Por: Gabriela LeveroniHijo de tigre...pintito, y vaya que es una calca de su abuelo Don Saúl, si bien las generaciones van mejorando con el paso del tiempo, es increíble que de entre todos, Juan Luis que es el más pequeño de los hijos de Efraín, sea la antítesis de su padre y hermanos.La verdad es que es digno de elogio lo que la familia de la esposa ha logrado con Efraín y sus hijos (dos mujeres y dos varones), con excepción de Juan Luis, todos son un verdadero encanto, son acomedidos en la casa con sus parejas, detallistas y hasta cursis a veces, algo gruñones por supuesto, pero en verdad resalta más lo bueno que lo malo, pero el pequeño Luis es de cuidado. Tal vez porque pasaba sus vacaciones con su abuelo Saúl, pero el caso es que salió corregido y aumentado, con un machismo, cinismo y descaro que se han visto pocas veces.Juan Luis se casó a los veintidós con una niña de 18 años, la razón fue una pasión atropellada con resultados “prematuros”. Gloria su esposa, es la típica niña de provincia bonita, alegre, modosita y servicial, la conozco desde hace muchos años y de todas las familiares políticas es en verdad la más encantadora. Pero, la vida es muy cruel a veces con los mejores seres humanos, Juan Luis se ha portado con ella como un verdadero animal y sin embargo ella siempre está ahí, ya han pasado quince años, y pasaran otros quince antes de que siquiera piense en dejarlo.Cuando aplico el adjetivo calificativo “animal” no lo digo metafóricamente, aplicarlo a ciertos seres humanos es un insulto a los animales no racionales. ¿conocen alguna especie que sea capaz de golpear a su esposa embarazada del tercero tirándola al suelo y patearla de los hombros a las caderas para que los moretones sean imposibles de ser vistos?, que paralelamente tenga una amante y además de todo él sea el ofendido por la impertinencia de su esposa al exigirle dejar a la otra?.Siempre creí que el matrimonio es para siempre, pero al presenciar estas cosas me indigna el ver guardada la “Solemne promesa.”En verdad que existen las relaciones adictivas como menciona el conocido libro de “Las Mujeres que aman Demasiado”, no comprendo como se puede amar a quien nos hace tanto daño, pero todos somos complejos, el problema es que el verdadero amor debe ir directamente proporcional al amor que nos tenemos a nosotros mismos, si en verdad queremos amar tenemos que amarnos, si queremos dar debemos recibir, porque lo merecemos.El caso es que a veces no se repara en los daños que se generan en los hijos.La pobre Gloria no ha visto la suya en años, cuando Luis deja a su amante regresa con ella como si nada, se comporta por un tiempo encantador hasta encontrar a “otra” que le interese más. Es un secreto a voces en la familia, pero nadie toma cartas en el asunto, los años pasan y Gloria ya perdió el brillo en la mirada, parece que es un robot que cumple con lo que se espera de ella y nada más.Por desgracia, cada día nos enteramos de nuevas “Glorias” que se encuentran cerca de nosotros, y que a través del tiempo han logrado perfeccionar la máscara de “ todo esta bien en casa” y que no permiten que la sociedad las reconozca; el temor al rechazo, el enfrentar la situación económica solas y el verse divididas entre el trabajas para proveer y el estar en casa para educar, hace que sigan su vida día a día pensando que mañana todo va a cambiar. La realidad es muy amarga para ellas, pero de alguna manera el vivir siempre en el temor es un tipo de cárcel que no merece ningún ser humano. El bienestar de los hijos se encuentra en ver a una madre ó padre(porque también hay violencia dirigida hacia los hombres) digno y que se valora a sí mismo y que no permite que la violencia toque a sus hijos, sin embargo salir de este círculo vicioso es muy difícil, al final de cuentas la víctima siempre sale perdiendo no importa en el lado de la línea que se encuentre. Porque esta víctima es juzgada severamente por todos: si se queda... es una dejada. Si lo deja... es que no ve el daño que le va a hacer a los hijos con la separación, si habla del tema... es una estúpida por seguir ahí y si se calla...es una sumisa que no se hace respetar.En fin, este tema no tiene principio ni fin, lo que si creo es que asumir la realidad de pertenecer a la categoría “victima de la violencia” es lo más difícil y asimismo el primer paso para buscar una solución.Cada quien guarda sus secretos, pero siempre hay ayuda cuando se requiere, instituciones no gubernamentales y algunos psicólogos ofrecen asesorías y apoyo para las personas que se encuentran en un estado de violencia.El silencio es cómplice de la violencia y debe romperse.
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