Un día me encontraba realizando mi Teleclase mensual para mis miembros de Ho´oponopono Way.com y una de mis estudiantes me preguntó, “Mabel, soy Dra. Quiropráctica. No tengo problemas en atraer pacientes o dinero, pero mi gran desafío es el papeleo. A pesar de que asigno un día de la semana para realizar esta tarea, aun así no logro hacerlo”. Cuando ella me comentó esto, el primer pensamiento que me vino a mi cabeza fue “helado”. Entonces, le dije, “Sabes, lo que necesitas decirle a tu niño interior es que luego de que realicen el papeleo y toda la parte administrativa, van a salir a tomar un helado”. Y ella me respondió, “Está bien, puedo hacer eso”. La clase continuó y ella me hizo otra pregunta, y la inspiración me llegó mucho más clara esta vez. Le dije, “Sabes, ¿recuerdas lo que te comenté sobre el helado? Tienes que salir a tomarlo antes del papeleo, no después”.
Al siguiente día me encontraba yo en el supermercado teniendo una conversación mental con mi niño interior. Estaba hablando sobre nuestro sobrepeso y diciéndole, “¿Qué es lo que no queremos soltar? Porque he probado diferentes dietas por alrededor de un mes y no importa lo que haga, nada resulta.” Todas las mañanas me pesaba y la balanza no se movía! Por todo un mes, sin importar lo que hiciera. Entonces, continué (mentalmente:), “¿Qué es lo que no queremos soltar?” Y la respuesta me vino con el siguiente pensamiento: “helado de vainilla”. Inmediatamente le dije a mi niña interior, “Por supuesto, luego de que perdamos de peso vamos a tomar un montón de helado de vainilla, ¡pero primero necesitamos perder el peso!”. Luego de eso, recibí otro pensamiento, “Primero cómprame el helado de vainilla y luego te voy a ayudar, voy a cooperar”. En ese momento decidí demostrarle a mi niña interior que confiaba en ella, entonces, en vez de comprar una caja enorme de helado de vainilla en el supermercado donde me encontraba, me fui a la heladería y pedí un cono bien grande del helado. Y me tomé el tiempo de saborearlo allí. Lo disfruté como si fuese una excursión, una actividad divertida con mi niña interior. A la mañana siguiente, para mi sorpresa, cuando me volví a pesar, ¡había perdido un kilo!
Estoy compartiendo esto porque quiero que comprendas, que como siempre dice el Dr. Ihaleakalá, “Cuando preguntas cómo borrar, cómo limpiar, si escuchas algo ridículo, hazlo, porque has escuchado correctamente, porque Dios tiene muy buen sentido del humor”.
El perder peso tiene mucho que ver con el trabajo con tu niño interior. Él o ella manejan tu cuerpo, tu manifestación física. Definitivamente el comer tiene que ver con el cuerpo físico y emocional. El cuerpo son memorias también. Por esta razón no lo vamos a perder ¡resistiéndolo! Entonces, por eso es muy importante que te ames y aceptes tal cual eres. Aun si tenemos sobrepeso debemos amarnos primero. Este es el punto más importante, la base principal para perder peso. Si no nos amamos, aunque perdamos el peso y tengamos ese cuerpo perfecto que todos deseamos tener, no vamos a ser felices. La felicidad no es el estado físico, o tener el cuerpo perfecto o el peso perfecto o la altura, tampoco es el cabello o color de ojos.
La mayoría de nosotros no somos nunca felices con lo que tenemos. Si tenemos cabello lacio, lo queremos rizado y si lo tenemos rizado, lo queremos lacio.
Entonces, mi conclusión es ésta: para perder peso debes definitivamente trabajar con tu niño interior y amarte a ti mismo. Suelta la idea de querer perder peso. Al fin y al cabo, no se trata de concentrarte en estar más delgado. Se trata de estar bien así como eres.
Como dice el Dr. Ihaleakalá, “No es la comida en sí la que te engorda, sino tus pensamientos sobre la comida lo que te hace engordar”. Entonces, por ejemplo, si dices, “Esto me va a engordar”, adivina qué: te va a engordar. Siempre tienes razón. Personalmente le creo. Sé en mi corazón que es así, pero muy humildemente, todavía tengo muchas memorias tocando que tengo que borrar, que me dicen que es la comida, así que sigo limpiando, a dieta y por supuesto trabajando con mi niña interior.
Todos tenemos mucho por limpiar, pero una cosa queda clara, una vez que cambiamos nuestra meta de perder peso por la de ser felices tal cual somos, con toda probabilidad que perderemos esos kilos y aunque no sucediera, seremos felices igual. ¡Es más importante ser feliz que ser delgado!
Comentarios
Gracias a Uds!
Gracias, la respuesta a un trabajo que he estado haciendo me llegó con tu artículo. Mil bendiciones y gracias de nuevo.
Mil gracias por los consejos¡ me sirven de guia