Recuerdo cuando era niña, mi mamá me daba todas las noches mi bendición, igual a mis hermanos. Sentía ese momento sacro, perfecto, inmenso.
Creo que las Bendiciones que damos las mamás trascienden tiempo, espacios. Son esos deseos invisibles que llegan al corazón de nuestros hijos para cualquier momento de sus vidas. Para darles ánimo y fuerza. Compañía y la presencia infinita del Amor en sus corazones.
Las Bendiciones crecen con los años, con los nuevos miembros en las familias y cuando los problemas están presentes. Son Bendiciones de vida, pero que también acompañan en la muerte.
La Bendición no necesariamente es sólo la señal de la cruz. Bendecimos también con el Amor.
Al pensarlo y sentirlo de esta manera, siento que mi vida ha sido Bendecida y que a la vez, Bendigo a la vida, pues el orar, el pedir por el bien del otro, es como una cadena infinita de oraciones y de peticiones llenas de bondades.
Mi hija vive fuera de México. Ayer la despedí. Fue entonces cuando sentí la fuerza de la Bendición. Con esta Bendición iba mi tristeza, pero también mi fortaleza, mis deseos de que todo salga bien en su vida, y la alegría de compartir estos días con ella. Fue en agradecimiento a la vida por el Amor que nos ofrece. Estamos en un mundo lleno de Bendiciones de Mamás y de Papás. De hijos que a su vez bendicen a sus padres.
Fue ayer que recordé la Bendición de mamá.
Comentarios
Que bonita tradiciòn "la bendiciòn". Me pusè a pensar si serà sòlo aqui en la Repùblica Mexicana
o tmb serà en otros lugares del mundo. Pero sea como sea la bendiciòm es una caricia
de amor q se da con el corazòn.
Admito q me hubiera gustado recibir muchas d mamà, nos hizò falta tiempo...pero seguro antes d partir d este mundo
dejò una gran bendiciòn q ah hecho q en varias ocasiones la libre de situaciones de peligro.
Bello y tierno blog escritora Blanca Hefferan.
Gracias.