“Los analfabetos del futuro serán aquellos que se reúsen a olvidar lo aprendido para aprender de nuevo” Alvin Toffler
Esta frase la he colocado en mi pared para que me recuerde constantemente lo que debo de evitar, el analfabetismo del que habla Toffler.
Dos son los propósitos que persigo al hacerlo, salir de mi zona de confort manteniendo en la mente el constante reto de aprender algo nuevo; en segundo lugar este hecho me permite sentirme saludable y jovial.
Escribo estas líneas en ese innovador instrumento tecnológico que es el Ipad, de vez en vez, me cuestiono estas formas modernas que surgen, las que habremos de conquistar. En el caso que nos ocupa me ha tomado tiempo hacer este cambio, de la comodidad de mi computadora y su teclado a este concepto más versátil y por supuesto portátil.
Cuando viajamos por el camino seguro, el que hemos recorrido en infinidad de ocasiones y de pronto nos encontramos con que otro se bifurca, lo común es que nos detengamos, nos quedemos quietos y en pánico, al menos temerosos, sin saber a bien qué hacer, cuestionándonos cuál ruta elegir; ambos hemisferios del cerebro, el izquierdo que razona y el derecho que intuye, pretenden ser los protagonistas del suceso, comienza el debate interno ante un cuestionamiento crucial, las raíces se encuentran con el miedo al fracaso; aparecen de súbito las preguntas como: ¿qué tal si me equivoco de sendero?, ¿cuál de los dos me ofrecerá una alternativa más segura?
El secreto de hoy es tomar conciencia de la necesidad que nos invade y que tiene que ver con la sensación de seguridad, como hemos dicho muchas veces, la generalidad es adversa al riesgo. El caso es que vale la pena transformar nuestra vida y nuestras decisiones en la búsqueda de lo fresco.
La tarea que conlleva es encontrar caminos innovadores que conquistar, en ellos esos antiguos fantasmas, esas creencias y situaciones del pasado harán presencia varias veces para impedir nuestro intento.
La ciencia ha probado que las conexiones neuronales del cerebro tienden a repetir patrones, que significan lo mismo, esto explica por qué reaccionamos en forma similar ante los estímulos. Un ejemplo de ello es cuando alguien aprieta un botón haciéndonos enojar, en ese acto nos quita nuestra varita mágica, sucede por lo general con las mismas personas, en infinidad de ocasiones y nuestra reacción será siempre parecida.
La bifurcación de la que hablamos es fácil de imaginar en lo físico, pero se presenta mucho más en el campo espiritual y en el mental; antes de ser reactivos debemos tener en mente el generar algo distinto, ser creativos, hacer la pausa y perder el miedo a equivocarnos; responder de una forma distinta ante la repetición de situaciones propicia una historia empoderadora.
En multitud de ocasiones nos conformamos con lo conocido, asumimos acríticamente que es la única vía; te invito hoy a ocuparte en vez de preocuparte, a elegir el sendero que tal vez sea el menos andado para avanzar, a dejar huella, tenemos la fortuna de la libertad y de experimentarla ante la riqueza de la diversidad y de otras alternativas.
Borremos los caminos trazados de mucho tiempo que son viejos y arcaicos, dejemos las rutas preestablecidas para seguir por diferentes opciones hacia el rumbo deseado; recordemos que somos nosotros los que decidimos cuál es el camino a tomar, aun siendo la decisión un reto debemos abrazar la oportunidad en la indudable enseñanza que esto nos aporta.
Comentarios
Gracias por compartir, está hermoso!!! Alejandra G.
Que bonito escribes Terry por eso me enamore de tus libros ;) me hiciste pensar