LA DIFERENCIA ENTRE AGRADECER Y PEDIR

photo-1586810165626-7e665dc0dbcb?ixid=MXwxMjA3fDB8MHxwaG90by1wYWdlfHx8fGVufDB8fHw%3D&ixlib=rb-1.2.1&auto=format&fit=crop&w=1000&q=80&profile=RESIZE_710x

Hace no muchos años, trabajando con uno de mis clientes, me tocó un día asesorar a toda la familia para un evento donde tenían que hablar en público.  Estuvimos trabajando con el tema de storytelling y me empezó a contar varias anécdotas que podíamos usar para su presentación.

 

No se me va a olvidar cómo me dejó marcado que cuando estábamos escarbando historias para encontrar la mejor opción para integrar a su mensaje, me contó cómo empezó su vida profesional. Quedé gratamente sorprendida de todo lo que había logrado y cómo lo había logrado.  El había tenido que ir caminando desde su pueblo a la escuela que estaba en un poblado cercano, así lloviera, hiciera calor o hiciera frío, tenía que ir a pie porque no tenía ni bicicleta.   Una vez que tuvo oportunidad, se vino a estudiar a la ciudad de México y fue preparándose para su vida profesional.  Logró estudiar ingeniería y hoy ha construido una empresa muy importante en nuestro país.

 

Ahora a sus hijos le apoyan y son parte de esta organización que sigue en constante crecimiento y posicionándose con fuerza en su industria. Si bien la historia de por si es memorable por todo lo que ha logrado hacer solo, lo que más se me grabó es que me dijo:  

“Ale, si quieres alcanzar tus metas, crecer tu negocio y llegar a tus objetivos, tienes que agradecer desde antes que lo logres, evita pedirlo.  Agradece al Universo, a Dios, al Ser Superior,  o quien sea tu fuerza que te motive y en quien tu creas.    Si agradeces siempre   te vas a dar cuenta cómo se va a concretar.”

 

Esto me ha hecho reflexionar recientemente, cuando escuchas personas que piden un aumento, que piden que les vaya bien para encontrar un trabajo, que piden que se acomoden las cosas para que obtengan resultados.  

 

No es que esté mal, es que creo que cuando pedimos, la energía no es la misma a  cuando agradecemos  algo que visualizamos que ya estamos disfrutando.  Entonces se abre el canal de la energía que hace que las cosas sucedan. Esa plenitud de vivir en el presente para actuar sobre un propósito y un camino pre establecido por nosotros mismos, pero sin depender de otros o de las circunstancias que nos rodean.

 

En mi opinión y sin ser experta, cuando pides, se vuelve una obligación para el que te da o no te da. Por el contrario, cuando agradeces, se vuelve tu responsabilidad y compromiso conectar con tu energía para hacer que las cosas sucedan.

 

De hecho, existen miles de meditaciones basadas en la gratitud para generar abundancia.   Esa forma oriental de conectar con tu interior, creer en ti, y actuar sobre el sentimiento que genera esa abundancia.  Yo por ejemplo voy en el día 9 de 12 días de gratitud en el app de Breathing Room.  También hay científicos en neurociencias como Joe Dispenza, Juan Lucas y otros guías espirituales, en donde reprogramas tus pensamientos para que conseguir tus propósitos.   Si bien no me considero experta en el tema, estoy segura que tiene que ver con tu presencia ejecutiva, en estar en el presente y no en automático o viviendo en el futuro que solo genera angustia y ansiedad.

 

En automático, reaccionas ante situaciones, emociones y comportamientos de otras personas, que cuando no se hace lo que quieres, nos volvemos reactivos y la energía tiene una disrupción. Si pides y no te dan, vives en la espera de algo que no depende de ti.

 

En presente, vivimos en el momento, conscientes del impacto que tenemos en otros, de nuestras emociones, de las conexiones que logramos.  Tener consciencia de nuestras emociones nos permite entender cómo comportarnos, cuando debemos comunicar y cuándo debemos mantener silencio. Agradecer es vivir en un presente, hace sentido, porque entonces tu comportamiento es basado en lo que tienes y no en lo que no tienes.

 

Así que pensé, que ya que se acerca el cierre de este año que nos ha dejado miles de retos, de aprendizajes y que nos está haciendo vivir en esta realidad como parte de un actuar cotidiano, puede ser un buen momento que agradezcas, con una intención enfocada en el presente y generar nuevas experiencias y aprendizajes.

  Dejemos de pedir y empecemos a agradecer.

Si te gustó. Encuentra más contenido como este en mi blog

Enviadme un correo electrónico cuando las personas hayan dejado sus comentarios –

¡Tienes que ser miembro de Retos Femeninos para agregar comentarios!

Join Retos Femeninos