El objeto del deseo de la actual administración ha sido y será recuperar el control de la Comisión Federal de Telecomunicaciones. Parece irónico, pero aun siendo un organismo desconcentrado sectorizado a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, la Cofetel tiene autonomía plena para dictar sus resoluciones, muy especialmente en lo que respecta a la radio y la televisión.De hecho, puede afirmarse que éste fue el principal objetivo alcanzado por la "Ley Televisa", como se ha dado por llamar a las reformas, adiciones y derogación de disposiciones de la Ley Federal de Telecomunicaciones y la Ley Federal de Radio y Televisión, que tres meses antes de las elecciones presidenciales del 2 de julio de 2006 fueron aprobadas por el Congreso de la Unión.Si bien, a raíz de la acción de inconstitucionalidad presentada por un grupo de senadores, algunas de las disposiciones de la "Ley Televisa" fueron declaradas inválidas por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, hubo otras muy relevantes cuya validez fue confirmada, como la relativa a la atribución exclusiva de la Cofetel de ejercer las facultades que hasta entonces le habían correspondido a la SCT, de acuerdo con la Ley Federal de Radio y Televisión.He aquí el quid del asunto. La "Ley Televisa" despojó a la SCT de la posibilidad de definir el rumbo de la radio y la televisión en México, y entregó de lleno el mando a la Cofetel. Así, en materia de regulación y resoluciones que atañen a la radiodifusión, las facultades son de la comisión, que no responde ni está obligada a cumplir instrucciones de otra autoridad que no sea su órgano de gobierno: el pleno, integrado por cinco comisionados, incluido su presidente.En resumen, quien controla al pleno de la Cofetel determina la directriz de la radio y la televisión del país. Esta conclusión incuestionable, excepto por el Poder Judicial en los casos en que la comisión trasgreda el orden legal, hace imperativo para el Ejecutivo y esencial para la defensa de los intereses de los poderes fácticos, representados por los medios de comunicación masiva, el ejercer control o influencia sobre los comisionados integrantes del pleno, y especialmente a su presidente.Esta reflexión es oportuna puesto que el 27 de junio próximo vence el periodo de la actual presidencia de la Cofetel, y los comisionados que integran el pleno tendrán que elegir por mayoría de votos a quien fungirá como presidente los cuatro años siguientes. El cargo de presidente, así como el de los comisionados, es renovable por una sola vez, por lo que nada impide que Héctor Osuna Jaime repita en el cargo si consigue el voto de dos comisionados además del suyo.El actual presidente, junto con los comisionados Ernesto Gil Elorduy y José Luis Peralta, entró en funciones desde junio de 2006, cuando fue integrada la nueva Cofetel; en tanto que Rafael Del Villar y Gonzalo Martínez Pous, ambos funcionarios de la SCT a comienzos de la presente administración, sólo lo consiguieron hasta septiembre de 2008, cuando causó estado la resolución de la Suprema Corte de Justicia que invalidó la facultad del Senado de vetar los nombramientos del Ejecutivo federal, objeción que los había privado del derecho a ocupar sus cargos desde la nueva conformación de Cofetel.Esto significa que apenas dos de los cinco comisionados de la Cofetel se incorporaron al pleno a partir del actual gobierno; por lo que para que el Ejecutivo recupere el control de Cofetel necesita de un comisionado más para su causa, además de asegurar la presidencia para uno de los suyos.Pero la designación de un nuevo comisionado depende de la renuncia de alguno de los actuales, ya que los integrantes del pleno no pueden ser removidos excepto por causa grave debidamente justificada. Además, no será fácil maniobrar para conseguir que alguno de los comisionados apoyados por el Ejecutivo sea designado presidente. Es sabido que Héctor Osuna Jaime no goza de las simpatías de la actual administración, pero hasta ahora ha conseguido presidir la Cofetel con el apoyo de la mayoría de los comisionados, y no se descarta su reelección.Pero la moneda está en el aire. El futuro de la comisión se definirá en los próximos 40 días, junto con la asignación de dos hilos de fibra óptica de la Comisión Federal de Electricidad, la tan esperada licitación de frecuencias en las bandas de 1.7 y 1.9 GHz., y otras anunciadas sorpresas. Mientras tanto el sector tendrá que sortear las tormentas que muy probablemente surgirán como resultado de la lucha por el control de la manzana de la discordia.
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