Publicado por Martha Chapa el 24 de Enero de 2011 a las 6:47am
Bien sabemos que el hostigamiento, el abuso y la explotación sexual de menores de edad son un pesado y vergonzoso fardo en diversos países.México, por desgracia, no está entre las excepciones que se registran en el mundo.Al contrario, esos delitos y conductas antisociales se han incrementado en México, sobre todo en algunos centros turísticos, al grado de conformar una cultura criminal y deshumanizada, casi diríamos que una anticultura.A través de diversos medios de divulgación, documentos y libros se ha alertado en contra de esas conductas y se han aportado numerosas pruebas de tan aberrante fenómeno, el cual no podría haber crecido de tal manera sin la podredumbre, corrupción e impunidad de diversas autoridades en los tres órdenes de gobierno.Así, es notable el caso de Lidia Cacho, talentosa y valiente periodista que en diferentes momentos ha denunciado a estas redes delincuenciales e incluso a políticos o empresarios pederastas, por lo cual ha sufrido amenazas e insultos. Baste traer a la memoria que Cacho fue víctima de un secuestro ordenado por el gobernador poblano, con complicidad de las autoridades quintanarroenses, en un episodio ampliamente conocido por la opinión pública –recordemos las grabaciones del gober precioso–, y en el que, a pesar de las pruebas contundentes, los delincuentes salieron indemnes, pues sólo a un par de los involucrados se les sometió a juicio.También existen llamados por parte de organizaciones internacionales que se inclinan claramente en defensa de los menores, de sus derechos y su protección. Organizaciones que una y otra vez invitan a las naciones a redoblar esfuerzos en materia de leyes y sistemas de prevención, y las conminan a emprender acciones más drásticas contra los pederastas y delincuentes por el estilo.A la vez, se requiere impulsar campañas concientizadoras dirigidas a los padres, niños y adolescentes, así como a la sociedad en general. Esto, por supuesto, además de multiplicar las ofertas educativas y culturales y otras iniciativas con una visión integral.Ahora tenemos una nueva y escandalosa denuncia en Cancún, Quintana Roo, sobre la presunta violación de una jovencita menor de edad por parte del cantante Kalimba, quien, según la denunciante, la hizo víctima de engaños, presiones y violencia. El asunto deberá aclararse hasta sus últimas consecuencias. Habrá que esperar a que las autoridades competentes investiguen a fondo el caso y den su veredicto.Lo que no es nuevo es el hecho de que hay muchos y poderosos intereses que se entrecruzan con el usual e indignante resultado de la exoneración de los culpables de violencia, supuestamente por falta de pruebas.Basta recurrir a la Internet para comprobar la insultante y degenerada actividad de la pornografía infantil, que con todo descaro muestra fotos y precios en el marco de una tan ilegal como descarada oferta, dentro y fuera de nuestras fronteras.En todo caso, urge alcanzar nuevos y decisivos acuerdos en nuestro país y en el plano internacional para combatir a fondo este destructivo cáncer social.e mail: enlachapa@prodigy.net.mxwww.marthachapa.net.mx
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