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¿Sabías que uno de los síntomas que pueden presentarse durante la crisis de la mediana edad está constituido por la insatisfacción laboral?

Ésta falta de contento, al igual que otros indicios de la crisis, puede manifestarse con mayor o menor intensidad, pero es frecuente que a partir de los 35 años las mujeres comencemos a pensar en dar un giro a nuestras vidas profesionales.

Observa a tu alrededor: Cuántas, de las mujeres de 40 y más que conoces, hasta hace algunos años hacían una cosa completamente diferente a la labor que hoy desempeñan? Cuántas comenzaron a interesarse y a realizar estudios en áreas que no guardan mucha relación con su primera carrera? O bien, cuántas decidieron lanzarse al mercado profesional tras muchos años de estar en casa, trabajando como mamás?

Has sentido el "gusanillo del cambio"? Bien puede tratarse de una magnífica oportunidad para que te desarrolles en un terreno completamente nuevo y asumas retos novedosos o, mucho cuidado, puede ser la sombra, esa parte de la personalidad humana que nos boicotea y nos arrastra al naufragio si no tenemos cuidado, que, con sus cantos de sirena, intenta distraerte y frustrar tu desarrollo .

Llegar a la mitad del camino y saber que aún nos queda bastante por recorrer puede ser un calvario cuesta abajo, lleno de insatisfacción o, peor aún, de evasiones. Un ejemplo pueden ser las  chicas de más de 40 que, sin ánimo de juzgarlas, comienzan a lanzarse a la conquista de muchachos más jóvenes -o de quien se deje- para tratar de olvidar que están perdiendo lozanía y algo de su atractivo juvenil y que pasan la crisis de la edad madura en una fiesta cuya resaca, una vez pasado el reventón, dura algo más de una década.

Sin embargo, este periodo también puede convertirse en un lapso lleno de sorpresas y auto descubrimiento del propio potencial que tenemos como seres productivos y pensantes.

Los matices del alma humana son infinitos y, créeme, una vida no alcanza para manifestarlos todos. La única que sabe la verdad, eres tú, de modo que si te asalta el gusanillo de la insatisfacción, realiza el riguroso auto examen que te llevará a descubrir si es sólo una treta más de tu sombra, que no quiere responsabilizarse sobre nada, o si ya ha llegado el momento de que te adentres en un  terreno desconocido para que te pongas a prueba y continúes creciendo.

Un ejercicio sencillo que te puede ayudar a saber si esas ganas de cambiar vienen de tu sombra o de tu luz radica en preguntarte lo siguiente:

Si no tuvieras ningún problema económico y todas tus necesidades estuvieran resueltas: ¿a qué te dedicarías?

Piensa bien la respuesta. Una contestación vana y superficial te va a llevar a resultados igualmente vanos y superficiales. Tu respuesta puede ser "Lo mismo que hago ahora" y eso significa que tu grado de satisfacción es alto. Pero si te sorprendes a ti misma con algo que no te imaginabas, entonces vale la pena que le des una pensada. ¿Cómo podrías enriquecer tu vida estudiando algo nuevo, dedicando tu tiempo libre a eso que tu corazón desea hacer o animándote a incursionar en esa nueva área que tu alma te pide explorar?

Me dará mucho gusto que me compartas cómo te fue en este ejercicio.

Un abrazo!!!!

Aurora del Villar