Hola amig@s, siempre he considerado que la forma de expresarse de una persona revela mucho de su preparación y si además de eso le añadimos la convicción de sus palabras, esa persona le resulta a la audiencia, a sus compañeros, a sus competidores y a todo el mundo en su entorno, una persona fascinante y digna de seguir. Por eso, está comprobado que primero se sigue al lider y luego los conceptos, causas e ideales por los cuales se ha erigido como líder, cuando muchas personas pensarían que debería ser al contrario. La convicción de sus palabras forma parte de su carisma.
El aspecto carisma siempre ha sido un verdadero misterio para el ser humano. ¿Se nace o se obtiene? o ¿las dos cosas? el carisma es por lo que las personas siguen a un líder, votan por él para presidente, leen sus libros, acuden a un concierto, lo van a ver y escuchar a una conferencia, ven sus películas o lo van a ver al teatro.
Dentro del carisma existen muchos elementos.
La wikipedia nos dice: "El carisma (de la palabra griega χάρισμα /jarisma/, de χαρίζεσθαι, agradar, hacer favores): Es la capacidad de ciertas personas de motivar y suscitar la admiración de sus seguidores gracias a una supuesta cualidad de "magnetismo personal".
Habría entonces qué preguntarse y definir qué es el "Magnetismo personal" y entonces podríamos estar horas platicando, conversando y hasta discutiéndolo.
Sin embargo uno de los elementos básicos que contiene la personalidad de estos líderes motivacionales en diferentes actividades de los hombres es la convicción con la que hablan determinando su seguridad y eso siempre le atraerá muchos seguidores.
Hace muchas años tuve la inmensa fortuna de conocer a un actor mexicano de cine y teatro que quizás no fue muy famoso pero si muy importante porque triunfó en el cine europeo, antes que muchos que todos conocemos. Y muchos quizás nos preguntábamos por qué. Hay qué ler sobre su vida y carrera y entonces ahí encontraríamos la respuesta. Definitivamente era un buen actor. Cuando lo conocí personalmente en una plática informal en la inauguración de una tienda de muebles de línea italiana muy exclusiva y tuve la oportunidad de platicar con él junto con otros invitados, alrededor de casi dos horas, este hombre me subyugó por su extraordinaria elocuencia, cultura, conocimientos, pasión por la vida, sentido del humor, elegancia, clase y extraordinaria CONVICCION con la cual hablaba, el Sr. Claudio Brook 1927-1995. Las bases de esta persona eran extraordinarias y seguramente los que lo conocieron coincidirán conmigo.
Lo anterior se fortalece con una de las publicaciones de Jim Rohn 1930-2009 (autor y orador motivador motivacional estadounidense). El nos decía:
"He encontrado que algunas veces la sutil diferencia en nuestra actitud puede ser tan simple como el lenguaje que usamos, lo cual de seguro puede significar una enorme diferencia en nuestro futuro".
En uno de sus artículos continúa diciéndonos:
La diferencia está en cómo se habla uno a sí mismo y a los demás. Conscientemente debe tomar la decisión de evitar decir lo que usted no desea expresar y comenzar a decir lo que en realidad usted desea expresar. A eso lo llamamos CONVICCIÓN.
Veamos unos ejemplos:
En vez de decir: “¿Qué pasa si alguien no responde?” Ud. dice “¿Qué pasa si en verdad responde?”
En vez de decir: “¿Qué pasa si alguien dice no?” Ud. dice “¿Qué tal si te dicen que si?”
En vez de decir “¿Qué pasa si se paran y se van? Ud. dice “¿Qué tal si se quedan?
En vez de decir “¿Qué pasa si esto no funciona?” Ud. dice ¿Qué tal si en verdad funciona?
Y la lista continúa…
Cuando usted comienza a pensar y a decir lo que realmente desea, entonces su mente automáticamente cambia y lo jala hacia esa dirección. Algunas veces puede ser tan simple como sólo hacer pequeños cambios en su vocabulario y como usted da a conocer su actitud y filosofía.
Nuestro lenguaje también influye en como otros se desempeñan y también en como se comportan a nuestro alrededor. Un adolescente le dice a su padre “Necesito que me des 20 pesos”. El padre que sabe lo duro que es conseguir el dinero le puede decir: “¿Para qué necesitas esos 20 pesos?” y normalmente se generará una situación tirante entre padre e hijo. Puede ser que el padre tenga esos 20 pesos que el hijo necesita, pero el hijo no ha usado el lenguaje correcto para conseguir los 20 pesos. La situación hubiera sido diferente si le hubiera dicho a su padre “ Como puedo hacer para ganar 20 pesos?
Esta es la magia de las palabras. Aunque le resulte difícil de entender, en el mundo hay dinero para todos, solo tiene que aprender la magia de las palabras para obtenerlo. Usted podrá obtener dinero para todo lo que necesite con sólo aprender la filosofía que hay detrás de: “Como puedo hacer para ganar 20 pesos?”
El agricultor no puede hablarle a la tierra y decirle:
-“Dame una cosecha” El sabe que la tierra se reirá de él y dirá:
-“¿Quien es el gracioso que me trae sus necesidades y no me trae sus semillas?
Ahora si le dijera a la tierra:
-“Tengo estas semillas, ¿si las planto podrías trabajar con ellas mientras yo duermo?
La tierra le dirá:
-“No hay problema. Siembra la semilla y vete a dormir que yo trabajaré mientras tu duermes”
Si usted entiende estos simples principios, enseñárselos a un adolescente (o a un adulto) será solo cuestión del lenguaje que emplee. Es como decir “una cuenta de inversión” en vez de “una cuenta de ahorro”. Simple lenguaje, pero muy importante. Es fácil tropezar durante casi toda su vida y no aprender alguna de estas simplicidades. Por eso usted tendrá que enfrentarse con todos los retos que no pudo superar, simplemente por “no leer ese libro”, “no escuchar ese cassette”, “no asistir a esa clase”, “no cultivar su lenguaje” y “no estar dispuesto a buscar de manera que usted pueda hallar”. La Buena noticia es que usted puede iniciar este proceso en cualquier momento.
Nos cuenta finalmente Jim Rohn:
“Para mi fue a la edad de 25 años y estaba quebrado. Seis años después era millonario.
Alguien le dijo: -
-¿Qué tal cambio, qué tal revolución, qué clase de magia tuvo que pasar? ¿Cómo lo hiciste? y yo le dije:
-No. Cualquier persona en un periodo de seis años lo puede hacer; de los 25 a los 31, de los 36 a los 42, de los 50 a los 56. Puede ser cualquier periodo de seis años en los que usted se dedique intensamente a un acelerado desarrollo personal, a mejorar su curva de aprendizaje y a aprender las disciplinas adecuadas. Hoy en día, por los avances de la tecnología, puede que no le tome los mismos seis años, pero los mismos cambios y la misma recompensa estará disponible para aquellos que quieran pagar el precio de los seis años. Usted se dará cuenta de que bien sea al comenzar (para ayudarlo a arrancar) o en medio del proceso (para ayudarlo a mantenerse en el camino), que su lenguaje puede tener un gran impacto en su actitud, acciones y resultados.
Muchas gracias y nos leeremos pronto...
Juan Fernando Campos (JuanFer)
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Correo: jfcampos@gonzka.com.mx
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