Nunca te has puesto a pensar que increíble es, que todo mundo te admire, que al pasar por todas partes te volteen a ver y comenten algo que te halague, CLARO!!! Es genial sentirte admirado, reconocido, el ser humano por naturaleza es vanidoso y ególatra, con un “narcicismo” al extremo. Pues te tengo 2 noticias una buena y otra mala, la buena es que efectivamente como ser humano perfectamente IMPERFECTO necesitamos de reconocimiento y aceptación pues somos seres sociales cien por ciento, sin embargo en la medida en que va subiendo nuestra popularidad se nos van despegando los pies del suelo y empezamos a planear sin rumbo pero con mucha alegría, ojo mucho ojo, cuando nos volvemos ciegos y sordos a la realidad nos vamos olvidando que cada ladrillo con la que fue construido tal éxito si no se colocaron suficientes cimientos de HUMILDAD, las caídas son indescriptibles, aquí es donde entra la mala noticia pues la vanidad siempre camina de la mano de la soberbia y el orgullo mal encaminado. Pues bien empecemos por un pequeño concepto de HUMILDAD que es: Reconocer nuestras propias debilidades, cualidades y capacidades y de ellas hacer uso para hacer el bien en favor de los demás, pero sin ir gritando a los cuatro vientos como periódico matutino. Nunca debemos hacer gala, no vanagloriarnos ante los demás. Una persona que vive con humildad en su precioso corazón sabe escuchar y acepta a todos tal y como son, sin peleas ni esfuerzos sobrehumanos por cambiarlos ni siquiera un poco. Cuando más aceptamos, más obtenemos el cariño y reconocimiento de cada ser humano que nos rodea, bastará siempre un buen gesto de humildad para que nos recuerden para toda la vida, luego entonces pensemos que, ser humilde significa que debo dejar hacer y también dejar ser a mí prójimo, comprendes el sentido de las palabras, si cortamos de raíz la arrogancia innecesaria reconociendo las capacidades físicas, emocionales, económicas e intelectuales de cada individuo estaremos abriendo las puertas de la confianza, el respeto y la compañía agradable y desinteresada a cada persona. En la medida que permitimos entrar a la humildad en nuestras vidas vamos adquiriendo grandeza en nuestro corazón y por supuesto como un gran boomerang en el corazón de los demás.
Para poder ser exitosos en nuestro diario trato humano debemos tener siempre presente que, todo acto debe ser cobijado con el corazón para nunca jamás lastimar con una palabra mal dicha piensa un poco en esto: “No era mi intención decirlo”, ¿entiendes?, solo es una buena actitud y un deseo inmenso de actuar con el corazón, sólo con él. Siempre habrá cuestiones personales que no nos gusten, cualidades que no estamos explotando o no hemos desarrollado lo suficiente y por no ser humildes descuidamos esa parte de crecimiento personal. Lo más importante es aceptar la situación y seguir luchando por superarnos cada vez más.
Si tú quieres empezar a practicar la HUMILDAD en tu vida te propongo lo siguiente:
- Respeta siempre las capacidades de los demás.
- Jamás permitas que la arrogancia entre en tu vida.
- Siempre condúcete sencillo y sincero.
- Solicita ayuda cuando la necesites recuerda que no eres perfecto ni autosuficiente.
- Aprende a escuchar, si sólo hablas tu algún día estarás hablando solo frente al espejo.
- Que tus pensamientos siempre sean positivos.
- Jamás ofendas a nadie
- Siempre regala una sonrisa y trata a todos con cariño
- Nunca critiques por ser aceptado en un círculo de “amigos”
- Recuerda que no eres superior a nadie, TODOS somos iguales
Solamente piensa que hoy sabes mucho por que llevas gran tiempo preparándote para ser mejor cada día, ese, pero, solo ese, debe ser tu gran orgullo, pues con un tesoro invaluable como el de la sabiduría puedes ayudar a miles de personas.
Reflexiona sobre la inteligencia del sabio cuando lo cuestionaban del ¿Por qué no hacía grandes y espectaculares cosas si era una sabio y él humildemente solo contestaba: “siempre valdrá más hacer una pequeña cosa que ayude a tus semejantes, que una gran maravilla que asombre a todos, pero que no sirva a nadie”
Si me permites quiero citar lo siguiente:
Lucas 5: 12-16
“Un día estando Jesús en un pueblo, llegó un hombre enfermo de lepra; al ver a Jesús, se inclinó hasta el suelo y le rogó: -Señor, si quieres, puedes limpiarme de mi enfermedad. Jesús lo tocó con la mano, diciendo: -Quiero. ¡Queda limpio! Al momento se le quitó la lepra al enfermo y Jesús le ordenó: - No se lo digas a nadie; solamente ve y preséntate al sacerdote, y lleva por tu purificación la ofrenda que ordenó Moisés, para que todos sepan que ya estás limpio de tu enfermedad. Sin embargo, la fama de Jesús aumentaba cada vez más, y mucha gente se juntaba para oírlo y para que curara sus enfermedades. Pero Jesús se retiraba a orar a lugares donde no había nadie”
Hoy te deseo un camino lleno de paz, cubierto de humildad y que en todos tus actos se vea reflejado tu dulce corazón sirviendo al necesitado. Dios contigo siempre!!!!
Hasta el próximo martes.
Comentarios
Hola Araceli: Muchas gracias por compartir con nosotros este bello mensaje que nos hace reflexionar mucho sobre la humildad enseñarles a nuestros hijos sobre la humildad del sabio, para que no se crean lo que no son y siempre decirles como Jesus decia por tus obras te conoceran, nuevamente muchas gracias