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“….Quiero que sepas que soy humano, que las cosas me duelen, que soy inexorable y sumanamente imperfecta, que tengo problemas, que me siento insegura, que muchas veces no sé qué hacer, que necesito que me quieran y me apoyen, y que no sé pedir, pero estoy aprendiendo…..”

¿Has escuchado hablar del “Ser concientes”? Ser conciente es lograr VER CON CLARIDAD la realidad. Sí, suena absurdo, loco, pero así es.  Ninguno  de nosotros tenemos una verdad absoluta, también es cierto, pero lo relevante de la conciencia es que nos permite tener de manera clara y precisa la información. A mí me gusta llamarle también DECIRNOS LA NETA, o más formalmente, DECIRNOS LA VERDAD!!

Este decirnos la neta es definitivamente una elección, no se desarrolla de manera automática. Es decir, podemos aspirar a ver más o a ver menos. Podemos desear saber o no saber. Podemos trabajar en obtener claridad o bruma. Tú decides.

Las implicaciones de la claridad son fabulosas. Cuando somos honestos con nosotros mismos sucede magia, de verdad. El otro día leía  un autor un poco polémico que invitaba a sus lectores a reconocer “su estupidez”, sí como lo leen, término que por demás me pareció excesivo, pero atinado.

Contarnos la verdad de las cosas es tener unos calzones muy bien puestos para hablar de nosotros sin tapujos.

Una vez platiqué la historia de mi vida en público. Uf!, mi voz se quebró y en pocos segundos me sobrevino el llanto. Fui honesta conmigo. Platiqué de mis errores, mis miedos, mis fracasos y mi pérdida de tiempo tan valioso durante años! Es un episodio que me daba vergüenza relatar, pero que logré exteriorizar.  En aquel pasado dejé ir oportunidades inmensas, gente valiosa, proyectos maravillosos  y todo por miedo. Qué absurdo no. Sí, relatar mi pasado fue un tributo a la inmadurez, al miedo y a la debilidad. Señoras y señores, aquí una mujer contando los desperdicios de sus minutos de vida pasado!! Pero este post no se trata de mi historia, es solo un ejemplo de lo que implica ser honestos.

Esta dinámica de contar tu historia con la verdad y nada más que la verdad, es el principio de la honestidad personal. Ahí arranca todo. Ahí comienza la claridad. Ser honestos con nosotros mismos es el Principio de un Proceso llamado Conquistarnos a nosotros mismos.

Pero pian pianito, no todo de un jalón. Empecemos a contarnos la verdad de nosotros mismos con el objetivo claro y tangible de servirnos de puente para un crecimiento personal. No se valen harakiris, ni martirizarnos en la culpa, o cortarnos las venas con galletas de animalitos. No!. Después de contarnos la verdad de nosotras mismas, sigue la reinterpretación y sanar emociones añejadas. Todo es un proceso.

Por el momento te propongo simplemente DECIRTE LA VERDAD Y DARLE LA BIENVENIDA A UN PASADO LISTO PARA REINTERPRETARSE.

Ejercicio Sugerido.

Realiza tu autobiografía con toda la honestidad posible, no como si fueras a publicarla en un cuento de hadas, ok?. Sólo dale la bienvenida a la verdad en tu vida. ¡Recuerda que la verdad te libera!

 
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