¿QUÉ ES?
Es una pulsión vital – una energía vital, una fuerza neutra que llevan todas las personas dentro de sí y que es necesaria para sentirnos vivos.
No es una tendencia o intención de agredir como lo decía la Psicología tradicional, sino un rasgo más de la personalidad.
Para explicarla...
Cuando calentamos agua en una olla, la presión interior que aumenta (agresividad) hará estallar a ésta, si se encuentra herméticamente cerrada (agresión).
En cambio, si la olla tiene válvula, por donde puede salir el vapor, no explotará.
Nos damos cuenta entonces, que la agresividad no es buena ni mala – depende más bien de su uso.
Si se vuelca hacia el exterior de manera negativa – se convierte en agresión.
Pero, si se saca de forma positiva, nos permite seguir creciendo y se convierte en una fuente de energía que nos sirve para sobrevivir, y para defendernos del peligro.
Las personas le tienen miedo a la agresividad, sin embargo no hay que olvidar que es una pulsión que no se puede evaporar mágicamente, así que si tratamos de reprimirla:
- Se enquista en el cuerpo (malestares o síntomas)
- En el ala en forma de trauma.
Por este motivo es muy importante que a los niños no se les reprima su agresividad, sino que se les brinden los elementos para que la puedan encauzar de forma productiva y esto sirva de impulso para su crecimiento.
Una agresividad mal encausada se convierte en violencia contra los demás y contra uno mismo, también se puede manifestar en indisciplina, apatía, desobediencia, resentimiento o todo esto revuelto.
La Doctora María M. Vassart; en su libro “La agresividad de nuestros hijos”, dice que:
Los indios Siux, una de las tribus más guerreras de América Latina, ataban a sus hijos a un poste, cuando llegaban a cierta edad, y los dejaban allí por muchas horas.
Al soltarlos, les ponían una lanza en la mano y los empujaban al combate.
Claro, ese niño que había estado quieto, inmovilizado, acumulando tensión, salía a la lucha como el más feroz y salvaje de los guerreros.
Y nosotros nos hacemos algo de mucho menos calibre.
Ante todo debemos saber que violencia genera más violencia, que los niños, al igual que las personas aprendemos más de ejemplos visibles, que de las palabras.
En nuestras manos está el lograr que las cosas mejoren o empeoren, sabemos también que lo segundo es mucho más fácil, pero que por difícil que parezca, la serenidad puede conquistarse, y el coraje que tengamos hacia determinadas cosas, acciones o personas lo debemos emplear de buena manera para lograr que nuestros objetivos sean metas realizables.
Así que a predicar con el ejemplo, respira profundamente antes de actuar, y no permitas que tus hijos se rodeen de escenas violentas en casa, escuela, amigos, medios de comunicación, etc.
Comentarios
Gracias por abrir éste tema... estoy indagando todo lo posible para encausar la agresion de mi pequeño (2 años 5 meses), la familia de mi esposo es explosiva sobre todo mi suegro y cada semana pasamos el fin en su casa, escucho que dicen de mi hijo que "mal educado" y claro que me duele pero debo erradicar primero las visitas a su casa para evitar que vea esos ejemplos y escenas verdad? ustedes que opinan? en verdad quisiera llevarlo muy lejos pero aun no he convencido a mi esposo de tal cosa, que más sugieren donde busco más informacion y alternativas. En la guardería y en casa estamos trabajando para ganarnos su confianza y crea cuando negociamos en un berrinche pero los fines de semana se complica y cada inicio de semana es volver a empezar... :S
que buenos tips gracias de gran utilidad para nosotras las madres
GRACIAS POR ESTE GRAN COMENTARIO.
TODAS LAS EMOCIONES SON NECESARIAS EN EL SER HUMANO, CREO QUE EL TRABAJO ES ENCONTRAR EL PUNTO MEDIO , SIN EMBARGO YO ME QUEDO CON LA FRASE DE OSHO DONDE COMENTA QUE HAY MOMENTOS EN LA VIDA QUE ES NECESARIO PELEAR.
gracias