HONRAR EL DOLOR DE UNA PÉRDIDA

Aprovecharé estos días tan significativos en México, la Fiesta de los muertos, para hablar de duelos y pérdidas.

Suele pensarse que sólo se entra en duelo cuando alguien muere, cuando lo cierto es que cualquier cosa que produzca un cambio significativo en nuestra vida, debe considerarse una pérdida y su efecto puede ser tan demoledor como el de un deceso.

Además de los fallecimientos, con el paso del tiempo vamos enfrentando un sinnúmero de duelos, algunos visibles como dejar un empleo, una relación o una casa, y otros intangibles como perder la dignidad, la esperanza o la confianza.

El luto puede ensombrecer el alma de muchos seres humanos sin que apenas se den cuenta y las pérdidas no trabajadas, esos sentimientos no expresados, al no tener a dónde ir,  pueden terminar convertidos en un rosario de síntomas físicos: Insomnio, desmotivación, falta de sentido de vida, depresión, enfermedades respiratorias, digestivas y del sistema nervioso… la lista puede volverse interminable y puede comenzar a reducirse si reunimos el valor necesario para revisar los sentimientos dolorosos que dejamos ahí, guardados, porque quizá nadie nos había dicho que sentir es válido y además, ayuda a sanar el corazón.

Aunque hayan pasado muchos años, las pérdidas no resueltas siguen causando sufrimiento. Sentir pena porque alguien se fue no es una señal de debilidad o de locura ni tampoco un malestar pasajero que, como una gripa, se quita con los días.

En nuestra sociedad, que celebra tanto los nacimientos, rara vez se habla de muerte con franqueza. Todos sabemos que inevitablemente moriremos –nosotros y los seres que amamos- pero muy difícilmente sostenemos conversaciones al respecto. Cuando alguien agoniza, la reacción más frecuente es hacer de cuenta que nada está pasando y que la persona mejorará. Y cuando muere, el consejo más común es “ya no llores”. Y a lo que sigue.

Por eso te sugiero que no dejes esos sentimientos atrapados en los sótanos del inconsciente y a que te des oportunidad de expresarlos. No será un proceso sencillo ni rápido, pero sí te aseguro que permitirte manifestar sinceramente tu dolor, recuerdos y pesares alrededor de las pérdidas, aligerará la carga de tu corazón.

Usa tu imaginación y permítete realizar rituales de sanación para tus duelos. Hay muchas maneras y la siguiente es sólo una lista de sugerencias.

  • Déjate llorar sin contener las lágrimas. De preferencia, hazlo con alguien que sepas que te quiere y que va a respetar tu sentimiento en ese momento
  • Escríbele una carta a la persona fallecida, en la que le digas todo lo que se te quedó pendiente. Lo bueno y lo malo, lo justo y lo injusto. No te quedes con nada adentro, pues eso ya no te sirve.
  • Visita el panteón y despídete o habla con la persona muerta.
  • Haz un dibujo en memoria de la persona, situación o cosa que se fue.
  • Escribe un texto en el que hables de cómo te sientes con respecto a tus pérdidas.

Atravesar el dolor nos permitirá ver que, del otro lado, sólo hay paz, armonía y crecimiento. Morir sólo es cambiar y evolucionar. Todos regresaremos, tarde o temprano, a la Conciencia Unificada.

Que las bendiciones lleguen, suaves y dulces, a tu vida. Así sea!!!

@AuroraDelVillar

 

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Comentarios

  • muy lindo, realmente he experimentado la pèrdida de un esposo,  pero no por que se murio sino porque se fue con otra y te cuento me dolio mucho, llore hasta la saciedad, ya 5 años desde aquello y hoy por hoy con la ayuda de Dios y con mi disposición de corazón todo quedo en el pasado. Dios te bendiga ricamente.

  • Estoy de acuerdo contigo, Patricia. Gracias por compartir! Te mando un abrazo!!! 

  • Hola Aurora, tienes mucha razón que debemos guardar un duelo por lo que hemos perdido, por lo general siempre es cuando alguien muere, pero en esta ocasión yo quiero tomar el tema de cuando muere el amor. Cuando has vivido para el amor y por el amor durante mucho tiempo, cuando entregas tu vida a ese ser que piensas que es el amor de tu vida y que morirías si el te faltara, pero cuando descubres que hay un engaño, que esa persona te es infiel, te pasa lo mismo y sientes lo mismo que si alguien hubiera muerto.

    Al principio no lo crees y te resistes, te llenas de ira y de enojo porque no aceptas que eso haya pasado,  despues te pones a pensar por qué fue, que hizo que esa persona buscara en otro lado y al último cuando tienes la aceptación y te cae el veinte de que ya no va ha ser igual; es cuando lloras de sentimiento y sufres pero aceptas.

    Te digo todo esto porque yo ya he pasado por las dos cosas. Perdi a mi madre hace 3 años y hace unos días me di cuentas de que el amor de mi vida no es como yo creia que era. y me paso lo mismo en ambos caso, te resistes a creer y pensar que ya nada es igual.

    Cuando alguien muere, lo entierras y guardas su recuerdo en tu corazón.

    Cuando te engañan haces lo mismo pero cuesta mas trabajo tratas de enterrarlo y guardas los buenos recuerdos, pero lo que pasa al final es lo que esta mas a flor de piel y te duele mucho y

    Lo malo del segundo caso es que al haber hijos de por medio tienes que ser mas fuerte porque no entienden el porque ya no hay amor entre sus padres, o porque ya no es igual la relación y eso si duele y mucho. Tal vez aguantas un tiempo para ver si se resuelven las cosas y das tu brazo a torcer porque tienes la esperanza de que es pasajero, porque aveces es mas el amor que sientes por él, que el engaño, pero cuando no se resuelven las cosas, que haces. Sigues con el duelo. Hasta que haya aceptación a lo que sucedió y sigues con tu vida, Sola.

    Que tengas un bonito día.

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