Cada uno podemos ayudar a enaltecer las virtudes de las personas
"Siempre escuché decir que las personas teníamos la autoestima baja si hacíamos malas elecciones en la vida o que teníamos la autoestima alta si tomábamos alguna decisión que nos llevara al éxito".
Últimamente hemos oído hablar con mayor frecuencia de la autoestima; cuando sintonizamos algún programa de radio, cuando consultamos algún especialista, será porque de ella depende que tengamos éxito en el trabajo, en nuestras relaciones interpersonales tanto amorosas como familiares, etc.
Será que también tenemos que voltear a vernos a nosotros mismos para saber cómo resolver problemas en el hogar, o porqué a veces nos sintamos de mal humor, por nada en especial, que nos enojamos con nuestros niños cuando no tenemos un empleo o por el contrario cuando algo nos sale mal en el trabajo, eso, aseguran los expertos, también depende de la autoestima.
Siempre escuché decir que las personas teníamos la autoestima baja si hacíamos malas elecciones en la vida o que teníamos la autoestima alta si tomábamos alguna decisión que nos llevara al éxito, y la verdad es que hace años no comprendía muy bien qué quería decir esto, pero ahora me doy cuenta que en verdad depende mucho de esa autoestima o amor propio que seamos personas más exitosas porque somos más seguros de nosotros mismos, y eso empieza en el hogar, desde que somos pequeños, cuando estamos educando y dando amor a nuestros hijos. Empieza desde cómo fuimos educados por nuestros padres, y cómo ellos fomentaron el amor propio en nosotros.
¿Qué es la autoestima?
Según los diccionarios, especialistas y psicólogos; la autoestima es la percepción emocional que fácilmente puede llegar a sobrepasar en sus causas a la racionalización y la lógica del individuo. Por ello, tener una buena autoestima implica ser conscientes de nuestras virtudes y nuestros defectos (autoconcepto) así como de lo que los demás dicen pensar de nosotros (heteroconcepto) y sentir hacia nosotros (heteroestima), aceptando todo ello en su justa medida, sin amplificarlo ni reducirlo, sabiendo y afirmando que en cualquier caso siempre somos valiosos y dignos. Implica, por lo tanto, respetarnos a nosotros mismos, y también ayudar a los demás a hacerlo. La autoestima es el requisito indispensable para unas relaciones interpersonales sanas.
Acompañan a la autoestima
Existen dos elementos importantes que con llevan a tener una mejor autoestima. La autoconfianza y el autoconcepto.
Por eso hay que trabajar la autoestima para ver en dónde estamos fallando y entonces trabajar esos puntos para saber llegar más alto.
Autoconfianza: es cómo actúas en situaciones de presión. Es la reputación que tienes contigo mismo, te puedes hacer la pregunta de si alguien podría estar bien en tus manos, o ¿eres poco confiable? La capacidad el compromiso para cumplir algo importante.
Autoconcepto: ¿Cómo pienso de mí mismo? Controlar las ideas sobre lo que eres y haces como persona. Es decir, lo que pienso de mí mismo, si soy miedoso, o soy aventurero, tal vez soy muy trabajadora, soy súper amistosa. Los adjetivos calificativos positivos creértelos, y los negativos o que no nos gustan tratar de minimizarlos, por ejemplo: si soy miedosa, debemos actuar como si no tuviéramos miedo, eso se da poco a poco, porque si no podemos creérnoslo, debemos pedir ayuda y consultar a un especialista para que nos oriente. Para saber si vamos bien o no.
Características de un individuo con autoestima positiva:
-Cree firmemente en ciertos valores y principios, está dispuesto a defenderlos aún cuando encuentre fuertes oposiciones colectivas.
-No emplea demasiado tiempo preocupándose por lo que haya ocurrido en el pasado, ni por lo que pueda ocurrir en el futuro.
-Tiene confianza por su capacidad para resolver sus propios problemas, sin dejarse acobardar por los fracasos y dificultades que experimente.
-Se considera igual a cualquier otra persona aunque reconoce diferencias en talentos específicos, prestigio profesional o posición económica.
-Está seguro de que es una persona interesante y valiosa para otros, por lo menos para aquellos con quienes se asocia.
-No se deja manipular por los demás, aunque está dispuesto a colaborar si le parece apropiado y conveniente.
-Reconoce y acepta en sí mismo una variedad de sentimientos e inclinaciones tanto positivas como negativas y está dispuesto a revelarlas a otra persona si le parece que vale la pena.
-Es sensible a las necesidades de los otros, respeta las normas de convivencia generalmente aceptadas, reconoce que no tiene derecho a mejorar o divertirse a costa de los demás.
Actitudes que indican baja autoestima en las personas:
-Autocrítica dura y excesiva que mantiene a la persona en un estado de insatisfacción consigo misma. Siempre a punto de estallar aún por cosas de poca importancia
-Hipersensibilidad a la crítica, por la que se siente exageradamente atacada, herida. Cultiva resentimientos tercos contra sus críticos.
-Indecisión crónica, no por falta de información, sino por miedo exagerado a equivocarse.
-Deseo innecesario por complacer, por el que no se atreve a decir “No”, por miedo a desagradar y a perder la buena opinión del peticionario.
-Perfeccionismo, autoexigencia de hacer "perfectamente" todo lo que intenta, que conduce a un desmoronamiento interior cuando las cosas no salen con la perfección exigida.
-Tendencias defensivas, un negativo generalizado (todo lo ve negro: su vida, su futuro y, sobre todo, su sí mismo) y una inapetencia generalizada del gozo de vivir y de la vida misma.
Voltear a verla
La verdad es que la autoestima marca mucho de nuestra forma de andar por la vida, sin darnos cuenta, y es de suma importancia voltear a verla, trabajarla para marchar seguros hacia donde vamos.
A veces no nos damos cuenta que esa percepción emocional nos ha dado la pauta para tomar muchas o casi todas nuestras decisiones en la vida. No es que sea lo único y lo más importante, pero debemos de tomarla en cuenta ya que de ella dependen en cierta medida nuestro éxito en la vida.
No cuesta nada
A veces como padres de familia o educadores, no creemos que esté en nuestras manos, que un individuo tenga una buena autoestima o como dice Vidal Schmill, psicólogo-especialista en educación, “un amor propio” que nos haga eficaces en nuestras relaciones, para solucionar nuestros propios problemas, enfrentarnos a la vida, con la firme y clara seguridad de que en nuestras manos está que lo que hagamos será lo mejor. Pero es fundamental saber que efectivamente podemos educar seres humanos seguros de sí mismos alimentándoles la autoestima, enalteciendo sus características físicas, sus logros y sus virtudes. No cuesta nada.
Comentarios
Comentario de Graciela Betancourt Robles el30 de sep.
Esto es verdad Se que mi autoestima es variable pero por lo regular se encuentra a la baja.
Con esto que he leído,sé que debo trabajar mucho en ella.Gracias.
Tus reflexiones son pedazos de verdad que llena el alma de quien las lee. Son como gotas de sabiduría que refrescan mi mente.
Felicidades