y el hombre teme al fracaso, es el título del artículo de Adriana Trillas, en diario El País, en el que resume la entrevista que le hizo a Came García Ribas autora de "El síndrome de Mari Pili" y de "Miedo a ser", quien agrega: "ellos temen no ser alguien y ellas temen serlo". En el primer congreso Internacional de liderazgo femenino que se celebró en Barcelona en septiembre de 2009, Carme le pidió a un auditorio de 400 mujeres, muchas de ellas empresarias, que levantaran la mano si sentía miedo al rechazo. Todas la levantaron.Carme García Ribas opina que la mujer construye su identidad alrededor del miedo al rechazo y esa es la clave de su escasez en los puestos de poder, lo que no excluye la responsabilidad de la sociedad en esa falta. Traten bien o mal a la mujer, no se libera de cierta sensación de impostura, como si no mereciera estar en dónde está, le incomoda destacar. Ella descarta que la cultura de igualdad sea sinónimo de avance. Está bien que la mujer tenga más formación, preparación, oportunidades, una vida sexual más activa, pero de poco sirve si persiste su actitud de sumisión. Termina diciendo que muchas pasan por ser mujeres de hoy, profesionales, independientes, liberadas, pero en el fondo sólo quiere que las quieran.Estamos en un periodo de transición, algo se ha perdido y no se ve claro lo que se ha ganado. Algunos hombres jovenes dicen que las mujeres nos hemos vuelto malas con ellos. Tienen la piel muy sensible. Nosotras sobrevivimos a ocho mil años de patriarcado furibundo y ellos se incomodan con 40 años de busqueda de un nuevo equililbrio. Sobra decir que no lo hemos encontrado.Patricia Rodríguez
No todas las mujeres hemos evolucionado de la misma manera, eso nos obliga a ser pacientes entre nosotras y no empeorar nuestra situación con críticas misóginas. Las mujeres también lo somos. Yo como tú, deseo no ser para mis hijos una carga.
¿Has leido este libro? es muy interesante, y trata de la manera que las mujeres hemos tenido que pelear por la superación desde tiempos de Sor Juana en México, y de como se trata a quienes osan salirse de los estándares.
Desde mi punto de vista, eso tiene un trasfondo que se llama Educación Patriarcal. Desde que somos unas chiquitas, la competencia se centra en otro sentido, si somos o no somos mas bonitas que las hijas de la vecina, a lo mejor se nos aplaude un poco cuando tenemos méritos académicos (con su buena dosis de "para que esforzarse tanto, si lo mas importante para una mujer son los hijos y el marido") pero qué ¡¡¡tal cuando Juana Perez se vuelve Nuestra Belleza México!!! ahi ya cumplió con su labor de instrumento ornamental.
Mientras tanto, a los hombres se les incita a superarse, y en los casos extremos de las familias que solo pueden dar educación a uno de los integrantes, no hay que ser un genio para saber cual va a ser el elegido, independientemente de si su capacidad intelectual supera o no a la de las integrantes femeninas.
Afortunadamente, yo no tuve hermanos varones, asi que no tuve que lidiar con el volverme "asistente" de uno, e irónicamente en una familia de 12 integrantes, entre hijos y nietos, del sexo masculino solo son mi papá y uno de mis hijos. Pero la educación de que te hablo, se vio reflejada cuando un familiar muy querido y muy cercano me dijo "tu ya la hiciste, ya tienes un hijo varon qe va a ver por ti cuando seas grande ¿?" o sea, como si yo no tuviera la capacidad para hacerme cargo de mi misma, o en otro angulo, como si mis hijas mujeres estuvieran pintadas.
Creeme que me cuesta trabajo entender la sumisión, si habemos tantas mujeres que en un momento dado nos hemos tenido que convertir en jefas de familia, si nos hemos demostrado que tenemos las mismas capacidades, y que si queremos, podemos. A lo mejor nos hace falta unas buenas inyeccioncitas de tetosterona, que dicen los cientificos es la hormona que incita a la competencia.
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¿Has leido este libro? es muy interesante, y trata de la manera que las mujeres hemos tenido que pelear por la superación desde tiempos de Sor Juana en México, y de como se trata a quienes osan salirse de los estándares.
http://books.google.com.mx/books?id=fPPUvPB1BAcC&dq=Contra+Vien...
Desde mi punto de vista, eso tiene un trasfondo que se llama Educación Patriarcal. Desde que somos unas chiquitas, la competencia se centra en otro sentido, si somos o no somos mas bonitas que las hijas de la vecina, a lo mejor se nos aplaude un poco cuando tenemos méritos académicos (con su buena dosis de "para que esforzarse tanto, si lo mas importante para una mujer son los hijos y el marido") pero qué ¡¡¡tal cuando Juana Perez se vuelve Nuestra Belleza México!!! ahi ya cumplió con su labor de instrumento ornamental.
Mientras tanto, a los hombres se les incita a superarse, y en los casos extremos de las familias que solo pueden dar educación a uno de los integrantes, no hay que ser un genio para saber cual va a ser el elegido, independientemente de si su capacidad intelectual supera o no a la de las integrantes femeninas.
Afortunadamente, yo no tuve hermanos varones, asi que no tuve que lidiar con el volverme "asistente" de uno, e irónicamente en una familia de 12 integrantes, entre hijos y nietos, del sexo masculino solo son mi papá y uno de mis hijos. Pero la educación de que te hablo, se vio reflejada cuando un familiar muy querido y muy cercano me dijo "tu ya la hiciste, ya tienes un hijo varon qe va a ver por ti cuando seas grande ¿?" o sea, como si yo no tuviera la capacidad para hacerme cargo de mi misma, o en otro angulo, como si mis hijas mujeres estuvieran pintadas.
Creeme que me cuesta trabajo entender la sumisión, si habemos tantas mujeres que en un momento dado nos hemos tenido que convertir en jefas de familia, si nos hemos demostrado que tenemos las mismas capacidades, y que si queremos, podemos. A lo mejor nos hace falta unas buenas inyeccioncitas de tetosterona, que dicen los cientificos es la hormona que incita a la competencia.