Somnolencia, cansancio y falta de concentración son sensaciones que todos hemos vivido tras una jornada de trabajo o estudio agotadora. El café es nuestra primera respuesta ante estos síntomas, pero ¿cómo nos afecta esta bebida? La doctora Mónica Méndez Díaz, académica del Departamento de Fisiología de la Facultad de Medicina, explica que el café tiene un principio activo llamado cafeína. Ésta es una xantina, y actúa directamente en el sistema nervioso.
Al entrar en nuestro organismo produce ciertos efectos que causarán placer o repudio, dependiendo de la sensibilidad de cada persona. “Produce un estado de alerta, también facilita la liberación de catecolaminas (hormonas producidas por las glándulas suprarrenales en el sistema nervioso), y promueve la liberación de dopamina, que el cerebro identifica como una sensación agradable”, asegura la especialista. Sin embargo, también señala que esta misma sustancia puede producir sensaciones negativas, dependiendo del consumidor, pues en algunos incrementa de manera importante la frecuencia cardiaca y respiratoria, lo que provoca ansiedad.
La cafeína se encuentra en muchas plantas que consumimos en forma de infusión. La tienen también algunas frutas o semillas como el guaraná y el cacao, así como todos los alimentos con chocolate y, de acuerdo con la investigadora, “afecta directamente el cerebro al unirse al receptor de adenosina, una sustancia que nos facilita la instalación del sueño, la cafeína lo bloquea, por lo tanto inhibe la expresión de sueño.
Cada individuo es diferente, hay quienes tienen el receptor de esta nucleósidoadenosina muy expresado o tienen algún polimorfismo del gen que produce el receptor y responden de manera distinta al café”. La especialista afirma que algunos efectos adversos, como el diurético, desaparecen cuando se es consumidor frecuente. Otra de las reacciones que causa cuando no se ingiere de manera cotidiana es que acelera las reacciones bioquímicas y procesos fisicoquímicos que ocurren en el organismo. “Si haces ejercicio y tomas una taza 10 minutos antes de empezar, el metabolismo se acelera y la percepción de cansancio y de esfuerzo disminuye”, agrega. Esta sustancia también es empleada en algunos medicamentos como el ácido acetilsalicílico, pues facilita su absorción en el sistema digestivo y propicia que permanezca más unido a sus receptores, por lo tanto, facilita la acción del fármaco.
Cabe señalar que este cambio de PH en el sistema gástrico resulta contraproducente para las personas con úlceras en el estómago, pues empeora su condición. La doctora Méndez Díaz señala que a pesar de su bajo margen de peligrosidad, las embarazadas y quienes sufren de algún trastorno cardiaco, gástrico o mental, deben evitar consumirla, pues sus efectos pueden llegar a ser contraproducentes.
Aunque es considerada una sustancia muy segura, si se ingiere en altas cantidades puede llegar a causar la muerte. “Para ello se necesitaría tomar unas 200 tazas de café, 500 latas de refresco de cola, o 50 kilos de chocolate en el menor tiempo posible”, especifica. Al ser una xantina que afecta al sistema que nos aleja del sueño y nos mantiene en vigilia, la especialista recomienda tomarla antes del medio día ya que tarda en metabolizarse unas cinco o seis horas. “Lo mejor para mantenerse despierto y concentrado es el café, no se arriesguen con otras sustancias”, advierte.
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