Los seres humanos somos especiales en nuestra manía por encontrar excusas, bases que permitan excluirnos de responsabilidad y al mismo tiempo mantenernos en nuestra zona de confort.
En multitud de ocasiones habrás escuchado como yo, a algunos que hablan de la imposibilidad o enorme dificultad para transformar facetas de la personalidad y de la suya en específico.
Inmediatamente surge el lugar común y lo que algunos consideran la justificación perfecta es que algunas cosas son genéticas de ahí viene esta falacia que se convierte en una gran creencia limitante y que por años acompaña a ese ser humano, bajo esta lógica nuestros hijos heredarán nuestros errores y los seguirán transmitiendo, lo cual es absolutamente falso. Habrás escuchado también argumentos tan ilógicos como soy gorda, tímida, suertuda, estrellada en virtud de los genes, con esto estamos ante la presencia de algunos pequeños fantasmas que ni siquiera conocemos y a quienes se les atribuye facultades tan grandes y tan poderosas, tan extraordinarias como para limitar nuestras vidas y más allá.
Nuestro libre albedrio y decisiones trascendentes, nuestras creencias a aquellos patrones que repetimos con constancia son invisibles, son energía que se pueden transmutar en fuerzas positivas y dejar atrás la marca, que como si fuera un ADN indeleble, aceptamos sin replicar, que se resume en frases como, así soy, así nací y nada ni nadie me va a cambiar.
Si analizas con detenimiento lo que encierra esta última frase te darás cuenta que es un simple escudo y una protección hacia el cambio, miedo a lo desconocido, es absolutamente normal que esté ahí, pero también es cierto que necesitas dominarlo.
Si conceptualizamos a nuestra mente como una computadora, lo que por su uso nos es ahora fácilmente entendible, te darás cuenta de que en nuestro hipotético disco duro han quedado impresas aquellas circunstancias que consideramos como verdad y que carecen de la necesaria comprobación.
El primer compromiso pasa entonces por borrar estas creencias dar “delete” en el lenguaje de la computación, reprogramarlas con criterios distintos, ideas frescas con el objetivo de reinventarnos.
Es preciso dejar atrás la predisposición de lo genético y atravesar el puente de salida a veces construido, evitando quedarnos inmóviles en donde estamos. Cualquier cosa que impida la ejecución de lo que deseamos, que obstruya la ruta de los sueños es un simple reto que permite encontrar la raíz de la cual nacen los conflictos, es la ocasión para eliminar lo arraigado.
Tú biología es tu biografía el secreto es viajar en el tiempo en la línea de tu vida, para encontrar todo aquello que te impide avanzar, si bien es cierto que la mente controla el cuerpo, también lo es la existencia de eso que se llaman placebos, píldoras de azúcar, que han propiciado sanación en multitud de ocasiones y a muchas personas bajo el concepto de voluntad y fe en su posibilidad de curar.
Somos capaces de lograr lo inimaginable, los milagros sólo ocurren cuando tenemos confianza en las herramientas que tenemos y que el universo nos ofrece día a día, sobre todo con dedicación y ganas de aprender, la carga más pesada y estorbosa de todo nuestro desarrollo, está más cerca de lo que supones y es distinta a la genética, es mental.
En multitud de ocasiones habrás escuchado como yo, a algunos que hablan de la imposibilidad o enorme dificultad para transformar facetas de la personalidad y de la suya en específico.
Inmediatamente surge el lugar común y lo que algunos consideran la justificación perfecta es que algunas cosas son genéticas de ahí viene esta falacia que se convierte en una gran creencia limitante y que por años acompaña a ese ser humano, bajo esta lógica nuestros hijos heredarán nuestros errores y los seguirán transmitiendo, lo cual es absolutamente falso. Habrás escuchado también argumentos tan ilógicos como soy gorda, tímida, suertuda, estrellada en virtud de los genes, con esto estamos ante la presencia de algunos pequeños fantasmas que ni siquiera conocemos y a quienes se les atribuye facultades tan grandes y tan poderosas, tan extraordinarias como para limitar nuestras vidas y más allá.
Nuestro libre albedrio y decisiones trascendentes, nuestras creencias a aquellos patrones que repetimos con constancia son invisibles, son energía que se pueden transmutar en fuerzas positivas y dejar atrás la marca, que como si fuera un ADN indeleble, aceptamos sin replicar, que se resume en frases como, así soy, así nací y nada ni nadie me va a cambiar.
Si analizas con detenimiento lo que encierra esta última frase te darás cuenta que es un simple escudo y una protección hacia el cambio, miedo a lo desconocido, es absolutamente normal que esté ahí, pero también es cierto que necesitas dominarlo.
Si conceptualizamos a nuestra mente como una computadora, lo que por su uso nos es ahora fácilmente entendible, te darás cuenta de que en nuestro hipotético disco duro han quedado impresas aquellas circunstancias que consideramos como verdad y que carecen de la necesaria comprobación.
El primer compromiso pasa entonces por borrar estas creencias dar “delete” en el lenguaje de la computación, reprogramarlas con criterios distintos, ideas frescas con el objetivo de reinventarnos.
Es preciso dejar atrás la predisposición de lo genético y atravesar el puente de salida a veces construido, evitando quedarnos inmóviles en donde estamos. Cualquier cosa que impida la ejecución de lo que deseamos, que obstruya la ruta de los sueños es un simple reto que permite encontrar la raíz de la cual nacen los conflictos, es la ocasión para eliminar lo arraigado.
Tú biología es tu biografía el secreto es viajar en el tiempo en la línea de tu vida, para encontrar todo aquello que te impide avanzar, si bien es cierto que la mente controla el cuerpo, también lo es la existencia de eso que se llaman placebos, píldoras de azúcar, que han propiciado sanación en multitud de ocasiones y a muchas personas bajo el concepto de voluntad y fe en su posibilidad de curar.
Somos capaces de lograr lo inimaginable, los milagros sólo ocurren cuando tenemos confianza en las herramientas que tenemos y que el universo nos ofrece día a día, sobre todo con dedicación y ganas de aprender, la carga más pesada y estorbosa de todo nuestro desarrollo, está más cerca de lo que supones y es distinta a la genética, es mental.
¡Qué tengas un mágico día!
Participa con tus comentarios acerca de este post estaré atenta; ten un mágico día Terry Guindi.
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