Muchas son las consultas que recibo a diario en referencia al porque algunas hombre o mujeres juegan el papel de salvadores, redentores o rescatadores en la relación de pareja
Ser necesitado por la pareja parece satisfacer necesidades de reconocimiento, que nos vean como generosos, compasivos y comprometidos. La gran mayoría de los redentores en la historia acabaron crucificados por sus seguidores.
Todos requerimos sentirnos satisfechos y con una sensación de valía personal cuando ayudamos a otros. Pero una cosa es tenderle la mano a alguien para que se apoye en momentos difíciles, y otra muy distinta, centrar mi autoestima y valía personal al intentar sacar a mi pareja de sus problemas emocionales, existenciales y hasta económicos.
De esta manera se anteponen las propias necesidades para que la pareja este bien: “Tus necesidades son más importantes que las mías”. Me sacrifico por ti. Y, me vas a necesitar porque solo yo puedo darte el rescate que necesitas.
Estos redentores, salvadores y rescatadores, asumen todo el peso de la relación y con ello, se sienten gratificados. Son capaces de escuchar horas y horas conversaciones en las que su amada pareja justifica porque no puede dejar a su otra pareja.
Rescatan a sus parejas del sufrimiento, las salvan de los conflictos y están en condiciones de dar la vida por ella. Nunca jamás dicen no y ponen límites a las demandas. Sienten la obligación de cumplirle en "todo" a la pareja. ¡Pues, para eso son pareja o no!
Cuando por costumbre de tanto arreglar y darle solución a todo y cuando digo todo es todo, y la pareja depende de ellas, se sienten que tocan a Dios y son indispensables. Su necesidad ha quedado satisfecha.
Al resolverla la vida al otro, en cierta forma le estoy diciendo que es un inútil para hacerse cargo de sí mismo.
El vínculo de amor se convierte entonces en codependencia. El proceso continúa su marcha y se empieza a vivir el miedo al abandono, el terror a no ser necesitado. La angustia se apodera de la situación y se vive una relación con control.
Es muy cómodo dejar que el otro haga todo pero tiene un riesgo, el peligro de perderse en una autonomía personal. Al depender de una pareja que necesita ser necesitada demanda también tiempo, desdibujarse y no tener opinión.
¿Te consideras un rescatador en tu relación de pareja?
- Justificas su conducta e intentas que siempre tu pareja salga bien librada, frente a cualquier situación.
- Miente con facilidad sobre su familia, su trabajo o su estado civil y además pese a las evidencias, tú siempre le crees.
- Puede ser que abuse en algún momento de situaciones y además te responsabiliza de ello: alcohol, alguna droga, trabajo, gasto compulsivo.
- Con suma frecuencia te maltrata, te insulta, se enoja, a pesar de tus encantos de rescatador.
Además quieres que tu pareja:
- Ingrese a una psicoterapia, vaya a algún curso o entre en un tratamiento para recuperarse de alguna adicción.
- Le consigues empleos, contactos y además no te lo agradece.
- Deseas ayudarle a que supere sus traumas sexuales con tu amor y paciencia.
- Sientes una gran culpa porque pese a tus esfuerzos las cosas no mejoran.
- Intentas por todos los medios decirle que sería maravilloso que pudieran lograr un equilibrio en la relación, pero tu pareja no responde a lo que le planteas.
Sí te identificas con cualquiera de estas propuestas, seguramente estás viviendo el Síndrome de ser necesitado por tu pareja. La realidad, es que tu pareja es un adulto que necesita resolver sus problemas por sí mismo, de lo contrario te conviertes en su Madre o su Padre y él o ella estarán en franca rebeldía contra ti.
Es tu pareja, no es tu hijo o tu hija. Pero sí tienes una fuerte necesidad de ser necesitado por tu pareja, seguramente necesitas ayuda profesional, porque a estas alturas te sientes impotente, exhausto, cansado y con una gran carga de frustración y dolor.
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