Las personas que se forjan a sí mismos son admirables, tienen la visión adecuada que los hace lograr metas, aprenden a encontrar oportunidades en cada momento son en suma, poseedores de esa llave maestra que todos deseamos.
Tú como yo creemos en los tesoros por lo que te será fácil imaginar esa idea de abrir la puerta mágica con un simple click después de haber probado con distintas llaves.
Encontrar aquello que deseas y que has intentado atraer se logra en con este paso mágico, se abren los caminos del amor, la salud, la abundancia y la alegría.
La Ley de la Abundancia existe como la Ley de la Atracción y de la Gravedad entre otras tantas que hemos compartido en este espacio; bastaría con ver al cielo, observar las estrellas y la naturaleza, las flores, los árboles y los frutos, la infinita diversidad.
En nuestro interior todo comienza con un pensamiento, energía dinámica que nos lleva a la acción y que se relaciona con el poder de la mente, se provoca así la visión necesaria para crear y materializar aquello que deseamos.
Todos los átomos están en movimiento constante, podemos traer a nuestra realidad aquellos componentes del mundo invisible que sean necesarios en este plano terrenal.
Estas leyes funcionan en base a vibraciones por lo que es importante sentir la emoción del convencimiento, el deseo en cuerpo y mente que facilita llevar a cabo la visualización de los anhelos; es preciso conectarte, para recibir y para mandar, como lo es en un teléfono celular o en una computadora.
La capacidad de crear es innata en nosotros pero vinculada a la necesaria confianza que permite eliminar lo que limita, entrenar a nuestra mente en ello es dar el paso adecuado.
Navegar en aguas desconocidas aporta herramientas y oportunidades que posibilitan alcanzar el puerto deseado; para lograr el cambio es indispensable salir de la zona de confort que sólo nos deja en un eterno letargo.
La riqueza material y la emocional son un efecto, lejos de ser una causa y son hijas de un trabajo constante.
El primer paso es tener un por qué, un sentido de la vida, el cómo llega como consecuencia.
La manera en que actuamos es la forma en que pensamos; todo acto está precedido por un pensamiento y estos deben de estar bajo nuestro control para ser instrumentos de la consecución de nuestras metas y de lo que nos hemos propuesto.
El autosaboteador, las energías y los pensamientos negativos que se presentan constantemente deben ser erradicados, precisamos anteponer las imágenes mentales de bienestar, fortuna y alegría.
Vive para ti, para tus sueños, hazañas y recompensas, deja de observar y creer que el pasto del vecino es más verde que el tuyo.
Es tiempo de reflexión, lo que has hecho, hecho está, el hubiera es una quimera todo lo que has conocido tiene una razón de ser, cada llave que has probado intentando abrir un camino ha sido “la llave maestra”, una oportunidad y lección; somos seres espirituales en la escuela de la vida intentando ser mejores personas, esta se encuentra en tu interior.
Somos actores representando una obra de teatro, un juego que tiene sus reglas y sus leyes; a través de este año hemos aprendido a seguir las que nos hacen crecer, balancear nuestra vida en búsqueda de la armonía.
Conéctate con ese ser supremo que vive en ti, agradece los momentos experimentados, el tiempo es sólo una excusa para finalizar un año y reinventarnos.
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