LA ALIMENTACION Y EL CANCER

La notoria variabilidad geográfica de la incidencia del cáncer mamario (CM) en el mundo fue una de las primeras observaciones para sugerir que las diferencias en los hábitos dietéticos podían relacionarse con el desarrollo de dicha neoplasiaEl efecto de la migración en el riesgo de CM añadió más información en este sentido, ya que las mujeres japonesas, residentes en Japón, con un bajo riesgo de CM lo incrementaron al emigrar a Hawai, y aún más al nacer y permanecer en Estados Unidos de América,lo cual sugiere que, entre otros factores ambientales, el cambio de la dieta oriental a la occidental es un determinante de dicho riesgo.Los alimentos contienen diferentes nutrimentos y compuestos que pueden iniciar, acelerar o incluso detener el desarrollo de un tumor maligno. En el último consenso mundial sobre dieta y cáncer se identifica­ron alimentos y nutrimentos específicos sin lugar a dudas vinculados con el desarrollo de diversos tipos de cáncer, como el gástrico, colónico y rectal, etc.No obstante, la información es todavía incompleta para el CM, por lo cual deben llevarse a cabo más estudios al respecto. En Latinoamérica, al igual que en el resto del mundo, el CM ocupa un lugar prioritario como causa de muerte por tumores malignos entre las mujeres. Asimismo, se observan diferencias contrastantes en las tasas de incidencia; basta mencionar que las tasas de Uruguay y Argentina son tres veces mayores que en México y que los hábitos dietéticos también tienen grandes diferencias.Por ejemplo, el consumo per cápita de carne en los primeros países es en promedio de 80 kg anualmente, mientras que en México es de 58.4 kg por año. El presente documento contiene una revisión de los estudios epidemiológicos más relevantes sobre dieta y CM en Latinoamérica, que podría ser de utilidad en la planeación y desarrollo de futuras investigaciones que se requieren para dilucidar el impacto de la dieta y, en su caso, coadyuvar a prevenir dicha tumoración.Se llevó a cabo la búsqueda sistemática realizada en México en el lapso de junio a noviembre del año 2008 en PubMed-Medline, Scielo y Google, y se identificaron en total 27 estudios en ALC, que evaluaron la asociación entre dieta y CM. En Uruguay, los estudios se han enfocado sobre todo en el consumo de carnes y sus métodos de prepa­ración.Los resultados sugieren que no solo el consumo de carne sino también su origen (blanca o roja) y la forma de cocinarla (frita, cocida, asada, etc.) son factores que se relacionan en grado significativo con la incidencia de CM, lo cual se corroboró en un estudio reciente que analizó los tipos de dietas (occidental, tradicional, etc.) y notifica que las mujeres que padecen CM tienen un patrón de dieta occidentalizado (carne frita, a la parrilla y carnes procesadas), en comparación con las mujeres que no desarrollan CM.El incremento del riesgo de CM vinculado con el consumo de carne roja se ha notificado de forma consistente también en Brasil y Argentina. Al respecto, en uno de los estudios en el que se estratificó por estado menopáusico, se identificó un incremento del riesgo significativo entre las posmenopáusicas respecto de las premenopáusicas.La obesidad es el resultado de un desequilibrio entre la ingestión y el gasto calórico, este último determinado en especial por la actividad física. El mecanismo propuesto es un incremento de la reacción inflamatoria corporal y como consecuencia de los niveles circulantes de hormo­nas, como insulina, factores de crecimiento semejantes a la insulina (IGF) y estrógenos. Esto crea un ambiente que promueve la carcinogénesis e inhibe la apoptosis.El CM se ha estudiado en relación con la obesidad, la actividad física y, en fecha más reciente, con patrones metabólicos vinculados con la ingestión de nutrimentos que aportan calorías, como los hidratos de carbono. Otros factores que son determinantes de la obesi­dad incluyen la ingestión de alimentos con alto índice glucémico, la hiperglucemia y la resistencia a la insu­lina. La ingestión de hidratos de carbono incrementa la respuesta glucémica e insulínica y, en consecuencia, mediante las IGF altera la proliferación celular y la apoptosis.En México, la ingestión de una gran carga glucémica se relacionó con un incremento significativo del riesgo de CM en mujeres posmenopáusicas. La investigación sobre dieta y CM conducida en dife­rentes países de Latinoamérica ha contribuido al estado del arte y muestra en particular el efecto protector de los vegetales y frutas, el pescado, la fibra, la vitamina B12 y el folato, varios fitoestrógenos (en particular el flaván 3-ol y el pinoresinol), el licopeno y las grasas poliinsaturadas, además del incremento del riesgo potencial de la elevada ingestión calórica, el consumo de carnes rojas, carnes procesadas, la forma de preparación de las carnes, leche y algunos productos lácteos, grasas saturadas y sacarosa, además de com­puestos secundarios como las aminas heterocíclicas.No obstante, es importante mencionar que pese al gran número de proyectos realizados, un gran porcenta­je de ellos carece de las características metodológicas que sustente con rigor científico los resultados. De manera específica, la mayor parte incluye solo estimadores de asociación (razones de momios) y carece de pruebas de tendencia dosis-respuesta y control por variables de confusión importantes, como la lactancia, lo cual limita el alcance de la información que comunican.Como ya se mencionó, el consenso mundial más reciente considera que la evidencia científica sobre el consumo de alimentos y nutrimentos específicos y su efecto en la incidencia del CM no es concluyente, por lo cual se requieren muchos más estudios en este sentido.Con la finalidad de hacer más efectivos en términos del costo las futuras investigaciones, es posible que se requiera un esfuerzo latinoamericano para diseñar y desarrollar de modo conjunto nuevos y más ambiciosos estudios que evalúen las interacciones de la dieta, con contaminantes y polimorfismos genéticos específicos, que podrían realizarse con base en la experiencia ya existente en la región.Referencia informativa: Torres-Sánchez, L., et al. "Dieta y cáncer de mama en Latinoamérica". Salud Pública Mex. 2009; 51 supl. 2:S181-S190
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Comentarios

  • Hola Xorge,
    Coincido con Silvia, se me hace muy interesante la información q nos compartes, pero con tanta abreviación, términos nada coloquiales y cifras nos perdemos un poco, bajanosla un poquitin para que deverdad to@s reflexionemos y cambiemos habitos.

    Oye, un favor mas, esa foto es tan obscura que no se ve tu linda sonrisa, por favor cambianosla que te quiero conocer. Saludos
  • Buen día Xorge,

    Me parece interesante el artículo que publicó, sin embargo, me pierdo en los tecnisismos, a pesar de tener cierto conocimiento en terminología médica. Ojalá y nos pudiera "traducir" el texto, sobre todo en palabras como: IGF, apoptósis, folato, razones de momios, etc...

    En resumen entiendo que debemos reducir o eliminar de nuestra dieta el consumo, de carnes rojas y blancas,¿por las hormonas? si no conocemos su origen, (¿el supermercado?), lácteos y carbohidratos, y aumentar vegetales, fibras, pescado, etc.

    Le agradezco la información y ojalá nos siga "alimentando" el conocimiento especialmente en estos temas que son tan delicados.

    Gracias nuevamente. Silvia Gómez Robles
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