Como bien definió el célebre psicólogo norteamericano Abraham Maslow (1908-1970) padre de la psicología humanista y muy famoso por la pirámide que describe las necesidades de los seres humanos (si no la conoces, búscala en internet, verás qué interesante), como especie tenemos la tendencia a que, conforme vemos satisfechas nuestras necesidades, desde las más básicas -tales como alimento o aire para respirar- iremos desarrollando requerimientos y deseos cada vez más elevados, hasta llegar a sentir el anhelo de auto realizarnos.
Maslow también señaló algo a lo que deseo referirme en esta ocasión: cuando el factor determinante para satisfacer una necesidad es el egoísmo y más que tratarse de un anhelo de realización, lo que existe es el deseo de competir y, por supuesto, ganar, entonces la consciencia sufrirá como secuela el quedarse sin desarrollar, limitada.
Desde mi perspectiva es como si los individuos fuesen construyendo una “falsa pirámide” llena de deseos artificiales, que sirven a valores de las apariencias y al materialismo, mientras se van alejando de los anhelos y metas del ser real.
En este siglo XXI donde todo cambia vertiginosamente y el celular que compramos ayer ya tiene una versión mejor hoy, donde los récords (deportivos, de ventas, de resistencia, etcétera) duran sólo unas horas, donde la fama está a sólo un millón de visitas en You Tube… la tentación no es poca. Parece que las personas estamos obligadas a ser primeras en todo, a destacar a como dé lugar: “La primera mujer que logró Tal Cosa” “La persona más joven que ha ganado Fulano Premio” “El primer mexicano que ha podido completar esta Hazaña” “La primera señora en Darse Cuenta de…” “El Contador más Picudo del Universo” o “La autora del libro más exitoso y vendido en la historia de la imprenta mundial” parecen metas razonables.
Educamos a nuestros niños y decimos que es para el éxito, pero más bien es para la frustración. Les decimos cosas como “No me importa lo que decidas ser, mientras seas el mejor” y nos sentimos orgullosos de estarles dando libertad. Cuál libertad? Condicionarle a alguien que puede hacer lo que quiera en tanto sea número uno es condenarlo al fracaso, salvo algunas contadísimas excepciones.
Estoy convencida de que el día que nos orientemos a trabajar, luchar y lograr cosas con el propósito de ser felices, con la paz interior como meta y con el amor como motor, ese día el mundo dejará de ser un lugar tan hostil. Está claro que al planeta le hacen falta más personas satisfechas de sí mismas y menos “triunfadores” que han traicionado sus ideales con tal de ser un vacío e insignificante, un agotador y poco realista “Número uno”.
En el Divino Núcleo de cada ser humano radica una característica única, una chispa que nadie más tiene, ESO que nos hace especiales. Nos encontraremos con el atributo que es sólo nuestro, cuando recorramos el camino que lleva hacia adentro de nosotr@s mism@s y dejemos de servir a los valores de la forma, la competencia y el triunfo de oropel.
Así sea!!!
Bendiciones de amor, paz y verdad
@AuroraDelVillar
Comentarios
Jess querida, gracias por compartir tu experiencia y tu punto de vista. Te mando un abrazo!!!!
Gracias Martha Cristina por tu reflexión. Muy valiosa!
Fui educada para ser una persona con éxito :) con muchos dieces en la escuela, con muchas actividades extras a la escuela, competitiva, sin duda, lo agradezco, y en efecto, cuando me dí cuenta que tengo muchos vacíos, y que, no sabía cual era la escencia que me hace ÚNICA, ese fue mi momento de cambio y en el cual sigo trabajando ... Me encantaría que a los niños se les enseñe a crecer de forma integral, espiritual y más felices :) ME UNO A TU PETICIÓN Y QUE ESTE MÉXICO Y MUNDO CREZCAN CON MÁS AMOR.
Un tema muy actual y estoy de acuerdo contigo y con la quinta etapa de la Piramide de Maslow en la que se menciona: Moralidad, Creatividad, Espontaneidad, Falta de Prejuicios, Aceptacion de Hechos, Resolucion de Problemas entre muchas otras cosas que se sugiere desarrolle un ser humano para alcanzar su autorrealizacion pero tambien el estar conscientes de que cada ser avanza a su propio ritmo y depende precisamente de sus necesidades el permanecer en las etapas anteriores el tiempo que su propio desarrollo ocupe para pasar a la siguiente. El alcanzar esa quinta etapa es realmente un logro y a algunos les toma un tiempo largo a otros no tanto. Saludos.