actualmente ocupen cargos directivos, sean lideresas en sus propias
comunidades, dirigentes políticos o simplemente sean las mujeres libres que
mantienen su vida laboral y familiar cualquiera que esta sea, donde tienen don de
mando en un sentido democrático con sus compañeros varones.
Para empoderar a una mujer es necesario hacerlo desde la edad temprana, inculcar
anhelos y objetivos de superación, autonomía, independencia, emprendimiento,
formación espiritual, intelectual y con sabiduría en nuestras pequeñas. Empoderar
a una niña y a una mujer es empoderar a la sociedad, hacerla más justa, en la
cual se procure una mayor armonía entre ambos sexos y comprender que no somos
iguales, no somos enemigos, sino complemento.
Las mujeres tenemos mucho talento, inteligencia, y sabiduría para crear nuestro propio
mundo, desde el apoyo y el respeto. Las verdaderas líderes de todo lo que
emprendemos creemos que: el poder radica en el momento presente, el tiempo
es hoy, no mañana, ni pasado... nos queremos a nosotras mismas y merecemos
el más alto nivel de vida.
Hoy le hablo a todas esas mujeres que están esperando a que algo más pase en
su vida, a que algo diferente las saque de la rutina, de las frustraciones y de los
vacíos que con nada pueden llenar, a las que no conocen su propósito.
No importa que seas alta, morenita, bajita, de piel blanca, ama de casa, profesionista, tal
vez divorciada o en una relación, eres una mujer con la posibilidad de desarrollarte
y tener éxito en todas las áreas de tu vida. El éxito, ¿qué es el éxito? no es
simplemente la realización de un evento feliz, ni tampoco es un lugar a dónde
llegar. Es un proceso de avance y constante evolución, en el cuál logramos
nuestras metas de manera progresiva con pleno respeto de nuestros valores
personales y de los valores de las demás personas.
No se trata de dar mayor valor a un género o a otro, sino de buscar la forma de
complementarnos hombres y mujeres en un entorno equitativo.
Te comparto 5 claves personales que van cambiar tu forma de percibir, pensar y sentir...
1. Atraer y promover talento femenino a las organizaciones en todos los niveles.
2. Seamos modelos a seguir para otras mujeres, cambiando estereotipos y
conductas.
3. Hombres y mujeres debemos entender que dentro de cualquier entorno,
empresa, familia u organización somos un equipo, no adversarios. Gestionemos
nuestras acciones con un sentido de integración, comunidad, que esa sea nuestra
bandera y no la división.
4. Empoderemos de manera sensata, que el poder del cual hablamos sea siempre
manifestado en pro de la sociedad, procurando el bienestar de todos y no sólo de
unos cuántos.
5. Empoderar a una mujer es hacerla consciente de las cualidades y virtudes que tiene,
distintas a las del hombre, pero no por ello menores. Las mujeres serán todo lo
que ellas quieran ser, todo dependerá de una actitud que edifique.
Tú y Yo, podemos marcar la diferencia.
P.D. Vuélvete Imparable... Con amor, Rebeca!
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